viernes, 22 de noviembre de 2013

AMAZING FANTASY OMNIBUS

Amazig Adult Fantasy - Stan Lee, Steve Ditko y Jack Kirby
Stan Lee, Steve Ditko y Jack Kirby
Marvel, 2007.

TIM BOO BA!


Los monstruos gigantes fueron muy populares en los cincuenta y luego prácticamente se desvanecieron para dar paso a los superhéroes. Un factor casi olvidado en esa transición fue la revista Amazing Adult Fantasy.


Dejo para otra ocasión la historia de ese cambio en la DC, editorial propietaria de personajes tan emblemáticos como Superman o Batman. Aunque aparecieran antes, tardaron algo más en adoptar el nuevo enfoque que llevaría a los héroes con capas a unas cifras de ventas desconocidas hasta ese momento. Normalmente se nos cuenta que la aportación de Marvel consistió en un mayor realismo, en situar a sus supertipos en entornos próximos al lector. Si Superman o Batman vivían en Metrópolis y Gotham, Los Cuatro Fantásticos compartirían Nueva York con Spiderman o el Doctor Extraño. No sólo eso, sus reacciones y emociones también se acercaron a las de cualquier humano, posibilitando que sus seguidores se identificaran con ellos.

Pero en todo ese camino hacia el realismo ¿qué papel jugaron las historias de monstruos, dominantes en la década anterior? La bomba atómica había desatado la imaginación de los guionistas poblando los tebeos de diversas amenazas nucleares. Si los japoneses tenían a su Godzilla Stan Lee, el editor de Marvel, se dedicó a escribir aventuras con criaturas de sonoros nombres: Torr, Fin Fang Foom, Zzutak, Manoo, Monsteroso y, por supuesto, Tim Boo Ba. En el baile genérico que caracteriza a los cincuenta, estos relatos se entremezclaban con desparpajo con episodios bélicos, románticos, policíacos o de ciencia-ficción. Las modas se consumían con rapidez y los lectores saltaban de un terreno a otro para desesperación de unos editores casi incapaces de seguirles el ritmo. Stan Lee era joven, ambicioso y dinámico y estaba dispuesto a surfear cualquier ola de popularidad que se le presentara. Por el camino vivió varias crisis laborales y llegó a perder su oficina cuando la implantación del Comics Code y el rechazo social hacia los comics casi acaba con la industria. Se creaban y consumían cabeceras con frenesí, algunas pervivían durante décadas y muchas desaparecían en pocos meses.

En 1959 Joe Maneely, uno de los dibujantes favoritos de Lee, falleció atrapado entre dos vagones de tren. El editor se ve obligado a sustituirlo, lo que aumenta la participación de Kirby en Marvel. Pronto le seguirán otros. “El rey” aportará su peculiar energía a los relatos cortos de final inesperado que le escribe Lee. Los Cuatro Fantásticos están a la vuelta de la esquina y en ellos todavía podemos percibir muchos de los elementos de esas primitivas e inocentes historias de monstruos. En 1961 Marvel lanza Amazing Adventures, una nueva publicación donde encontramos junto a Kirby a Steve Ditko. Llevaba ya algunos años colaborando en revistas de la casa como Tales of Suspense, Strange Tales, Journey into Mystery o Tales to Astonish. Kirby es explosivo y barroco, sus personajes se salen de las planchas, todo es dinámico y atropellado. Ditko es justo lo contrario. La reedición de su primera etapa en Charlton, a cargo de Fantagraphics y que en España ha publicado Diábolo, puede resultar engañosa en cuanto a sus capacidades. Si en esos relatos notamos cómo su peculiar estilo se va formando, en general no aguantan la comparación con el material que facturaba para Marvel.

De alguna manera su colaboración con Lee funciona muy bien y el editor parece encantado con la labor del artista. Así que escribe historias muy ajustadas a sus capacidades. Las páginas de Ditko son regulares y rítmicas, sus escenarios de una sencillez pasmosa, sus monstruos son cercanos y tiernos y sus aliens parecen vecinos disfrazados con máscaras no demasiado convincentes. Todo es familiar y, al tiempo, extraño. Los elementos parecen en su sitio pero notamos que algo ha sido desplazado, aunque no podemos precisar qué. Esa mezcla de normalidad y rareza define al mejor Ditko, que en estos años confirma su gran talento.

Tales of suspense - When the Earth vanished de Ditko
Lee debió ser muy consciente de lo que se traían entre manos ya que antes de finalizar el año decide transformar la revista. El número seis de Amazing Adventures aparece en noviembre de 1961 y al mes siguiente llega a los quioscos una nueva publicación: Amazing Adult Fantasy. Sorprendentemente, todos los episodios que la componen están dibujados por Ditko y escritos por Lee, que prescinde aquí de Kirby. El experimento se explica recordando la voluntad del editor de competir con las series de misterio que en esos días triunfaban en la televisión. Deseando alejarse del tradicional público infantil Lee intenta captar lectores más adultos a quienes puedan interesar los retorcidos relatos que inventa. Es una gran ocasión que Ditko no malgasta: su trabajo es minucioso y delicado y se ajusta perfectamente a los ingeniosos argumentos. En ellos prima un humor quizás no tan evidente en obras anteriores, que se aplica a una gran variedad de temas, de la magia a la ciencia ficción pasando por el terror y el misterio. Y, por supuesto, los monstruos.

El final de esta historia es muy irónico. El proyecto no alcanzó las ventas esperadas, pero antes de liquidar definitivamente la revista le volvieron a cambiar el nombre. En agosto de 1962 se lanzaba el primer y único Amazing Fantasy, que apareció con el número quince en la portada. Como venía a sustituir a Amazing Adult Fantasy, se decidió mantener la numeración de ésta. La desaparición del rótulo “adulto” indicaba una cierta claudicación por parte del editor, que volvía a dirigirse al lector joven habitual. Y lo hacía con un nuevo personaje que se presentaba en el interior. La colaboración Ditko-Lee estaba a punto de alcanzar un nuevo nivel, con las consecuencias que todos conocemos. Aquel nuevo héroe se llamaba Spiderman. Ante el éxito fulminante de su primera aventura se puso en la calle una revista con su nombre, Amazing Spider-Man. Ese fue el fin de Amazing Fantasy. El resto es historia.