Círculo de Bellas Artes y Acción Cultural Española. Madrid, 2016.
240 páginas, 17 euros.
LOS HÉROES NUNCA MUEREN
Hasta enero podrá verse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid una muestra dedicada al personaje de Mora y Ambrós, El Capitán Trueno. Con tal motivo se ha editado un bonito catálogo.
El libro es más ligero que el muy erudito volumen firmado por José Antonio Ortega y que publicó hace años Dolmen. Va cargado de imágenes que supongo se corresponden con las piezas que conforman la expo.
Como una numerosa colección de portadas de Antonio Bernal, no solo para Trueno Color sino que también se incluyen algunas de la colección Joyas Literarias Juveniles y de Jabato Color. En este último caso llama la atención el autoplagio que se da entre la ilustración para el Jabato Color nº 21 (1971) y la de Trueno Color nº 258 (1974), las de los buceadores. No debe de extrañarnos, me imagino que fueron realizadas a toda prisa y con sueldos de risa.
La verdad es que, más allá de la pura nostalgia, poco valor encuentro en el trabajo de Bernal. Afortunadamente también se ha reproducido una historia completa de Ambrós y varias viñetas de Pardo, Fuentes Man o Bermejo, entre otros. En el apartado gráfico el libro es más que correcto, aunque yo nunca encuentro tantas imágenes de Ambrós como me gustaría.
Se incluye también una impagable entrevista con el dibujante. Sorprende la lucidez de un creador excepcional, un auténtico luchador dispuesto a trabajar como albañil antes de rendirse a los caprichos del editor de turno. Presten atención al desdén con el que habla de los aficionados y la claridad con que explica su trabajo. Define su dibujo como poco académico y hasta malo, pero sabe de su expresividad y de cómo sus imperfectas figuras tenían sin embargo el don de encantar a sus lectores. Que eran muchos y entre los que me cuento.
Si Ambrós era uno de los grandes, ¿qué decir del padre literario de Trueno? Mora nos dejó este año, pero sus creaciones siguen bastante vivas. También se ha incluido una entrevista con él en el libro y en ella repasa buena parte de su trayectoria. No es necesario insistir en la popularidad de Trueno (con tiradas imposibles hoy en día), pero sí quizás recordar otras de sus creaciones, que algunos seguimos durante años, sin ser muy conscientes de quién era aquel Víctor Alcázar (uno de sus seudónimos) que firmaba los guiones: Astroman, con dibujos de Cuyás, Supernova, que se serializaba en Super Mortadelo con arte de Bielsa, El jabato, con el gran Darnís, Dani Futuro con Carlos Giménez (que empezó a serializarse en Gaceta Junior) y tantas otras.
El catálogo se complementa con tres sesudos ensayos dedicados a diversos aspectos de la serie. Por un lado la técnica y las invenciones, destacando los apartados sobre globos y robots, y por el otro las fantásticas arquitecturas que aparecían de un episodio a otro, aportando un indudable toque fantástico a una saga supuestamente realista. Me han llamado la atención los apuntes finales sobre la ausencia del hogar y su representación metonímica a través de las cocinas. Todo está explicado concienzudamente y con rigor y resulta muy interesante.
El primer episodio, más generalista, resulta quizás algo indigesto. Se hace una reflexión muy filosófica sobre la figura del héroe, pero al final no quedan muy claras cuáles son las conclusiones después de tanta digresión. Con todo, un libro de lectura recomendable y que constituye un merecido homenaje a un personaje mítico del comic español y a sus creadores.
Mora no fue el único autor de comics que nos dejó este año. Steve Dillon y Darwyn Cooke tenían cincuenta y pocos años mientras que Jack Davis, uno de los últimos supervivientes de la EC, ya pasaba de los 90. Descansen todos ellos en paz.