Barcelona, 2010.
418 páginas. 22,90 €
418 páginas. 22,90 €
GAZA, 1956
Yo no era el fan nº 1 de Sacco. Saludado como gran talento emergente, sus obras anteriores, cosas como Gorazde o Palestina, han sido consideradas nuevas cumbres del tebeo alternativo. Como casi siempre en estos casos, los elogios arropaban trabajos irregulares, con más sombras que luces. Temáticamente, este reportero-dibujante tenía el mérito de acercarse a zonas calientes y transmitirnos sus impresiones de primera mano. Pero su narrativa no alcanzaba a comunicar con intensidad los duros sucesos que abordaba. Como escribí en su momento, al leerlo se echaba de menos la inmediatez de la televisión. Ralentizaba innecesariamente lo que podrían haber sido interesantes audiovisuales. Luego estaba el enfoque que daba a sus historias. Como sus comentarios sobre el asesinato del jubilado a manos de unos terroristas palestinos, donde se quejaba de cómo había servido para que la televisión cargara contra el pueblo palestino. Como si eso fuera peor que tirar a un viejo en silla de ruedas por la borda de un barco.
Ahora Sacco ha vuelto a Palestina, en concreto a Gaza, para investigar unos sucesos ocurridos en 1956. Y debo decir que su arte ha mejorado mucho. Por un lado su narrativa se ha afinado. En este libro asistimos a la descripción del mismo hecho realizada por diferentes personajes, con constantes saltos en el tiempo. Se pasa de una visión objetiva a otras subjetivas, constantemente y con tremenda habilidad. Además, también ha perfeccionado el dibujo. En general, a pesar de la densidad argumental, el volumen se lee con facilidad y algunos momentos son realmente intensos. Como casi todos los pasajes en la escuela o la secuencia final en que visualiza lo que debieron vivir los protagonistas del relato.
Además, en su primera parte el autor se esfuerza por ofrecernos un punto de vista más equilibrado. Si en Palestina la visión de los judíos corría a cargo de dos pijas, frente a centenares de testimonios de sufridos y heróicos palestinos, aquí arranca con un reparto de voces más equilibrado. Así que ese baile de golpes y contragolpes que se suceden en la franja de Gaza se vive como una progresión tan desgraciada como natural, en la que cuesta diferenciar a buenos y malos, ya que la venganza rige los actos de ambos bandos. Luego se echa en falta una interpretación algo más profunda del papel de Nasser en todo este follón, pero Sacco si acaso peca es por omisión. No puede negarse que la estampa que nos ofrece del presidente egipcio no es precisamente amable.
En su segunda parte, se centra en recrear unas matanzas que según parece tuvieron lugar en algunos pueblos de Gaza en 1956. Digo según parece porque en todo este asunto hay que andarse con pies de plomo, es fácil ser engañado por unos u otros. Recuerden el caso del padre y el hijo falsamente tiroteados por las tropas israelís. Y es precisamente en su voluntad de mantenerse fiel a la verdad donde reside la virtud de este tebeo. Confronta unos testimonios con otros, enuncia las contradicciones y destripa unos sucesos que todos dan por supuestos, muchos desean olvidar y otros tantos negar. No llega a muchas conclusiones. No puede hacerlo, tan sólo ofrece esas visiones parciales, que podemos creer o no.
Es éste un trabajo realmente riguroso y respetable y que me hace contemplar al autor bajo una nueva luz. A partir de ahora, no voy a perderle la pista al señor Sacco.