jueves, 28 de enero de 2010

F. Darnís, maestro de la viñeta

Diego Cara
Tebeolandia
nombres de oro nº 1.
204 páginas, 30 euros.

DARNÍS,
UN ILUSTRE DESCONOCIDO

Recientemente han coincidido en los quioscos dos obras relacionadas con Francisco Darnís. Una es la enésima reedición de El Jabato, su serie más popular. Vuelve en su formato de los setenta, el Jabato Color, permitiéndonos volver a disfrutar con las aventuras del rebelde íbero, siempre en lucha contra los romanos y los abusadores en general.


Ya he expresado en anteriores ocasiones mi predilección por esta serie, que prefiero frente a otras escritas por Mora, incluso al popular Capitán Trueno. Y eso que es difícil superar a Ambrós, uno de los dibujantes más expresivos que ha dado este país. Pero Darnís competía en un plano de igualdad. Si no era tan estilizado ni sorprendente, al menos aportaba una solidez narrativa que nos permitía seguir las historias con naturalidad, sin artificios. Sus personajes eran reales, actuaban con sencillez y credibilidad, Darnís conseguía la magia de hacerlos vivir, en ocasiones con unas pocas viñetas, ya que en El Jabato la entrada y salida de personajes era constante. Es quizás esa aparente falta de pretensiones de su dibujo la que ha hecho que pasara casi desapercibido.

Ahora un libro de Diego Cara viene a rescatarlo en cierta medida del olvido. Así que lo primero que cabe es felicitar al autor por esta iniciativa. Muchos apenas conocíamos nada más del trabajo de Darnís aparte de sus esfuerzos en la citada serie. Y este libro nos permite asomarnos a parte de su labor como ilustrador o a algunas de sus muy sorprendentes historietas cómicas. Se incluyen también llamativas historias de ciencia-ficción, donde su arte queda un tanto aplastado por el peso de los textos. Y sus incursiones en series tan conocidas como El Inspector Dan o Hazañas Bélicas. Hay curiosidades, como esa galería de personajes para El encapuchado, con nombres que parecen sacados de una parodia de Gallardo: Sonia Larding, Mavis Donovan, Capitán Rawlings o, mi preferido, Milton Drake. Páginas de western, portadas para novelas, planchas de Yorik brazo de hierrro, etc, etc.

En el terreno de las debilidades deben señalarse dos muy evidentes. La primera se refiere al texto. Resulta muy informativo y se agradece el esfuerzo documental que realiza Cara. Pero también está lleno de erratas, poco cuidado en general y muy reiterativo. Acabamos un poco hartos de escuchar que la mayor influencia de Darnís fue Raymond y su comicgrafía podía ser explicada de forma menos repetitiva. Después tenemos la calidad de las ilustraciones y el diseño general del volumen, claramente mejorables. Comprendo la dedicación y el trabajo que ha debido suponer agrupar toda la documentación que presenta, pero considero que se podía haber ahorrado algunas imágenes, muy mal reproducidas. Respecto al grafismo, creo que debería haberse buscado un profesional para darle al libro el acabado que Darnís se merece, mucho más digno.

Concluyendo: si no han leído El Jabato, aprovechen la ocasión para recuperarlo. No es arqueología del medio, sino una serie de aventuras dramática y entretenida que se mantiene muy fresca. En cuanto al libro de Cara, nos permite completar el retrato de un autor al que admiramos, un trabajo muy respetable y digno de admiración, más allá de ciertos defectos formales de su presentación.
Leer más...

jueves, 21 de enero de 2010

Los cuentos del tío Vázquez

Los cómics de Vázquez

El anuncio de una producción cinematográfica dedicada a Manolo Vázquez ha vuelto a poner de actualidad al genial dibujante. No sé si Santiago Segura tendrá los registros necesarios para darle vida o si Oscar Aibar, el director, conseguirá un retrato que vaya más allá de los tópicos. Lo que está claro es que es la primera vez que el cine español aborda la biografía de un dibujante de tebeos y eso es una buena noticia. 


En el caso de Vázquez temo que se quedarán con los aspectos más llamativos de alguien que fue tanto autor como personaje, con hazañas tan variopintas como las descritas por mi amigo Javier Cuervo en su artículo.

Todos los dibujantes de la escuela Bruguera que han pasado por el salón Internacional del Comic del Principado de Asturias nos han contado alguna. La que más se repite: la del taco de hojas cobrado y no dibujado. Según las versiones, Vázquez rellenó sólo la primera página y dejó en blanco el resto. Otros lo adornan comentando que puso los números en todas las esquinas derechas, para dar mejor el pego. Al final da lo mismo: consiguió en su vida real aproximarse a la caricatura que ofrecía de sí mismo, aquel By Vázquez que estaba siempre huyendo de la ley y dejando facturas impagadas tras de sí.

Cuando en 1993 lo invitamos al Salón de Gijón, demostró que las leyendas tenían una base muy real. No sólo por la simpatía que derrochaba a raudales, ligando con ferocidad con camareras, recepcionistas, aficionadas y cualquier otra fémina que se le pusiera a tiro. También por su aspecto de bohemio pasado de rosca, con su pancita y su coletilla que recogía un pelo que retrocedía sin piedad hacia la calvicie total. Vázquez se hacía notar y jugaba con estruendo su papel de tipo cachondo que a nadie le gustaría tener como cuñado. No sólo eso. Una noche, al regresar a altas horas de la madrugada al hotel, se encontró con que la policía lo esperaba. Ya saben que cuando dejamos nuestro deneí al registrarnos, comprueban nuestros antecedentes, o algo así. Pues Vázquez debía tener algunas cuentas pendientes. Pero a los pocos minutos los esforzados guardianes de la ley ya estaban riéndose con él y la cosa, por supuesto, acabó en nada. Genio y figura.

Todo esto no debe hacernos olvidar al Vázquez que conocimos de niños y que considero permanecerá. Estoy de acuerdo en que no es Franquin. Ni trabajó en el mismo contexto industrial y cultural ni creo que hubiera tenido la paciencia o el carácter necesarios para tomarse más en serio su trabajo. Vázquez es lo que es: pura ocurrencia, ingenio sin sofisticación, chistes directos con un dibujo veloz y sin florituras. Y en ese terreno es grande.


Recientemente se reeditaban algunas de las aventuras de su Anacleto agente secreto. Aunque, como todo lo de Vázquez, cada página de esta serie parece hecha en dos patadas, nos da igual. Su humor infantil, su chispa, sus pinceladas absurdas siguen tan frescas como siempre. Y tenemos la misma sensación con el resto de sus personajes. ¿Los recuerdan? Las hermanas Gilda, La familia Cebolleta, Ángel Siseñor, La familia Churumbel, Angelito, Alí-Olí, El Inspector O’Jal, Feliciano, La abuelita Paz y tantos otros. Con ellos tenemos la sensación de que todo es posible: una abuelita puede ser más peligrosa que un pánzer y un bebé comportarse como un arma de destrucción masiva. Vázquez conocía bien la naturaleza humana y encontró la forma de convertir en chiste ese saber. Vivió y murió como un hombre libre y esa autonomía total se nota en su obra, que se resiste a ser encajada en ningún modelo previo. No fue un ciudadano ejemplar pero nos hizo reír de lo lindo y eso siempre es de agradecer.
Leer más...

jueves, 7 de enero de 2010

EL ARTE DE VOLAR de ALTAMIRA y KIM

El arte de volar de Altamira y Kim
Edicions de Ponent.
Alicante 2009.
208 páginas, 22 euros.


¡VIVA LA MUERTE!


Admiro el trabajo de Kim y lamento que apenas le veamos ir más allá de su popular Martínez el facha. En mi memoria permanece una pequeña historieta que realizó para el primer número de Rambla, tremendamente sórdida. Contaba la historia de un tipo que vivía en una pensión miserable. Un día el protagonista tiene un lío con una mujer, a la que toma por un ángel. Todo el tebeo subrayaba la suciedad del sitio y la sordidez de sus habitantes, sobresaliendo el detalle de las bolsitas que el héroe tiraba al patio de luces, para librarse de sus heces. En ese entorno las escenas de sexo contrastaban de forma sorprendente, produciendo una desagradable sensación en el lector. Se necesita talento para transmitir ese malestar.


Muchos años después Kim nos ofrece otro trabajo en el que explora aromas parecidos. Aquí cuenta con la ayuda de Altarriba, que emplea un recurso ya ensayado por Gallardo hace años. Recupera los diarios de su padre y construye con ellos una historia. Si Gallardo se centraba en los episodios transcurridos en nuestra Guerra civil, separando con claridad las palabras del padre de sus interpretaciones gráficas, la vía de Altarriba es otra. Arranca con el suicidio del padre. Luego adopta su voz y el resto del libro es un largo flash-back en el que recrea toda su vida.

El arte de volar de Altamira y Kim, edita Edicions de PonentAl principio prueba algo que parece excitar mucho a Antonio Martín, firmante de la introducción. Me refiero a todo eso de “mi padre, que ahora soy yo…” y lo que le sigue “mi abuelo, que ahora es mi padre…”. En fin, una bobada muy grande que sólo sirve para liar al lector y que, afortunadamente, abandona pronto. Le cuesta algo más desprenderse de las largas parrafadas y las frases rimbombantes. Como: “Las luchas fraticidas que me han tocado vivir me enseñaron que los hombres no deben tener más pueblo que la humanidad” o “Así supe que la guerra iba a ser larga y cruel… porque las guerras en las que interviene Dios siempre lo son”. Como la Segunda Guerra Mundial, supongo. Lo peor de todo es esa voluntad de trascendencia, de resultar profundo a toda costa, saturando con textos un relato que funciona mejor cuando se deja que los hechos se expliquen solos. Por cierto, considero la valoración que Martín hace en el prólogo como tremendamente exagerada, no estamos ante uno de los “libros más sustanciales de nuestra historieta”. Ni de lejos.

La vida del padre no carece de interés. La dura infancia en el campo, la lucha en la guerra con los anarquistas, la huida a Francia, los campos de concentración, la resistencia, la traición de los amigos, la vuelta a casa, el abandono de los ideales, la frustración de un matrimonio sin amor, la decadencia en el asilo, la depresión y finalmente la muerte. Cuando nos dejamos llevar por la historia y el sólido (al tiempo que muy personal) dibujo de Kim el volumen funciona. Y bien.
Los problemas se derivan siempre de esa voz que intenta aportar sentido a una realidad que quizás no lo tenga. La visión es la habitual, con los anarquistas como guardianes de una pureza siempre traicionada. Leer más...

jueves, 31 de diciembre de 2009

Gil Pupila. El integral 1

M. Tillieux
Planeta DeAgostini.

Barcelona, 2009.
240 páginas, 23 Euros


FIN DE AÑO EN EUROPA

La recuperación de las aventuras de Gil Pupila (Gil Jourdan en el original) en su versión integral es una excusa tan buena como cualquier otra para alcanzar el fin de año hablando de tebeos europeos. Otra habría sido el último álbum de Thorgal, en el que el gran guionista Van Hamme ha sido sustituido por Senté. Confío mucho en él, pero ha preferido empezar con pies de plomo, siguiendo la estela del maestro. Así que esperaremos a ver qué nos deparan futuras entregas.

Lo de Pupila no ha sido el único volumen que emplea lo fórmula del integral de este año. Ya comentaba con regocijo la aparición de dos sagas que nos han llegado con bastante retraso: Betelgeuse y El Gavilán. Histórica la segunda y de ciencia ficción la primera, ambas certifican que la gran tradición narrativa del comic europeo no ha muerto. Tanto Leo como Pellerin son dos grandes dibujantes clásicos con muchas cosas que contar. Partiendo de fórmulas ya conocidas, renuevan sus géneros dándoles la vuelta y aportando la necesaria modernidad que refresca modelos tradicionales, actualizándolos. La tercera aportación nos viene de Inglaterra y es más reciente: Tamara Drewe, una sofisticada comedia social en la que nada es lo que parece, un tebeo inteligente y ameno firmado por la gran Posy Simmonds. Si no tienen todavía alguna de estas obras, corra a comprársela o pídasela a los Reyes Magos. Lo cuento entre lo mejor del año, sin duda.

Volviendo a Gil Pupila, es uno de esos tebeos franco-belgas que, como Ric Hochet o Quique y Lucio, llega un momento en que casi olvidamos que lo leímos una vez. Lo cierto es que pasada la época en que la traducción de los comics infantiles-juveniles era algo habitual, cuando aparecían entre otros productos Bruguera o en plataformas propias como las revistas Strong o Pif, poco más supimos de todos aquellos personajes. Da mucha envidia pasearse por las librerías francesas o belgas y contemplar esos tomos recopilatorios de héroes del cómic que apenas nos suenan y que resulta llenan páginas y páginas de integrales. Con el tiempo, algunos van llegando y sólo queda desearles el éxito económico necesario para que sus editores se animen a recuperar otros nombres. Los dos primeros en mi lista de deseos: Jijé y Greg. Del primero ya no he podido esperar y me lo he ido comprando en francés. Pero si alguien lo traduce no me quejaré.

En fin, Tillieux, el creador de Gil Pupila, construye una saga amable y entretenida, siguiendo la estela de dos dibujantes difíciles de igualar: Franquin y Hergé. Si el lector espera encontrarse con un producto similar a los firmados por esos dos artistas, se sentirá decepcionado. La narrativa visual en Pupila es más monótona y sosa. Tampoco el humor es tan chispeante. Pero con todo convence por su corrección. Sorprende su tono de novela de negra, con asesinatos incluidos, en un ambiente de tebeo juvenil y con chistes a cargo del expresidiario amigo del protagonista. Los personajes están bien construidos, empezando por el héroe, de un cinismo que llama la atención. Los fondos son bonitos y Tillieux dibuja bien los coches.

Todo está hecho con gusto y ganas, es un producto dentro de la media, cuando el nivel de los tebeos en Bélgica era realmente grande. Así que es perfectamente recomendable y constituye otro buen regalo para Reyes. Que lo disfruten. Feliz año nuevo. Leer más...

jueves, 18 de junio de 2009

MORDILLO PARA TODOS

Mordillo - Catálogo y exposición en Casal Solleric 2009
El jueves 18 de Junio de 2009 se inauguraba en el Palau Solleric de Palma una muestra antológica de Guillermo Mordillo, el popular humorista argentino. Aunque hace tiempo que sus chistes no se publican en España, sus característicos personajes blancos sobre fondos de colores vibrantes resultan inolvidables. Mordillo lleva muchos años construyendo una sólida imagen de marca, tanto que se acaba teniendo la sensación de que "visto uno, vistos todos". Pero la coherencia de su trayectoria no debe engañarnos, su mundo es mucho más complejo de lo que su colorista superficie podría sugerir. Para demostrarlo, permítanme que emplee un recurso tomado de una célebre campaña que sin duda recordarán. Se aplicaba a un refresco muy conocido y, curiosamente, contaba con un locutor argentino.

Para los argentinos
Más concretamente para los nacidos en Villa Pueyrredón, barrio donde Mordillo vivió sus primeros años y que seguramente fue edificado por obreros españoles, ya que luego él ha visto zonas muy parecidas en Barcelona y Palma. Aunque hace ya muchos años que abandonó su patria, él se ajusta a nuestro estereotipo argentino: es locuaz y sentimental, justo lo contrario de su obra, muda y emocional, nunca sensiblera ¿Viste?
Para los emigrantes
Sus padres lo fueron. Su madre venía de Asturias y su padre de Extremadura. Y él lo ha sido desde su juventud. Primero emigró a Lima, luego a Nueva York, más tarde a París y pasó por Palma Nova. Su obra ha sido incluso más viajera que él y prácticamente la encontramos por todo el planeta. Si a alguien la casa el término "ciudadano del mundo" es a él.

Para los animadores
El cine de animación fue su primera pasión. Blancanieves y los siete enanitos le fascinaron. Empezó realizando pequeñas animaciones en su casa. Luego consiguió trabajo como animador en un estudio en Buenos Aires. También con los hermanos Fleischer en la Paramount de Nueva York. Su primer libro, El Galeón, es prácticamente un story para ese largo que nunca llegó a hacer. Luego en Alemania adaptaron sus gags en pequeños cortos. Lo ha intentado en 3D y recientemente ha supervisado proyectos de animación en Argentina y China.

Para los diseñadores gráficos
En Lima trabajó en una agencia de publicidad y realizó no pocos carteles. Eso se nota en su obra, donde el discurso gráfico, el hábil empleo del color y la composición, dirigen la mirada del lector y favorecen la claridad de la comunicación. Muchas de sus ilustraciones no intentan ni siquiera resultar cómicas, entrando en terrenos de pura poesía visual, son sencillamente imágenes memorables.

Mordillo - Catalog and exhibition at Casal Solleric 2009 Palma
Para los ilustradores
Entre sus primeros encargos se contaron ilustraciones para cuentos infantiles. Luego realizó tarjetas de felicitación, donde empezó a dibujar sus personajes “patata”. Tanto en Lima como en Nueva York y París trabajó dibujando tarjetas. Luego saltó a los gags ilustrados. Pero sus tres primeros libros todavía conservan cierta estructura narrativa, que se va desvaneciendo. Hay una historia en El galeón, se desdibuja en Crazy Cowboy y casi desaparece en Crazy, Crazy.

Para los currantes
Mordillo siempre ha sido un trabajador terriblemente disciplinado. No duerme mucho y procura aprovechar sus largas jornadas de la mejor manera posible. Revisar sus cuadernos de ideas o sus minuciosos bocetos nos permite comprobar que su pasión ocupa todo su tiempo. Hace ya mucho que vive holgadamente de los frutos de su esfuerzo, pero sin ese orden y ese rigor con que maneja sus asuntos, nada de eso habría sido posible.
Mordillo - Catalog and exhibition at Casal Solleric 2009 Palma

Para los optimistas
El héroe de Mordillo es un solitario, pero no se queja por ello. Es Keaton, o Langdon, es un tipo que no desespera jamás. Capaz de saltar montañas, cruzar precipicios, sortear todos los obstáculos y, finalmente, conseguir sus objetivos. Nunca se rinde, ni se doblega. Y su energía es contagiosa.

Para los pesimistas
Mordillo ha definido su humor como "la gentileza de la desesperación". Su arte es terapéutico. No evita hablar de la soledad, incluso de la muerte o el desamor. Pero extrae una sonrisa de los temas más amargos. En ese sentido, a él le gusta definirse como un humanista. No entiende el humor como mera comicidad, contar chistes. Lo considera algo más profundo, una forma de afrontar la vida.

Para los golfistas
Su abuelo era minero y él juega al golf. No puede evitarlo. Forma parte de su universo, junto con otros muchos deportes. Ha ilustrado no pocs gags sobre futbol, otra de sus pasiones, tenis, atletismo... Admira la capacidad de concentración de los deportistas. Y entiende que es muy similar a su propia obsesión por el dibujo. Sus personajes son blancos y redondos, como pelotas de golf.

Para adultos
Su mundo es muy natural y el sexo es un aspecto más sobre el que se puede bromear. A veces ellos presumen de lo que no tienen, o ellas nos desarman con sus encantos. A menudo sus personajes se entregan a la pasión amorosa y entonces saltan chispas. Ha explorado irónicamente las muchas metáforas del amor y con todas nos hemos reído. También ha jugado con la idea del cortejo y las extrañas maneras que empleamos para hacernos querer.

Para niños
El humor de Mordillo es universal y no tiene edad. Como en Fellini, su mirada es natural, limpia y directa. La mirada de un crío que se asoma por vez primera al mundo y nos cuenta lo que ve, nos habla del ridículo y la fiesta, de la ciudad y la jungla, de nuestras costumbres y nuestros vicios. Lo hace sin palabras, para que resulte más claro.

Para bestias
Quien conoce a Mordillo conoce sus jirafas. Y sus perros. Y sus elefantes, sus caballos, sus cienpiés, sus renos, sus arañas, sus pájaros... Nada en el reino animal le es ajeno. Sus bichos se han convertido en peluches o puzzles, pero no han perdido su principal característica: son divertidos. Y casi humanos.

Para urbanitas
Sus edificios son el lugar de encuentro de amantes. Tienen muchas ventanas y un aire a Magritte. En sus azoteas puede pasar cualquier cosa. Nadie parece habitarlos y de repente están llenos de gente. Sus casas lloran, se inclinan, se comportan como materia animada.

Para artistas
La forma no es una prioridad para él. Sólo un medio, así es como nos cuenta sus historias. Con los años ha ido refinando sus métodos. Empezó con chistes en blanco y negro. Luego consiguió publicar en color. Durante mucho tiempo empleó la acuarela líquida. Con ochenta años decidió cambiar. Lleva la última década redibujando algunas de sus imágenes más conocidas y traduciéndolas a una mezcla de acrílico y pastel. Pero mantiene sus objetivos: el color, la composición, todo queda al servicio del humor. Su obsesión: conseguir que todo lo que aparezca en sus dibujos resulte cómico.

Para todos
El arte de Mordillo nos resulta tan familiar que podemos cometer el error de creer que no podrá sorprendernos. Y no es así. Pasma el volumen de su producción, la calidad y detalle de sus originales, la variedad de su trabajo, los diferentes soportes a los que se han aplicado sus ideas. Y, sobre todo, aunque volvamos sobre imágenes suyas que ya conocíamos, consiguen hacernos reír. O sonreír. A todos. Y eso es muy importante y bastante difícil. Es uno de los grandes, no lo olviden.
Leer más...

viernes, 5 de junio de 2009

ALDEBARÁN & BETELGEUSE de LEO

Aldebarán de Leo, editado por Planeta DeAgostini

Planeta DeAgostini.
Barcelona, 2009.
236 páginas. 20 euros

DE ALDEBARÁN A BETELGEUSE


Simplemente: no sigan leyendo y cómprense estos tebeos. El año pasado salió el primer tomo que, idiota de mi, no compré en ese momento. Y ahora se acaba de publicar el segundo. Son obra de Leo, un autor brasileño afincado en Francia. Cada volumen agrupa cinco álbumes y, aunque me habría gustado un formato algo mayor, hay que reconocer que el precio es rompedor. Repito: cómprense estos tebeos.


¿Ya los tienen? Si se han agotado, resérvelos. No se los pueden perder. Hasta aquí la parte importante de este artículo. Cuando los lean comprenderán que lo que sigue es realmente fácil, tan evidente que resulta casi superfluo tener que escribirlo.

Tanto Aldebarán como su continuación Betelgeuse son dos historietas grandísimas. Su creador, que firma tanto el guión como el dibujo, ha realizado un trabajo excepcional, lleno de matices, profundo y entretenido, inteligente y sexy, visual y filosófico, emocionante y aventurero. Es una obra maestra. Y no todos los días tenemos la inmensa fortuna de enfrentarnos a una.

Esta es una historia de ciencia-ficción, a la altura de Dune o Solaris con las que, por cierto, guarda no pocas similitudes. Es también un relato de iniciación. Los protagonistas empiezan como adolescentes y los vemos madurar poco a poco, se equivocan, sufren, se adaptan y cambian. Las aventuras sentimentales se entrecruzan con realismo, se aborda el sexo con naturalidad y las emociones se describen de forma verosímil. Es una poderosa fábula ecológica que nos devuelve la sensación de curiosidad y misterio que nos provocan ciertos escenarios naturales.


Betelgeuse de Leo, editado por Planeta DeAgostini

La acción se desarrolla en dos ambientes casi opuestos, que están descritos con una imaginación, precisión y gusto por el detalle realmente extraordinarios. Animales exóticos y vegetación alienígena se funden con asentamientos terrestres hasta formar un entorno creíble y fascinante. Sólo hay dos tebeos que me hayan producido esa sensación de que algo muy ajeno podría ser posible: el Flash Gordon de Raymond y la adaptación de Perdidos en el espacio de Gold Key. El dibujo puede parecer convencional y ciertas expresiones un poco acartonadas. Pero todo eso se olvida cuando nos sumergimos en la lectura. El autor domina el color y la iluminación y su arte aparentemente convencional nos transporta a mundos lejanos sin olvidar la expresión precisa de los sentimientos y pasiones de sus héroes.

Es además una muy bien construida intriga política y social. Nos cuenta con crudeza algunas de las cosas que como sociedad estamos dispuestos a hacer para sobrevivir. Más: es un potente alegato feminista, con una protagonista que va creciendo ante nuestros ojos hasta convertirse en una mujer fascinante. No es la única en una historia llena de féminas poderosas.

Si en el primer ciclo el relato sigue a un nutrido grupo de protagonistas, en el segundo una chica carga con el peso de la acción y nos dejamos guiar por ella en un mundo misterioso y lleno de intrigas y amenazas, pero también de belleza y cambios. En la construcción de personajes se dan no pocos giros inesperados y creíbles. Por ejemplo, en el caso del secundario Teniente Hudson, que primero se nos presenta como un descerebrado tan fogoso como atolondrado y acaba ennoblecido y redimido con naturalidad. Todas las relaciones personales están tratadas con gusto y verosimilitud.
Esto es un tebeo adulto como toca. Él sólo consigue que disculpemos al comic franco-belga de todas las tonterías que hemos tenido que tragar en los últimos años.

¡Bravo, maestro!
Leer más...

viernes, 1 de mayo de 2009

LAS CALLES DE ARENA de PACO ROCA

comic: "Las calles de arena" de Paco Roca, edita en España Astiberri
Astiberri Ediciones. 
Bilbao, 2009. 
102 páginas. 15 euros

SUEÑOS, MUERTES Y RECUERDOS


El mayor problema al que se enfrenta Paco Roca comienza casi al principio del relato. Justo cuando nos damos cuenta de que va a construir su historia dentro de un sueño. 


El protagonista, un personaje que siempre aplaza sus decisiones, se pierde camino de la firma de una hipoteca en el banco. Llega a un hotel donde empiezan a sucederle cosas extraordinarias. A partir de ahí, las atmósferas que respiramos tienen el aroma de Carroll, Kafka o Miyazaki. Como lector, debo reconocer mi rechazo frente a este tipo de artificios. Esos ambientes en que las situaciones son repetitivas, los comportamientos se duplican de forma obsesiva, un personaje excéntrico da paso al siguiente y lo extraordinario se convierte en habitual, me fatigan, me duermen. Que fue lo que literalmente me ocurrió intentando leer este tebeo.

Pero una vez que se admiten las premisas surrealistas de Roca, sus citas a Böcklin, Piranesi o Escher son coherentes y reconozco que finalmente su galería de tipos raros es entretenida y su guión consigue momentos curiosos. Sobre todo cuando su mundo se despereza y los cambios se suceden encadenándose. Por otro lado, no dejan de fastidiarme sus citas literarias, desde los mapas que son iguales al territorio que representan hasta el ataúd salvador, pasando por otros tantos referentes que parecen colocados para que los comentaristas avispados puedan excitarse citando a Melville, Cortazar o Borges.

página de "las calles de arena" de Paco Roca, edita Astiberri
Por otro lado su historia no carece de humor y de ideas. Como ese vampiro que, al no poder reflejarse en los espejos, encarga retratos para recordar cual es su aspecto. O ese viudo que clona a su esposa muerta a partir de unos cabellos que conserva; lamentablemente, ninguno de sus clones vuelve a enamorarse de él. O el tipo que no consigue ordenar su maleta ni salir de su habitación... y tantos otros. El conjunto de seres que habita ese hotel con forma de torre de Babel sirve al autor como excusa para reflexionar sobre la importancia de los recuerdos, la presencia de la muerte en nuestra vida o la en ocasiones débil barrera que separa la realidad de los sueños, las fantasías. A veces parece que esas sugerencias van a ser más profundas, como en el caso de la cartera que vive de entregar las cartas que ella misma escribe. Pero en general mantiene un tono ligero y una naturalidad que recuerdan un poco a Berlanga. En parte por la mezcla entre lo extraordinario y lo cotidiano, casi vulgar. También por el ambiente coral y la extraña lógica que mantiene entre tanto disparate.

Su dibujo sigue mejorando y aquí el color se entona en gamas muy armónicas. Sólo podría cuestionar un cierto abuso de las sombras, que acaban tomando un inmerecido protagonismo, aportando al volumen un aire un tanto melancólico, inadecuado en algunos pasajes.

Tras Arrugas, otro trabajo serio y lleno de ideas, Roca vuelve a ofrecernos un volumen que no convencerá a todos, pero sin duda ambicioso y bien acabado, más que respetable.
Leer más...

viernes, 24 de abril de 2009

THE ONE POUND GOSPEL de R. TAKAHASHI

"The one pound gospel" de Rumiko Takahashi, edita EDT
Ediciones Glénat S.A.
Barcelona, 2008.
216 páginas. 10 euros

ROCKY EN JAPÓN


El boxeo es sin duda un deporte muy visual, ya que ha inspirado un sólido conjunto de obras maestras, tanto en el cine como en el comic. Recientemente podíamos disfrutar de One dollar million baby, la apabullante película de Clint, una gozada visual y emocional, pero también de Rocky Balboa. Otra pieza en absoluto desdeñable, para quienes sean capaces de apreciar el arte de Stallone sin las orejeras de los prejuicios. Especialmente llamativo el gran diálogo entre el viejo púgil y su hijo, un texto que debería citarse en algunas de nuestras escuelas. Les aseguro que sé de qué estoy hablando.


En cómic contamos con algunos gloriosos precedentes como Big Ben Bolt o el espectacular Superman contra Muhammad Alí. Pero nada podía prepararnos para el acercamiento de Rumiko Takahashi al género. Ya sabíamos que era grande y cualquiera de sus series prueba su innegable talento para el humor, como Maison Ikkoku o Ranma ½. También sabe moverse en el terreno de la aventura fantástica, como demuestra en Inu-Yasha. Salta con aparente facilidad del culebrón interminable al relato corto. Su dibujo es siempre eficaz y muy cómico y expresivo y la considero una de las grandes, no sólo por su popularidad sino sobre todo por la regularidad y calidad de su trabajo.

Como siempre consigue sorprendernos. Primero mezcla elementos de la comedia sentimental que tanto le gusta con los lugares comunes del boxeo. El aspirante se queda prendado de una monja a la que confiesa sus debilidades. Éstas también son peculiares. Es un glotón y lo que peor lleva de la disciplina propia de su deporte es la obligada dieta. Así que su entrenador se pasa los episodios vigilándolo para que no se zampe a escondidas todo lo que se le pone por delante. De antología esa viñeta en que lo pilla escondido bajo la mesa de un restaurante, atacando un suculento plato.

Comic de boxeo, The One Pound Gospel, de Rumiko Takahashi
Si ya sabíamos que Rumiko es muy buena en el terreno de las expresiones faciales, con sus particulares ojos desorbitados, sus babas y todas esas invenciones visuales tan comunes en el manga, aquí demuestra su facilidad con las escenas de lucha, unos combates que coreografía con precisión, sin perder el humor. Para troncharse ese episodio en que al protagonista se le promete un filete de carne si gana una determinada pelea. Recibe una buena tunda pero consigue levantarse y golpear a su adversario al grito de “¡Toma bistec de primera!”. Takahashi también se toma su tiempo para explicarnos la disparatada relación entre el púgil y la monja, pero a eso ya nos ha acostumbrado en sus otras series. Sabemos que nos llevará de acá para allá a voluntad y que disfrutaremos todo el trayecto.

Desde su implantación en España, a finales de los ochenta, el manga ha demostrado su vitalidad, con tebeos para todos los géneros, gustos y edades. Si algo ha mantenido a los lectores más jóvenes cerca de las viñetas, sin duda han sido los creadores japoneses. Quizás al principio la atracción se originaba en las series de animación, derivándose luego hacia el papel. Pero con el tiempo han demostrado que pueden producir de todo, desde lo más popular a lo más zafio, de lo mejor a lo peor. Conviene permanecer atentos a sus creaciones porque entre ellas se cuentan algunas de las mejores obras de las últimas décadas.
Leer más...