miércoles, 3 de julio de 2024

AUTOBIOGRAFÍAS COMIC

YO, MI, ME CONMIGO 
La autobiografía sigue siendo un género muy vivo. En pleno delirio narcisista propiciado por las redes sociales no extraña que los autores vuelvan su mirada hacia el que parece el único tema posible, un yo que no se distingue tanto de los otros.


Baños Pleamar comic autobiografía Isaac Sánchez
Isaac Sánchez
Baños Pleamar
Dolmen Editorial, España, 2022
224 páginas, 24,90 euros

Baños Pleamar” se presenta arropado por la popularidad de su creador, una figura relevante en redes y de quien nunca había oído hablar. Sus colas se llenan de seguidores entusiastas en las sesiones de firmas y esa es una razón más que suficiente para que los editores se pongan a salivar como el proverbial perro de Pavlov. No creo que popularidad y calidad estén necesariamente enfrentadas, así que me leí esta obra esperando disfrutar con aquellos componentes que habían fascinado a las masas. En esta ocasión no puedo decir que coincida con los gustos de esa supuesta mayoría digital. No es una obra despreciable, el dibujo apunta maneras y todo parece bienintencionado. Pero esta oda a un padre estrafalario y poderoso no acaba de emocionar. No entiendo el papel reservado a una madre que se nos muestra derrotada desde las primeras páginas y me empacha tanta declaración alrededor del consabido “persigue tus sueños y lucha para conseguirlos”. Vale, ya lo he pillado, tras una infancia heroica el prota triunfa y abandona por un momento su Olimpo digital para contar a los pobres mortales cuan duro ha sido su camino hacia el éxito. ¡Gracias!


comic autobiografía género queer Maia Kobabe
Maia Kobabe
Género queer
Astronave, España, 2022
240 páginas, 19,95 euros

Más interés me despierta la descarnada declaración de Kobabe en “Género queer”. En las últimas décadas han abundado los manuales de comportamiento para las diferentes variantes sexuales, primero gays y lesbianas y luego todo los demás. Respecto a las personas trans, estas guías suelen insistir en el camino de transformación, me quito esto, me pongo aquello... Los pasos a seguir para ajustar mente y cuerpo, con la ayuda de la cirugía y la farmacopea. En cambio aquí el autor sigue otra ruta, más centrada en la diferencia y la exploración. No se trata ya tanto de en qué me quiero convertir como de quién soy y en qué casilla me sitúo. Pone un ejemplo muy visual y para mí clarificador. Si los géneros habituales son dos, y vemos uno como montaña y el otro como mar, el protagonista se localiza en algún espacio intermedio, en los bosques que unen uno y otro paisaje. Llegar a esa conclusión no le resulta fácil. El cómic explica con mucha claridad ese recorrido incierto que le lleva a despreciar su primera regla, a ocultar sus pechos y al mismo tiempo a desear a un compañero o a sentir interés por personas de uno u otro sexo. También relata su dolor cuando una ginecóloga explora sus genitales o su inquietud ante la posibilidad de tener relaciones con alguien. Se siente seguro en el terreno de las amistades, no tanto cuando esos afectos se vuelven más íntimos. Estamos pues ante una obra más personal que política y que justamente encuentra su verdad en ese análisis de unos sentimientos profundamente individuales. Denle una oportunidad.


Comic autobiografía Siempre tendremos 20 años Jaime Martín
Jaime Martin
Siempre tendremos 20 años
Norma Editorial, España, 2020
156 páginas, 25 euros


Finalmente recuperamos a Jaime Martin en Siempre tendremos 20 años”. Aunque el título pueda recordar un trabajo anterior (“Jamás tendré 20 años”), el tono y los resultados son muy diferentes. Si en aquel hablaba de sus padres y abuelos, aquí prácticamente cuenta su trayectoria profesional y vital. Y da bastante vértigo. Llama mucho la atención esa foto que incluye, cuando ganó el premio del Salón de Barcelona. Un jovencísimo Martín, rodeado de los más grandes: Hermann, Kubert, Eisner, Blasco, Shelton... Un momento irrepetible y que en su caso supone casi el principio del fin. Tras el cierre de la revista El Víbora, donde publicaba, se suceden las etapas sin un trabajo claro, las incertidumbres y una vida laboral precaria que él muestra de una manera descarnada y poco habitual en un mercado que tiende a presumir de buena salud, ocultando sus muchas contradicciones y miserias. Y su caso no es una excepción, todo su grupo de amigos se enfrenta a recorridos igual de complicados, con hijos a los que hay que atender y muy pocas expectativas de mejora en un futuro inmediato. Hay un pasaje especialmente sobrecogedor cuando el autor se imagina saltando por la ventana de su habitación. A pesar del tono sombrío que recorre toda la narración, cabe añadir que el dibujo es cada vez mejor y el color tan agradable como narrativo. Además de las desgracias también sabe transmitir el amor hacia un medio al que ha dedicado su vida, y muchos podemos reconocernos en ese conjunto de lecturas que van marcando su desarrollo profesional. Hay un componente nostálgico indudable y de alguna forma el autor consigue trasladarnos a los años ochenta y a los distintos protagonistas que definieron el cómic en la transición. Me parece un trabajo muy notable y que no debería pasar desapercibido.