248 páginas, 20 euros
UN EQUIPO DE DOS
Llega ahora lo último de Garth Ennis, el segundo volumen de Equipo Rojo, coincidiendo con la emisión de The Boys, una excelente teleserie basada en su cómic con Robertson.
Si, como en mi caso, se les escapó el primer tomo de Equipo Rojo publicado en 2015, todavía están a tiempo de adquirirlo en tiendas de segunda mano. Aunque pueden leerse ambos por separado, todo tiene más sentido si se respeta el orden cronológico.
En el primer libro se nos presenta a los protagonistas, un grupo de policías hartos de que los malos se escapen con triquiñuelas legales. Así que Ennis, el hombre que escribió Punisher durante años, da un paso atrás y muestra las barreras morales que una persona decente debe saltar antes de justificar un asesinato. Que no son pocas. A esa primera discusión sobre el bien y el mal se suma otra, de carácter más práctico: qué hacer si no queremos que nos pillen. Aunque el dibujo de Graig Cermak todavía resulta un poco rígido y el color muy oscuro, el primer volumen se disfruta de lo lindo y Ennis lo remata con un satisfactorio y muy sangriento final. Como siempre, el guionista enlaza con habilidad los elementos de serie negra con las relaciones personales entre los diversos protagonistas.
El segundo libro retoma a los personajes supervivientes y los lanza a una nueva aventura, en la que se meten casi por casualidad. Un encuentro fortuito en la calle les permite detener a un peligroso narcotraficante. O eso es lo que creen, porque enseguida todo se complica.
La fórmula narrativa es diferente a la del primer tomo, un encadenado de flashbacks. Aquí todo sucede en un presente que no se detiene jamás. La resolución de la trama policial es más débil que en la primera entrega, con esa escena bastante forzada en la fiesta de los barrios altos. Aunque también cabe decir que Ennis añade complejidad al contenido, saliendo del gueto para echar un vistazo a ciertos vicios de las clases altas. Muy bueno el personaje del abogado chanchullero. Sin embargo la forma en que explica las relaciones afectivas es maravillosa. Ennis escribe una gran historia de amor, con momentos sublimes y escenas inolvidables y sexys. Lamentablemente, como todos los grandes relatos románticos, ya les adelanto que no acaba bien. Quién sabe si habrá otras oportunidades en el futuro…
Si el guión tiene destellos del mejor Ennis (y eso es mucho decir), el dibujo se sale. Cermak asimila las lecciones aprendidas en la primera parte y su arte despega hasta las más altas cumbres. Nos enamoramos de su protagonista femenina desde la primera viñeta en que aparece. Si Ennis se encarga de aportarle una personalidad fuerte y y un carácter tan enérgico como atractivo, el dibujante nos ofrece una encarnación que pide a voces su adaptación cinematográfica. Todo está dibujado con precisión fotográfica y al tiempo, las actuaciones son perfectas y la narrativa eficaz y sutil. Para redondear la fórmula el color es luminoso y ajustado. Ya he desvelado demasiados elementos de la trama así que no voy a seguir. Este es un cómic imprescindible, con diálogos muy bien escritos y personajes encantadores. Corran a comprarlo porque lo disfrutarán.