viernes, 2 de junio de 2017

LA SAGA DE ATLAS Y AXIS de PAU

La saga de Atlas y Axis - volumen 4 de Pau, edita Dibbuks comic perros
Dib•buks, 2017.
60 páginas, 16 euros.

¡PERREA, PERREA!


Con su cuarto tomo concluye la saga de los famosos perros. El primer volumen se publicó en 2011, pero antes la serie se había paseado durante quince años sin encontrar editor, según confesaba su autor en la introducción. 

Hablamos pues de un esfuerzo prolongado a lo largo de más de dos décadas. Tiempo que nos da la medida de la confianza del dibujante en su obra y en sus propias capacidades. Hace falta mucha fe para aguantar los sinsabores por los que ha tenido que pasar Pau. 


Resistió ofertas para dibujar los guiones de otros, porque él tenía su propia aventura que contar. Evitó otros encargos porque sabía que sus personajes podían abrirle las puertas del mercado internacional que esperaba alcanzar. Y al final lo ha conseguido. Su vida laboral sigue siendo precaria pero sus “famosos perros” han sido traducidos ya a muchos idiomas. Sin salir de Mallorca ha creado unos arquetipos en los que muchos se reconocen y eso tiene mucho mérito. No es el único motivo por el que deberíamos mostrar respeto por su labor.

La saga de Atlas y Axis - volumen 4 de Pau, edita Dibbuks PangeaEl principal nos salta a los ojos desde las primeras páginas de este último tomo. Se trata de una secuencia que se repite en todos los volúmenes. Entre aventuras le gusta situar a sus héroes corriendo por paisajes maravillosos. Valles bañados por la tenue luz del amanecer o montañas rosas que saborean los últimos rayos del día. Nubes, bosques o aguas como espejos, el dibujante es un rey del paisaje y lo demuestra con frecuencia. Aunque las aventuras transcurren en la mítica Pangea, no cuesta reconocer geografías algo más cercanas. Esa calidad con que recrea los fondos aparece también en las actuaciones de sus personajes. Es un dibujante concienzudo, se piensa mucho qué incluye en una viñeta y consigue que sus “actores”, sean protagonistas o secundarios, estén llenos de vida. Sus malos son odiosos y sus comparsas encantadores y todos rezuman verdad. No es tan fácil crear sin resultar artificioso, impostado.

Como tampoco lo es enseñar sin predicar, sin aburrir. Esa es otra característica de la saga que llama mi atención. Como buen autodidacta, le gusta explicar lo que sabe, sobre todo si se trata de asuntos que le parecen prácticos, que pueden servirle de ayuda a alguien. Así que aquí y allá nos topamos con momentos en que los héroes nos cuentan cómo identificar dónde está el norte o reciben una clase sobre cómo montan los nómadas sus tiendas, o sobre anatomía comparada. También demuestra su interés por las cosas de una forma más sutil a través del dibujo. Todo en sus mundos tiene una fisicidad extremadamente convincente. Sus empalizadas, barcas, edificios u objetos parecen reales, sabemos que son habitables y podemos emplearlos, han sido construidos o realizados por alguien, Pau ha entendido cómo y su grafismo nos lo muestra.


Es, no hace falta insistir en ello, un extraordinario dibujante de historietas con un talento natural para la narración gráfica. Talento que ha desarrollado con la lectura atenta de clásicos como Uderzo, Tezuka, Corben, Sakai o Max. Mi única pega en el terreno visual es su uso del color digital. Ya he dicho que en los paisajes puede llegar a ser sublime. Sin embargo en no pocas ocasiones los tonos más oscuros tienden a serlo en exceso, quitando legibilidad a la línea y no solo en las escenas nocturnas. Pero es una molestia menor en una colección que formalmente vuela muy alto.

La saga de Atlas y Axis - volumen 4 de Pau, edita Dibbuks

En cuanto al guión, hay dos aspectos que el lector debe tener en cuenta. El primero es estructural y ya el título nos previene al respecto. Se trata de una “Saga”, toma como modelo las clásicas sagas nórdicas y de ellas no solo extrae muchos elementos típicos de una aventura vikinga sino también la narración dislocada. Ahora se nos explica un episodio, ahora otro y quizás en medio de ambos se introduzca una anécdota del pasado, con mayor o menor relación con la trama principal. Esta forma de narrar puede chocar a quien espere un relato lineal en tres actos. Personalmente reconozco cierta irritación ante algunos de sus giros argumentales. También me llama la atención que despliegue pistas, que van apareciendo de un tomo al siguiente, para luego no desarrollarlas o hacerlo de forma poco convincente. Creo que eso pasa con el asunto de las ovejas terroristas o con el interés romántico del protagonista.

El segundo aspecto supongo que explica el primero. Aunque la superficie de su obra es muy convencional y tal parece que nos encontramos ante un tebeo de animalitos, a la manera de Mickey, Usagi o Mutts, no se dejen engañar. Por otro lado, tampoco se trata de Blacksad ni del Gato Fritz. Quiero decir, no lo veo exactamente como un tebeo para niños a la manera tradicional, pero tampoco de animales comportándose como adultos de acuerdo con los experimentos más rupturistas.

Los ejemplos citados coinciden en transformar a las bestias en hombres. Sean perros, patos o ratones, estas fábulas son mecanismos narrativos que emplean a otras especies para reflexionar sobre nuestras virtudes y vicios. La pretensión de Pau no es exactamente esa. Sus perros hablan como humanos pero se comportan como perros. Esa es su principal innovación y ahí es donde me cuesta seguirlo.

La saga de Atlas y Axis - volumen 4 de Pau, edita Dibbuks dinosaurios
Es quizás más evidente en el primer volumen, donde abundan las escenas de canes meando y sitúa su secuencia de amor animal. Para mi es inadmisible que los héroes no admitan más cortapisa que sus instintos. Eso obviamente lo justifica todo: de repente un personaje desaparece porque, como buen perro, pierde el interés por lo que ocurre, o se da rienda suelta a una violenta venganza porque un perro no piensa en las consecuencias de sus actos. No extraña que dedique su segundo libro a la teoría de la evolución porque Darwin es el profeta de esta nueva revelación. Establecido nuestro paralelismo con el resto de las especies cualquier forma de religión o de reflexión es satirizada con ferocidad. Para Pau son puras farsas que nos alejan de nuestra realidad animal. Lo que le deja con un círculo de eterna violencia del que aparentemente es imposible salir. Solo cabe la resignación. Resignación animal, por supuesto. En ese sentido la saga rezuma una llamativa desesperanza que alcanza su culminación en el tercer episodio. Por un lado con el tremendo pasaje bélico, donde los perros que en el pasado han devorado a sus enemigos sin pestañear se expresan como ardientes pacifistas, cuando descubren que han sido alistados con engaños. Al menos sus bestias no son gregarias. Más impresionante es el relato dedicado al lobo, de gran intensidad dramática y con un final que yo supongo su autor imagina al ritmo de la música heavy a la que es tan aficionado. “Ahora sabéis por qué aúlla el lobo”. La razón es esa violencia que se pega a él de forma aparentemente inevitable. Creo que esa manera irracional o instintiva de ver la vida explica la aleatoria estructura narrativa, refleja la forma en que los protagonistas se enfrentan a su destino. A veces lloran, a veces ríen y la vida sigue. Ese aire despreocupado reina en la serie aunque en ocasiones a los héroes les pasan cosas terribles.

No estamos solo ante el relato vital de unos personajes de ficción sino también ante una visión del mundo muy personal. Como buen humorista Pau consigue que todo tenga bastante gracia. Pero en cuanto nos paramos a pensar la de situaciones dramáticas que relata nos percatamos de que maldita la gracia que tiene. Hay aspectos de su obra con los que estoy radicalmente en desacuerdo. Pero en el conjunto del comic español es un producto completamente original. A mí me ha hecho pensar mucho más que otros experimentos que al final únicamente repiten consignas y lugares comunes. Léanlo con calma y atención.