viernes, 28 de septiembre de 2018

RIP RUSS HEATH y MARIE SEVERIN

Russ Heath RIP

EL ÚLTIMO HOMBRE Y LA PRIMERA MUJER


En septiembre nos dejaban dos de los últimos supervivientes de la mítica editorial EC: Russ Heath (91 años) y Marie Severin (89 años).


Él, a pesar de su amistad con el guionista Harvey Kurtzman, apenas colaboró en sus rompedores comics de guerra. Según comentaba, “debí irme más veces a comer con él”.

Marie, en cambio, jugó un papel muy importante en la casa como colorista.  Más tarde en Marvel la descubriríamos como dibujante de humor en algunas de las revistas satíricas que Stan Lee intentó lanzar como respuesta a Mad. Aunque en España son más conocidas sus colaboraciones en series como Namor y, sobre todo, Kull. Allí firmó varios episodios con su hermano el gran John Severin a las tintas, que permanecen entre los mejores de la apasionante saga del rey bárbaro. En tiempos en que la presencia de las mujeres era todo menos habitual en el medio, Marie Severin abrió muchas puertas y se situó como una más en un contexto ferozmente masculino. Seguro que se rió al ver las hipersexualizadas tintas de Wood sobre sus lápices en The Cat.

Era una señora tremendamente simpática y quienes la trataron recordaban sus bromas y su constante buen humor. Sus caricaturas y chistes sobre su entorno de trabajo y sus compañeros son muy conocidas. Hacía años que sabíamos de sus problemas de salud y ahora finalmente ha llegado al final de una existencia muy fructífera. Como muchas otras dibujantes, no tuvo descendencia, pero todos recordaremos sus hijos de papel y la evidente calidad de sus lápices. Además se rumorea que siempre supo apreciar la labor de sus colegas y que su colección privada era impresionante. Veremos si sale a la luz en los próximos meses.

RIP Marie Severin - descanse en paz
Obviamente ella no fue la primera dibujante de comics de la historia pero creo que fue la primera de cuya existencia fui consciente. Menos exagerado resulta mencionar a Russ Heath como “el último hombre”. De su carrera ya tuve ocasión de hablar cuando organizamos en el Palau Solleric de Palma una expo dedicada a él, acompañada por el catálogo Flesh & Steel. Cuando su hija Sharon me comunicó su muerte tuvo la amabilidad de recordarme cómo le había alegrado a su padre la edición del libro. Aunque sus últimos años fueron un tanto tristes, en una lucha que no pudo ganar contra el cáncer, su vida es un prodigio de vitalidad y producción. Nunca se ató a un personaje, razón por la cual no es tan conocido como otros creadores. Pero esa independencia le permitió saltar de un lugar a otro del país, trabajando donde la daba la gana y disfrutando de la nueva libertad sexual que su generación había conquistado en los sesenta. Como anécdota, recordar la temporada que se pasó viviendo en la mansión Playboy de Chicago. Allí enseñaba a nadar a las chicas. Como él comentaba: “Dibujaba con la puerta abierta”. Fue uno de los últimos grandes dibujantes realistas y todo un personaje. Su obra permanecerá.
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viernes, 21 de septiembre de 2018

APLEC MELICOTÓ. MADE IN MALLORCA

Aplec Melicotó, made in Mallorca
Vich, Campillo y Torrado
Melicotó. Palma, 2018.
15 euros.

DE AQUÍ
Los chicos de Melicotó aparcan temporalmente las camisetas para editar un libro, un recopilatorio con algunas de sus mejores imágenes.



Facturan camisetas pero también delantales, toallas, imanes, tarjetas, tazas y cualquier otro soporte que pueda contener sus declaraciones visuales. Podríamos considerarlos productores de souvenirs, pero los chicos de Melicotó se preocupan por producir sus objetos lo más cerca posible y el público al que se dirigen no está formado por turistas.

Su diana la conforman los de aquí, los nativos que aún pueden desentrañar los arcanos contenidos en sus ilustraciones. Así que cabría denominar sus productos como recuerdos de interior. Un interior más simbólico que real, en la medida en que va desapareciendo por el desplazamiento de lo rural ante lo urbano. También por el exterminio del mallorquín al que todos los defensores de la normalización se han prestado. Sacrifiquemos la lengua de nuestras abuelas en el ara de la norma sagrada, según la denominó mi amigo Horrach (el otro "Valtonic" del que nadie quiere acordarse). Obviamente los de Melicotó simplemente se entregan a la buena onda de recuperar expresiones que muchos recuerdan, aunque sea vagamente.

Aplec Melicotó, made in Mallorca - camisetas delantales toallas
Viví de cerca el desarrollo de una de las semillas de esta iniciativa, el proyecto fin de carrera de Jaume Vich. Debía culminar sus estudios de Ilustración con un trabajo que le sirviera como tarjeta de presentación para futuros empleos. En su “Mallorca MutanteVich imaginaba payesas con tres ojos y marcianos comiendo ensaimadas.

Ese origen un poco friki se nota todavía en algunas de sus propuestas, con guiños a los superhéroes y a los variados mundos nerd. Cuando la propuesta de Melicotó madura se sustituye lo pulp por lo popular en el sentido más auténtico y amplio de la palabra.

Los tres socios se han pateado no pocas plazas y mercados y han encontrado su hueco en la red y en la vida real. Desde su tienda de Los Geranios intentan sobrevivir sin tener que ir de pueblo en pueblo. Y, si la suerte acompaña, ayudar a dinamizar una zona comercial en larga y lamentable decadencia.

Aprendieron algo en la calle: que los chicos no compran. Cuando intentaban líneas más “masculinas” no les funcionaban. Porque las que compraban eran ellas. Así que su trabajo adoptó progresivamente un carácter más rosa, aparecieron algunos unicornios y se multiplicaron los abrazos y los gestos cariñosos. Y poco a poco consolidaron un espacio que algunos se esfuerzan por imitar. Pero no es fácil ya que su calidad gráfica es muy alta. Los dibujos son sencillos, modernos, directos y con gracia, el empleo del color excelente, sus caligrafías maravillosas. Creo que son un referente y ante cada uno de sus carteles me pregunto por qué no les encargan más. Ayuntamientos, instituciones: nadie puede ofrecer hoy en día una imagen mejor ni más amable de Mallorca que estos chicos. Llevan muchos años demostrándolo y su recopilatorio es una buena prueba de ello. Repásenlo y disfruten.

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viernes, 14 de septiembre de 2018

JOE SHUSTER - HISTORIA A LA SOMBRA DE SUPERMAN


Joe Shuster - la  historia a la sombra de Superman de Julian Voloj y Thomas CampJulian Voloj y Thomas Campi
Dib•Buks. Madrid, 2018.
192 páginas, 25 euros.

EN EL PRINCIPIO...
Una novela gráfica tan interesante como deprimente sobre los padres de Superman: el guionista Jerry Siegel y el dibujante Joe Shuster.



El relato se inicia con un Shuster sin hogar obligado a dormir en un parque. Cuando un policía le invita a comer él le explica cómo creó a Superman. El resto es un largo flash-back sobre dos chicos judíos que imaginaron uno de los personajes más populares del mundo del cómic.

Supone también un afortunado repaso a los orígenes de un medio cuyo cénit Shuster y Siegel ayudaron a alcanzar. O quizás fue al revés y ellos precipitaron el principio del fin, pero esa es otra discusión.

El caso es que esta no es una novela gráfica más, llena de datos tan sesudos como fácilmente olvidables. Cualquier aficionado a esa edad dorada de los superhéroes tendrá motivos de sobra para disfrutar con este trabajo. Por él discurren artistas y editores que conocemos, se suceden los personajes que aparecen en las enciclopedias y encuentran su lugar los secundarios que todos citamos pero cuyo contexto en muchos casos se nos escapa.

Joe Shuster - la  historia a la sombra de Superman de Julian Voloj y Thomas CampSe explican muy bien los lazos entre los primeros editores y la delincuencia organizada. Y lo fácil que resultaba pasar de imprimir pornografía o similar a tebeos para chavales. O usar las mismas furgonetas que distribuían los comics para traficar con licor. Era un mundo despiadado en el que cada cual buscaba su propio beneficio. Por eso los contratos que los artistas firmaban hoy nos resultan descabellados y abusivos. Eran otros tiempos…

La novela se centra en cómo esas viejas costumbres afectaron a dos jóvenes que, de repente, lograron un boom de ventas. Aquel personaje que llevaban años intentando vender finalmente se convirtió en un éxito cuando saltó a los quioscos. Así que de repente todos se lanzaron sobre él, hasta acabar en manos de otros dibujantes y guionistas de la casa. La frustración que esto provocó en el irascible Siegel fue monumental, hasta prácticamente acabar con su carrera y su salud. Mientras, Shuster padecía una de las peores enfermedades para un dibujante: una progresiva ceguera.

Vapuleados por la editorial, la situación no cambió hasta finales de los setenta cuando la peli sobre Superman con Christopher Reeve estaba a punto de estrenarse. Siegel escribió una carta pública reclamando sus derechos perdidos y el dinero que se embolsaba la empresa y no él. Neal Adams, entonces un joven dibujante en la cresta de la ola, salió en su defensa encabezando una campaña de apoyo. Finalmente Siegel y Shuster aparecieron en los créditos del film como “creadores” y se alcanzó un acuerdo económico.

Añadan a esto un dibujo delicado y una sensible aproximación a los sentimientos y relaciones de los protagonistas. El resultado es un trabajo por encima de la media y que no defraudará a los interesados en la historia del cómic.

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viernes, 7 de septiembre de 2018

LOS CABALLEROS DE HELIÓPOLIS DE JODOROWSKY y JEREMY

VIEJOS MAESTROS

A punto de cumplir los noventa, Jodorowsky demuestra que sigue en plena forma. Con el dibujante Jérémy presenta su última saga, una delirante aventura histórica protagonizada por un hijo de Luis XVI.


Como con el guionista chileno nada es sencillo, el héroe es un hermafrodita que milita en una secta, esos Caballeros de Heliópolis que dan título a la obra. El relato trenza con habilidad la pura acción, los misterios que acechan en las sombras y esa visión cruel de una realidad en la que amor, deseo y muerte juegan una eterna partida no apta para timoratos.

Los héroes de Jodorowsky siempre se enfrentan a lo peor y habitualmente consiguen salir victoriosos, aunque diferentes. Esa metafísica de la transformación es la clave principal para enfrentarse a sus textos, un largo camino que asegura los desafíos y los consiguientes cambios. Para los protagonistas pero también para los lectores. Aquí no cuenta con alguno de los gigantes con los que colaboró en el pasado, como Moebius, cuyo Incal se reedita de manera ritual. O Bess, de quien recientemente se publicaba el Integral de Juan Solo, su aventura mexicana. Aquí Jérémy cumple con creces. El color es un tanto saturado y oscuro pero la narrativa es eficaz y el tomo se lee sin problemas. Impresionante la secuencia en que Marat le arranca el corazón a quien considera sucesor del rey pero que no es más que un pobre bastardo sin cerebro.

Otro veterano que pervive en nuestras librerías es Van Hamme. Cumple ochenta el año que viene y se dedica solo a Largo Winch. Pero podemos disfrutar con algunas reediciones, como la de los Maestros Cerveceros que acaba de publicar Dolmen.

Agrupa en un único volumen con un formato digno todos los álbumes de una gran saga. A ver si así nos olvidamos de la deprimente y diminuta edición anterior.

De paso mencionar que la actual política de reediciones de Dolmen está llenando las estanterías de productos interesantes: ojo al Pumby que acaban de sacar, a su Flash Gordon, Phantom o al Príncipe Valiente.


Berardi cumple setenta en 2019. Y su Ken Parker sigue en marcha. Ya lo he dicho con anterioridad y lo repito: esta reedición es una gran noticia.

Hay un abismo entre las historias que dibuja Milazzo y las que caen en manos de otros artistas. Pero da igual, los guiones son para no perdérselos. Confiemos en que se complete la edición con todos los episodios de la serie.

Puestos a citar reediciones, no debe olvidarse el último trabajo de Jijé en Tanguy y Laverdure. Hay una parte que no dibuja él, qué se le va a hacer. Ha sido una tremenda alegría asistir a la recuperación de este grandísimo autor para el mercado español.
Muerto en 1980, han tenido que pasar más de treinta años para que a alguien se le ocurriera publicar su obra. Pero finalmente ha ocurrido y con ediciones de gran calidad. Así que ¡albricias!







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