viernes, 17 de diciembre de 2021

CHEZ ADOLF de RODOLPHE, MARCOS y FOGOLIN COMIC

Chez Adolf Integral 1 de Rodolphe, Marcos y Fogolin Comic Nazismo
Ponent Mon, Madrid, 2021.
112 páginas, 25 euros.


EL ADOLF MÁS CASERO
Hay una primera razón para comprar este álbum y es su guionista. Rodolphe es uno de los cómplices habituales de Leo, fue su guionista en “Trent” y luego juntos escribieron otras sagas como “Kenia”.


Como buen entusiasta del trabajo de Leo me lancé sobre “Chez Adolf”, esperando encontrar la calidad que esta pareja ya ha demostrado en el pasado. Y la obra no decepciona. Se echa en falta a Leo, cuyo lugar lo ocupa un dibujante gallego, Ramón Marcos. Un autor a quien apenas conocía y que cumple con creces. Lo que aquí se cuenta queda lejos de las fantasías intergalácticas con las que asociamos al creador brasileño. No sé cómo se las habría apañado Leo enfrentado a una reconstrucción histórica como ésta, pero sí que Marcos sale airoso del reto. Su dibujo es limitado pero riguroso, se ajusta con precisión a lo que pide el guión y transmite con firmeza las emociones y los ambientes que nos sitúan en esa Alemania cada vez más totalitaria.

El asunto es similar al abordado por Spiegelman en su renombrado “Maus”. Se cuenta el ascenso del nazismo, no desde la perspectiva de las altas esferas sino desde una posición más cotidiana, casi vulgar. El protagonista es un profesor de un colegio que asiste como testigo a esas pequeñas transformaciones que, de manera imperceptible, conducen a una sociedad a su perdición. Él no es un político, solo un erudito, un tipo solitario que desea que le dejen en paz. Pero el proceso es tan cruel como imparable. Primero le sugieren que debería de incorporarse al partido, luego le invitan a quemar ciertos libros, más tarde le previenen respecto a determinados vecinos... A su alrededor todo un pequeño ejército de secundarios sirve para aportar matices a este inmenso drama social. Algunos progresan, aprovechan los nuevos tiempos para ascender en esta sociedad que brinda oportunidades a los más audaces. Otros desaparecen o son asesinados con brutalidad. De algunas cosas ya no se puede hablar, otras deben ser declaradas en voz muy alta. Todo es cada vez más triste y miserable y no parece que vaya a mejorar.

Chez Adolf Integral 1 de Rodolphe, Marcos y Fogolin Comic Nazismo
Rodolphe
construye a la perfección las pequeñas secuencias que componen este gran drama, para mi gusto bastante mejor contado que “Maus”. Empezando por esa primera escena en la que el dueño del bar de la esquina decide rebautizar su local como “Chez Adolf” en honor al nuevo canciller. Luego todo se complica. Ese mundo normal que conocemos en el inicio del relato, con sus devaneos amorosos y sus juegos intelectuales se va desvaneciendo paulatinamente hasta que el gusano nacional-socialista acaba invadiendo todos los ámbitos de la vida de ese héroe incierto: la escuela donde trabaja, el edificio donde vive, sus relaciones románticas o de amistad... Así que debe hacer algo. Pero no es tan fácil. Porque con el horror y la indignación moral viene también un indeseable compañero: el miedo. El destino, evidente para todos, de quienes osan desafiar a los nuevos amos es terrible. Así que parece más saludable bajar la cabeza y mirar hacia otro lado.

En tiempos de caza de brujas, cuando casi cualquier discrepancia es perseguida de manera despiadada por los nuevos inquisidores, cuando los déspotas nos indican que el diálogo es hacer lo que yo te diga y se desdibuja la diferencia entre discrepar y crispar, resultan muy saludables obras como ésta, que nos recuerdan que si permitimos que criminales y mediocres ocupen el poder, tarde o temprano pagaremos las consecuencias.