352 páginas, 39,95 euros.
APOCALIPSIS EN LOS 80
El apocalipsis se convirtió en un suceso casi cotidiano en los ochenta. Ahora nos llegan dos bonitas reediciones con historietas de ese género.
Los tebeos que narraban las andanzas de desventurados supervivientes eran legión. A veces el desastre era ecológico, otras nuclear e incluso se ensayaban combinaciones de ambos. Cuando poco antes de iniciarse la última década del siglo XX cayó el infame muro de Berlín, sus restos arrastraron consigo innumerables viñetas que predecían nuestro fin de múltiples y desagradables maneras. El género nunca ha vuelto a ser el mismo, aunque los agoreros del juicio final han seguido anunciando incontables catástrofes que nos amenazan. Pero los guionistas parecen haber perdido la fe, despoblando las historietas de enfermos radiactivos y tipos duros capaces de acometer las mayores hazañas y también las más salvajes atrocidades con tal de sobrevivir.
Dos volúmenes imprescindibles recuperan algunas cumbres de aquel género tan peculiar como limitado. Ya señalé en su momento sus similitudes con el western, algo que queda patente en la relectura de Hombre. Esta obra maestra de Segura y Ortiz alcanza su segundo tomo, donde se agrupan las historietas en color de la serie. Aunque el gran Ortiz es incapaz de desprenderse del trazo veloz que le caracteriza, aquí se recrea con el color sobre todo en algunas caras alcanzando matices casi fotográficos y muy poco habituales en él. Enseguida abandona esos miramientos, que aparecen más en los primeros episodios, para centrarse en unos acabados de acuarela tan expresivos y rápidos como sus conocidos golpes de pincel. Un trabajo que rebosa energía y que se ajusta como un guante a las vigorosas tramas imaginadas por Segura. Hay violencia sin concesiones y generosas muestras de anatomía femenina, es bruto y ochentero, sexy y animal. No se lo pueden perder.
Lamentablemente José Ortiz falleció el pasado diciembre víctima de una fulminante enfermedad. En octubre había acudido al Salón de Gijón, donde sorprendió a todos con su vitalidad y amabilidad. Con más de ochenta años, se mantenía activo y en plena forma y reveló que estaba terminando una nueva entrega de Tex. Recibió el Premio Haxtur al Autor que amamos. Nos ha dejado uno de los grandes. Descanse en paz.
El segundo ejemplo es la reedición en un formato digno de la saga de Mark Schultz Cadillacs y dinosaurios, ahora conocida simplemente como Xenozoic. Como ya saben todos sus seguidores el caso de Schultz es muy extraño. Hablamos de un tipo con un dibujo clásico, deudor de los maestros de la E.C., que primero imita a Wood pero que acaba finalmente decantándose por Williamson y su elegante realismo. Alguien que no encuentra acomodo entre las grandes compañías y que debe recurrir a un editor independiente para conseguir que su trabajo vea la luz. Que tarda cada vez más tiempo en realizar un solo episodio debido a su casi enfermizo perfeccionismo. En el último empleó un año completo. Que sobrevive gracias al marketing de la serie y a su traslación a otros medios, como la animación y los videojuegos. Hablamos por tanto de una obra muy personal donde el desastre ecológico provoca una situación en la que los dinosaurios conviven con unos humanos que aún conservan parte de su tecnología, cadillacs incluidos. No es necesario mencionar la brillantez del trabajo gráfico de Schultz, basta pasar las páginas de Xenozoic para comprobarla y certificar la mejora, episodio a episodio, de su dibujo. Pero es que a esas planchas saturadas de información y detalles debemos sumar unos argumentos poéticos e inteligentes, que concilian a la perfección tramas de aventuras, de guerra de sexos, política y hasta ciertas reflexiones filosóficas. Es una obra mayor y su relectura es siempre necesaria.
Desde que la terminó, el autor se ha mantenido ocupado. Ha estado intentando acabar una suerte de novela muy ilustrada durante los últimos seis años. Parece que su intención es rematar Storms at sea antes del próximo verano. Luego dibujaría un episodio aislado de Xenozoic, fuera de continuidad y con la intención de recuperar el interés sobre la serie. Lo publicaría su actual editor, Flesk, que siempre ofrece unos productos impecables. Tras ese álbum, Schultz desea retomar y culminar la serie inicial. Ojalá podamos verlo algún día.
Aquí una visita rápida al catálogo de su exposición en Mallorca en 2005