viernes, 21 de septiembre de 2018

APLEC MELICOTÓ. MADE IN MALLORCA

Aplec Melicotó, made in Mallorca
Vich, Campillo y Torrado
Melicotó. Palma, 2018.
15 euros.

DE AQUÍ
Los chicos de Melicotó aparcan temporalmente las camisetas para editar un libro, un recopilatorio con algunas de sus mejores imágenes.



Facturan camisetas pero también delantales, toallas, imanes, tarjetas, tazas y cualquier otro soporte que pueda contener sus declaraciones visuales. Podríamos considerarlos productores de souvenirs, pero los chicos de Melicotó se preocupan por producir sus objetos lo más cerca posible y el público al que se dirigen no está formado por turistas.

Su diana la conforman los de aquí, los nativos que aún pueden desentrañar los arcanos contenidos en sus ilustraciones. Así que cabría denominar sus productos como recuerdos de interior. Un interior más simbólico que real, en la medida en que va desapareciendo por el desplazamiento de lo rural ante lo urbano. También por el exterminio del mallorquín al que todos los defensores de la normalización se han prestado. Sacrifiquemos la lengua de nuestras abuelas en el ara de la norma sagrada, según la denominó mi amigo Horrach (el otro "Valtonic" del que nadie quiere acordarse). Obviamente los de Melicotó simplemente se entregan a la buena onda de recuperar expresiones que muchos recuerdan, aunque sea vagamente.

Aplec Melicotó, made in Mallorca - camisetas delantales toallas
Viví de cerca el desarrollo de una de las semillas de esta iniciativa, el proyecto fin de carrera de Jaume Vich. Debía culminar sus estudios de Ilustración con un trabajo que le sirviera como tarjeta de presentación para futuros empleos. En su “Mallorca MutanteVich imaginaba payesas con tres ojos y marcianos comiendo ensaimadas.

Ese origen un poco friki se nota todavía en algunas de sus propuestas, con guiños a los superhéroes y a los variados mundos nerd. Cuando la propuesta de Melicotó madura se sustituye lo pulp por lo popular en el sentido más auténtico y amplio de la palabra.

Los tres socios se han pateado no pocas plazas y mercados y han encontrado su hueco en la red y en la vida real. Desde su tienda de Los Geranios intentan sobrevivir sin tener que ir de pueblo en pueblo. Y, si la suerte acompaña, ayudar a dinamizar una zona comercial en larga y lamentable decadencia.

Aprendieron algo en la calle: que los chicos no compran. Cuando intentaban líneas más “masculinas” no les funcionaban. Porque las que compraban eran ellas. Así que su trabajo adoptó progresivamente un carácter más rosa, aparecieron algunos unicornios y se multiplicaron los abrazos y los gestos cariñosos. Y poco a poco consolidaron un espacio que algunos se esfuerzan por imitar. Pero no es fácil ya que su calidad gráfica es muy alta. Los dibujos son sencillos, modernos, directos y con gracia, el empleo del color excelente, sus caligrafías maravillosas. Creo que son un referente y ante cada uno de sus carteles me pregunto por qué no les encargan más. Ayuntamientos, instituciones: nadie puede ofrecer hoy en día una imagen mejor ni más amable de Mallorca que estos chicos. Llevan muchos años demostrándolo y su recopilatorio es una buena prueba de ello. Repásenlo y disfruten.