48 páginas, 10,95 euros
NUEVAS FRONTERAS
Los brillantes Leo y Rodolphe, que ya habían colaborado antes en Trent o Namibia, crean una nueva odisea espacial, dibujada en esta ocasión por Janjetov, conocido por sus trabajos con otro de los grandes, Jodorowsky.
El resultado, por supuesto, no decepciona. Ya saben que soy un fiel seguidor de Leo y que lo único que podría echarle en cara es que no sea él quien dibuje este relato. Este creador de origen brasileño es muy grande en la descripción de personajes y la creación de nuevos mundos, sobre todo en lo que atañe a esas faunas y floras alienígenas, tan terribles como bellas en sus manos.
Para el gusto de algunos, peca de cierta rigidez pero ese es un pecado menor, atendiendo a sus muchas virtudes. Hay una sensualidad implícita en toda su obra, que difícilmente consiguen otros dibujantes.
En fin, lo primero que conviene recordar en este nuevo trabajo es que Leo tan solo firma el guión, junto con su socio habitual, Rodolphe. Los acabados, a cargo de Janjetov, son sólidos y se ajustan bien al argumento. Jodorowsky siempre ha elegido bien a sus colaboradores, así que el hecho de que este serbio haya dibujado algunos de sus comics es toda una garantía. Al principio puede apreciarse cierto exceso de rayados, que no casan bien con el color digital. Pero pronto todo eso se olvida. Su narrativa es correcta y sus personajes están bien caracterizados. Y no falla en la construcción de los complicados ambientes de ciencia-ficción que la pareja de guionistas es capaz de imaginar.
Se trata de una situación clásica, con toda una civilización embarcada en un arca espacial que busca un planeta donde aterrizar. Recientemente el filme “Passengers”, con Jennifer Lawrence y Chris Pratt, nos permitía volver a una situación que ya ha sido reelaborada en otras ocasiones en cine y comic.
En los cincuenta, en una de las revistas de ciencia-ficción de la EC aparecía un relato espléndidamente dibujado por Al Williamson que jugaba con el mismo concepto. Una nave viaja hasta un lejano planeta.
La única forma de realizar tan complicada travesía es mediante la hibernación. Así que toda la tripulación se echa a dormir hasta la llegada a destino. En el comic, la pareja protagonista decide levantarse antes para dominar a los demás. Pero luego él se lo piensa mejor y va despertando bellas señoritas, una tras otra. Cuando se cansa de sus encantos las liquida. Hasta que comete el error de despertar a su socia, que había planeado antes deshacerse de él. Así que en cuanto la despiertan, ella revive a otro maromo que se hace cargo del desalmado novio inicial.
En la película, la aventura se transforma en una fábula moral. El héroe se despierta por accidente y parece condenado a una vida de soledad, ya que faltan décadas para que la nave alcance el planeta. Mientras, puede contemplar cómo todos duermen un plácido sueño. Despertar a alguien supone aplicarle la misma pena. En esas estamos cuando entra en escena Jennifer Lawrence, bellísima en su eterno letargo. Después de darle muchas vueltas decide abrir su cápsula, sin confesarle su responsabilidad en el asunto. Con el tiempo se enamoran pero sobre él pesa la culpa por la situación a la que ha conducido a la mujer a la que ama. La cinta juega muy bien con la ambigüedad entre la falta inicial y la amabilidad posterior. Se enamoran sí, pero todo está teñido por la presencia de esa gran mentira original. Por otro lado, conviene recordar que él pasa de una vida de soledad y desesperación a un estado mucho más confortable, al lado de la atractiva Lawrence. Así que nos cuesta condenarlo sin más. No les cuento el resto. La peli no es redonda y pronto deriva hacia la aventura trepidante, dejando un poco de lado los problemas de relación que dan sentido a la historia. Pero el balance es tan interesante como sugerente y nos hace pensar.
Leo y Rodolphe eligen otros caminos. La tripulación no está dormida sino que ha desarrollado toda una sociedad en el interior de la nave. Una buena parte ignora su destino y no es consciente de que en algún momento deberá abandonar ese entorno habitual, para desembarcar en una tierra desconocida.
El relato se inicia justo en ese momento. El planeta está ya a la vista y toca bajar para enfrentarse a sus muchos misterios y amenazas.
Se nos presenta a un nutrido elenco de personajes, encabezados por una pareja de gemelas con poderes. Pueden conectar con otras realidades y anticipar breves fragmentos de un futuro siempre intrigante. Las acompaña un noble bruto, un muchacho de su aldea tan corto como fuerte y que sin duda nos deparará muchas sorpresas. Luego encontramos a los clásicos políticos, miembros de las fuerzas de seguridad, científicos y demás. En este primer volumen apenas hemos visto algunas de las bestias que pueblan esa nueva tierra. Pero ya están apuntadas muchas de las tramas que se desarrollarán en futuras entregas. Todo bien hilvanado a la eficaz manera de estos creadores. En resumen, la aventura apenas ha comenzado y yo ya estoy deseando leer la continuación.
Entrevista a Leo