Recientemente han coincidido en las librerías tres productos que jugaban con la idea habitual del souvenir. Son tres propuestas tan diversas como estimulantes.
Conviene recordar que en los años en que pioneros como Kane, Ditko o Wood experimentaban con formatos que al final acabarían desembocando en lo que hoy conocemos como novela gráfica, el autor que finalmente se llevó el gato al agua dibujaba comics que hoy consideraríamos comerciales.
En los setenta, antes de descolgarse con Contrato con Dios y revolucionar la idea de cómo debería ser un relato en viñetas, Will Eisner practicó todo tipo de fórmulas mixtas donde conciliaba textos con imágenes para explicar astrología o gastronomía.
Esos materiales apenas han captado la atención de la crítica. Sin embargo nos remiten a algo esencial. Antes de nada, el trabajo debe permitir a su autor vivir de él. Sin esa premisa, apenas cabe un futuro.
Si expulsamos a los lectores ¿cómo nos vamos a quejar después de que nadie nos compra? Por eso considero muy interesantes los proyectos que buscan llegar a nuevos lectores por otras vías, planteando otras posibilidades para el medio. Las fronteras entre el comic y la ilustración se han roto con frecuencia ya que muchos dibujantes de comics cuentan con lo necesario para dedicarse a la imagen aislada, así que esos trasvases son bastante corrientes. No tanto al revés.
Palma A-Z. 26 rincones por descubrir
Souvenir Edicions, 2015
De los tres libros Palma A-Z es el más sencillo y directo, una abecedario ilustrado con diversos rincones de Palma, que sin duda hará las delicias de los turistas. Este proyecto con dibujos de Flavia Gargiulo si quieren es conservador, tradicional, pero no por ello menos eficaz. La misma autora aparece entre los ilustradores de la segunda apuesta.
Serra de Tramuntana de Mallorca.
Descrita per les paraules de l'Arxiduc i els dibuix dels nostres ilustradors.
Edicions General Cluster, 2015
98 páginas, 25 euros.
Con patrocinio del IEB este proyecto del Cluster de Comic de Mallorca celebra el centenario del Arxiduc con una deliciosa publicación dedicada a exaltar la impresionante belleza de la Serra de Tramuntana. El resultado es espectacular. Está compuesto por ilustraciones en formato panorámico, aunque hay algunas breves historietas, entre las que destaca la de Saeta.
Comparto el entusiasmo por Erwin Hubert, uno de los acuarelistas que ayudaron a conformar nuestra imagen de las islas y de quien no hay manera de conseguir una monografía en condiciones. Al comienzo del volumen se reproducen algunas de sus encantadoras ilustraciones.
Luego todo se disfruta por igual. Permítanme que al menos cite a dos de los autores: Pere Joan y Seguí, que firman algunos paisajes realmente hermosos.
Catalina, la cuinera de l’Òpera
Disset, 2015.
178 páginas, 18,50 euros.
Finalmente Marga Vinyes, que también sale en el libro anterior, firma la traslación en viñetas de la vida de Catalina, la cuinera de l’Òpera, otro producto curioso.
Es el que de una forma más apropiada podría denominarse comic, pero con una salvedad. Tanto como separadores entre capítulos como al final, se presentan las recetas de Catalina Fiol, un elemento más de interés para un lector que puede aproximarse a esta propuesta por razones gastronómicas pero que sin duda se estremecerá ante lo narrado.
Y es que Marga, ayudada en la transcripción por Xesca Gomila, factura una obra en la que sorprenden la madurez del dibujo y un ritmo que no decae, centrado siempre en lo esencial. Se nos cuenta una historia sencilla, la vida de esa cocinera de origen humilde y peripecias normales. Asistimos a su noviazgo, su boda, sus pérdidas, sus trabajos… Todo está contado de forma directa y sin adornos, con un uso muy ingenioso del bitono, y lo cierto es que muchos pasajes resultan tan universales y comunes que es difícil no emocionarse. Es por tanto un tebeo muy digno y disfrutable y yo se lo recomiendo. Luego pueden probar a hacer las patas de cerdo rellenas ¡de sesos! ¡Toma dieta mediterránea!