Dolmen, España, 2023
182 páginas, 31,90 euros
¡YA ERA HORA!
No quiero parecer exagerado pero la publicación de Buz Sawyer es la noticia más importante del año, en el mundo del cómic. Si sólo pueden comprarse un tebeo, que sea éste.
A finales de los setenta se tradujeron algunos episodios de esta serie, correspondientes a su última etapa. Quienes los leímos entonces todavía los atesoramos. Eran nuestro único punto de contacto con uno de los grandes creadores clásicos. Roy Crane se codeaba con Raymond, Foster o Caniff, formaba parte del reducido grupo de autores que habían prácticamente inventado el cómic de aventuras desde las tiras y los dominicales de prensa. Pero así como todos los citados son viejos conocidos nuestros, con reediciones cada vez más cuidadas, Crane permanecía prácticamente inédito, por razones que para mí son un misterio. Y es que cualquiera que repase sus tiras no puede sino quedar automáticamente prendado por su dibujo encantador y por la gracia y la naturalidad de sus argumentos. Crane es un genio que se aleja del realismo académico de Raymond y Foster y que tampoco imita el impresionismo de Caniff sino que inventa una tercera vía, más caricaturesca, con personajes de trazo sencillo y cabezas un poco grandes. A todo ello suma el empleo del papel duo-tono, un recurso que le permitía incorporar grises a golpe de pincel, aportando una magia muy especial a sus tiras. Sus paisajes marinos, sus vistas de la selva o sus cielos llenos de nubes son realmente bonitos.
Temáticamente, su protagonista es un héroe de la aviación en plena guerra del Pacífico. Pero Crane pronto alterna esas andanzas bélicas con otras correrías más cotidianas. Cuando el protagonista vuelve a casa da comienzo una aventura más peligrosa que la lucha contra los japoneses. Hay una rubia que Leer más...