304 páginas, 32 euros.
UNA CANCIÓN PARA NO OLVIDAR
Kirkman lo ha vuelto a hacer. Tras deslumbrarnos con sus muertos vivientes, su refrescante superhéroe juvenil, “Invencible”, y el arrollador “El poder del fuego”, demuestra de nuevo su talento con “Oblivion Song”.
Sinceramente, no las tenía todas conmigo. Pudimos ver los originales de la serie en Angulema, hace dos años. En la muestra que le dedicaron también se incluían las planchas del último episodio de sus zombis, antes de que se publicara en España. En comparación con la limpia narrativa de Adlard, aquella extraña mezcla de ciencia ficción y monstruos resultaba barroca e innecesariamente distorsionada. Las páginas coloreadas tampoco parecían mejorar mucho el conjunto. Así que les aseguro que comencé la lectura de esta nueva fantasía de Kirkman con pocas esperanzas. Pronto me di cuenta de mi error.
Primero en cuanto al grafismo. A pesar de sus caras expresionistas y sus acabados feístas, Lorenzo De Felici es un dibujante como la copa de un pino. Su estética se ajusta como un guante a esta historia de perdedores, sabe imprimir en los rostros de los personajes todas esas