viernes, 15 de enero de 2021

COMICS HUMOR DEPARTAMENTO DE TEORIAS DE TOM GAULD Y WAR AND PEAS

EL VIRUS DE LA RISA

En tiempos de emergencia sanitaria, cuando la muerte y la pobreza nos cercan y apenas nos atrevemos a pisar la calle, encontrar algo de alivio en el humor resulta terapéutico. Allá van dos recomendaciones que sin duda les arrancarán alguna sonrisa.


El departamento de teorías alucinantes de Tom Gauld comic ciencia

Tom Gauld
EL DEPARTAMENTO DE TEORÍAS ALUCINANTES
Salamandra. Barcelona, 2020.
160 páginas, 18 euros.


Gauld es algo así como un bastardo de Gary Larson, a quien todos recordamos por su serie “The far side”. Hace años sus volúmenes colonizaban los aeropuertos de medio mundo, con sus chistes de dinosaurios, perros, bacterias y bichos varios. Era un humor con y para científicos y en muchos departamentos de biología o de química se colgaban copias de algunos de sus gags, lo que indicaba que el autor no solo tenía gracia sino que además era capaz de retratar con veracidad los aspectos más absurdos de profesiones muy serias. 

Gauld va un poco más allá, él olvida los chistes de paletos y de perros persiguiendo carteros y centra toda su atención en investigadores y divulgadores de la ciencia y el resultado es tronchante. Por sus viñetas desfilan las últimas ocurrencias de la humanidad, de los drones a los nanobots pasando por todo tipo de robots y dimensiones paralelas. No hay voluntad pedagógica alguna, tan solo se trata de sana diversión. Pero por el camino consigue provocar cierta ternura hacia esos tipos con bata que sacrifican sus vidas en aras de unos descubrimientos inciertos y de una fama que nunca llega. Algunos de sus chistes con máquinas del tiempo son buenísimos. También llama la atención su

capacidad de ver el mundo con “ojos de científico”, obviando ciertas características y reduciendo todo a un enfoque extremo y disparatado. Por supuesto juega con los tópicos habituales en la ciencia-ficción y las películas de serie B, con investigadores que se convierten en monstruos y se zampan a sus colegas. Es capaz de escribir gags a partir de los estados de la materia o adaptar los clásicos del erotismo en novelas verdes que interesarán a sus protagonistas con bata, como “Cincuenta sombras de grafeno”. En ocasiones juega a colisionar los mundos del pensamiento con la magia o la literatura, siempre con la risa como finalidad última. Su dibujo, como es habitual en muchos humoristas, es básico, casi pictográfico. Pero lo usa bien y además acompañado de una encantadora gama de color. Así que resumiendo es un muy entretenido volumen que les permitirá pasar una tarde agradable y divertida.




War and peas, comics divertidos para mentes retorcidas

Jonathan Kunz y Elizabeth Pich
WAR AND PEAS
RBA. Barcelona, 2020.
156 páginas, 16 euros.


El tono de War and Peas” es diferente, más transgresor y descerebrado. Se bromea sobre la muerte, la soledad, el desamor y lo que se les ocurra. Todas las situaciones, por muy desagradables que parezcan, sirven como punto de partida para un buen gag. 

Kunz y Pinch trabajan con un elenco de personajes que se van repitiendo en sus chistes. Como la muerte, que en su primera aparición recomienda a un chaval con skate que haga malabares sobre un tanque de tiburones. Luego declara: “Me encanta mi trabajo”. O el chico fantasma, un niño del siglo XIX al que una máquina aplasta en su primer día de trabajo. O el robot enamorado de su creadora. O la extraña pareja de Bob y su amigo. Y, por supuesto, la bruja guarrilla. A esa ristra de estrambóticos protagonistas se suman un montón de gags sueltos, donde lo que cuenta es más la ocurrencia que la continuidad. Y algunos son realmente graciosos. Podría añadir que además enuncian profundas verdades sobre el sentido de la vida, el absurdo de la existencia, la violencia en las relaciones humanas, la falta de amor y algunas cosas más. Pero creo que donde reside el talento de los autores no es tanto en emplear situaciones desagradablemente cotidianas, sino en ser capaces de hacernos reír a partir de ese material tan ingrato. Los chistes realmente buenos son muchos. Como el de la clase sobre el sistema reproductor femenino. La profe indica dónde está el clítoris para luego añadir “algo que mi exmarido jamás encontró”. En la última viñeta bebe de una petaquita ante la sorpresa de sus alumnos. Casi todas los gags protagonizados por el tierno robot enamorado son buenos, pero mi favorito es el de “Modo: empoderamiento”. El de “Hay una mosca en mi sopa” también es simpático. O el de la casa de la risa o casi todos en los que salen perros. Acabo con uno de la bruja sexy. Comenta que sale con un vampiro sexy y que es un monstruo en la cama. Pero “La cosa se pone tensa con la regla”. Se van a reír, seguro.