viernes, 4 de febrero de 2022

FAUSTINO RODRÍGUEZ ARBESÚ DEP


UN HOMBRE LIBRE

A finales de diciembre de 2021 fallecía en Gijón Faustino Rodríguez Arbesú. Su último libro, escrito en colaboración con su hija Sofía, fue un profundo análisis de “Little Nemo”, una obra que ya había comentado en su revista “El Wendigo” en dos artículos antológicos que les recomiendo revisar. En sus publicaciones se centró en la relación de Asturias con el cómic. También escribió textos biográficos con motivo de exposiciones como la dedicada a los hermanos De la Fuente. Y guiones para cómic, sobre todo en colaboración con el dibujante Isaac del Rivero Jr., con historias que todavía hoy sorprenden por lo avanzado de su lenguaje, como “Sureño”.


Además de una carrera profesional como perito industrial primero y profesor de soldadura en la universidad después, desarrolló desde la infancia un amor por el cine y los tebeos que marcaría su trayectoria intelectual. En ambos campos mantuvo una posición decididamente popular. Para él los buenos tebeos y los mejores films debían ser universalmente comprendidos y admirados. Así que cuando el Festival de Cine de Gijón dedicó una sección a “las peores películas de la historia” sugirió que incluyeran unas cuantas de la Nouvelle Vague. Volcó sus afectos primero en un cine-club que llegó a tener incontables socios y luego en la revista “El Wendigo” y en el Salón Internacional del Cómic del Principado de Asturias.
 
Dibujo de Frank Cho para Faustino Rodríguez - Asturias

Su labor como director del Salón (primero en Oviedo y luego en Gijón) destaca por la abultada lista de maestros que consiguió atraer hacia un evento de presupuesto tan reducido. No hacía distingos entre cómic europeo y americano, clásico o moderno. Si, según sus criterios, la obra tenía calidad, no le importaba si era seria o de humor, para niños o adultos, americana o belga. Lo que puede confirmarse repasando los Premios Haxtur, que él mismo creó, o la interminable lista de invitados: Eisner, Moebius, Lee Falk, Williamson, Joe Kubert, Neal Adams, Daniel Torres, Sakai, Carlos Giménez, Mignola, Van Hamme, Berardi, Yslaire, Neil Gaiman, Bess, Simonson, etc, etc.


Revista de comics El Wendigo RIP Faustino Rodríguez Arbesú
Tan importante como su gestión del Salón fue su labor al frente de la revista “El Wendigo”, una de las más longevas en el campo de la crítica de cómic. Allí aplicaba sus conocimientos del lenguaje cinematográfico al ámbito del cómic, comparando parecidos y diferencias y enseñando el valor de la continuidad, del ritmo, de la variedad y, por encima de todo, de la emoción. Cuando hablaba de cine solía preguntarse sobre la cinta que salvaría de aquel hipotético incendio que nos dejaría sin ningún film... salvo uno. Su respuesta era: “Amo mucho a John Ford... pero rescataría 'Cantando bajo la lluvia'. Porque es una película que me alegra el corazón”.

Su programa estético, por tanto, estaba subordinado al principio de la emoción. La tarea de dibujantes y guionistas debía provocar una reacción en el alma de los lectores-espectadores. Si el trabajo era perfecto pero frío no servía, si era una paja mental, mejor olvidarla. Quienes colaboramos con él en la revista aprendimos a respetar aquella norma. No era Faustino una persona de muchas reglas, más bien se dejaba guiar por su intuición y un gusto refinado por las muchas sesiones de cine y las innumerables lecturas de cómics. Si algo le gustaba estaba bien. Sus artículos intentaban explicar aquellos mecanismos narrativos que permitían que los lectores disfrutaran (o no) de los tebeos.

RIP Faustino Rodríguez Arbesú Festival Internacional de Cómic del principado de Asturias
 La primera vez que me encontré con Faustino Rodríguez Arbesú, se presentó con su característico sombrero. No era algo especialmente extravagante pero sí lo bastante raro como para provocarle problemas cuando paseaba por Gijón. Cada vez que alguien le preguntaba “Vaquero, ¿dónde dejaste el caballo?”, Tino se encaraba con él hasta que al imbécil de turno se le quitaban las ganas de hacerse el gracioso. Siempre fue un tipo fornido, campeón de atletismo en sus años mozos, aficionado al deporte en general y a la natación en particular. Casi hasta el final de sus días cruzaba la playa de Gijón nadando de un extremo al otro, enfundado en neopreno. Su naturaleza independiente y un tanto salvaje jugó un gran papel en el tono de sus críticas. Nunca buscó eso que suele llamarse “actitud positiva”. Si algo estaba bien lo decía y si no, también. Algunos autores agradecieron su sinceridad y otros no. Nunca dio un paso atrás. Hubo quien se rió cuando escribía sobre saltos de eje o cacoverboiconía, un término que acuñó para cuestionar la innecesaria repetición de textos e imágenes. Pero sus artículos siguen ahí para quien los quiera leer. Algunos lo aprendimos todo a través de ellos y todavía hoy son piezas inusuales en un contexto más preocupado por lo ideológico que por lo puramente narrativo.

Faustino Rodríguez Arbesú fue mi maestro y amigo. Y, como muchos han recordado con motivo de su fallecimiento, fue una persona buena y generosa, siempre dispuesto a hacer favores sin pedir nada a cambio, y que impresionaba a los creadores extranjeros que pasaron por Gijón, por su carácter simpático y expansivo. Cuando su esposa Pochola murió algo se rompió en el interior de Tino y ya no volvió a ser el mismo. Su fuerza (física y mental) le permitió sobrevivir a dolencias terribles. Finalmente murió como había vivido, luchando y rodeado de tebeos. Descanse en paz, que bien se lo merece.