MAKE WAR NO MORE
El pasado 20 de octubre se inauguraba en el Casal Solleric de Palma la exposición dedicada a Joe Kubert, maestro de maestros. Los aficionados al cómic han podido disfrutar en 2022 de muestras de originales realmente memorables.
2022, EL AÑO DE LAS GRANDES EXPOSICIONES
Curiosamente 2022 se iniciaba con un Salón del Cómic de Barcelona donde la actividad expositiva fue especialmente mediocre. Tan solo destacaba la obligada retrospectiva de Gallardo. Pero luego en Caixa Forum de Madrid pudimos admirar la muestra “Comic. Sueños e historia” y a principios de octubre se presentaba en el Círculo de Bellas Artes una gran retrospectiva de Hergé. La de la Caixa era difícil de superar. Recogía una colección que apabullaba no solo por los autores representados sino por las piezas seleccionadas. Planchas de McCay, Foster, Corben, Moebius, Hergé, Kirby... ¡Y qué planchas! Una lista interminable y embriagadora servida con un montaje impactante donde las grandes ampliaciones no competían con la calidad del material expuesto. Hasta tenían la página del Principe Valiente que Foster regaló a Raymond, que ya es decir.
En la Misericordia el dibujante mallorquín Pau repasa su ya larga trayectoria.
En el Colegio de Arquitectos una expo de Grimalt.
En la planta baja del Solleric, la bedé está representada a través de algunas planchas de Juillard para Blake y Mortimer, además de una intervención de Max.
En el patio se han agrupado algunos sundays de periódicos americanos, acompañados por homenajes de autores locales.
Finalmente, en el entresuelo podrán disfrutar con los originales de Joe Kubert. Planchas, tiras y portadas de diferentes etapas, cedidas por coleccionistas de Europa y Estados Unidos. Aunque la fama del dibujante es innegable, su papel en la Historia del Cómic ha sido minusvalorado. Repasar su legado supone reconocer la frescura de su entintado, su dibujo viril y también delicado y, por supuesto, su visión global de la página. Kubert es el creador de la plancha moderna de cómic, entendida como un todo donde priman los contrastes y una dinámica relación entre viñetas.
Dibujó muchos personajes, de Tor a Punisher pasando por Hawkman, Firehair, o Tex. Sus protagonistas eran luchadores, nunca víctimas. Por muy grande que fuera su sufrimiento, no les pasaba por encima. Hay que resistir si se desea sobrevivir. Sus héroes bélicos transitaron los más diversos conflictos: Enemy Ace en la IGM, Sargento Rock y Haunted Tank en la IIGM o los Green Berets en Vietnam. Menos interesado por la política que por los individuos, su atención puesta siempre en los soldados que debían encontrar el valor en las circunstancias más horribles. Algunas guerras debían lucharse, el holocausto no podía repetirse. Ni en Croacia ni en Ucrania, ni en Taiwan ni en ninguna otra parte. Que así sea.
EL NIÑO DIBUJANTE
Yosaif Kubert nació el 18 de septiembre de 1926 en Ozeryany, pueblecito polaco donde residía toda su familia. Dos meses después embarcaron rumbo a los Estados Unidos. Con apenas doce años comenzó su carrera profesional como ayudante en la editorial MLJ. Trabajó también en el estudio de Harry “A” Chesler y en el de Will Eisner. Allí fregó suelos, borró páginas y realizó pequeños trabajos de entintado. Chesler y Eisner fueron sus mentores, tanto en el terreno artístico como en el empresarial. A partir de 1942 empezó a realizar encargos para Holyoke, Fiction House, Quality y MLJ, con personajes como Volton, Spark Stevens o Phantom Lady. Entintó a Jack Kirby en un par de números de Newsboy Legion y también a Mort Meskin, una gran influencia en su estilo.
En 1944 las tropas aliadas desembarcaron en Normandía y Kubert cumplió 18 años. Dibujó Black Cat para Harvey, una serie donde abandonó su estilo inicial, más delicado, aportando un entintado enérgico y con mayor presencia de masas negras. Dio sus primeros pasos en DC con algunos episodios de Hawkman. Los cómics que dibujó para Harvey participaban del frenesí bélico de la época, con japoneses muy estereotipados derrotados por heroicos americanos. Siguió entregando episodios de Flash y Hawkman hasta 1949. Con “The Flaming Darkness!” se despidió de Hawkman hasta 1961, doce años después. En 1948 montó su propia empresa, alquilando un estudio en Manhattan. Negoció con el editor Archer St. John un precio por cómic completo entregado y contrató a autores como Frank Giacoia, Lee Elias o Alex Toth. Lanzó su versión de Simbad y dibujó muchos cómics de amor, escribiendo algunos de ellos.
En 1949 conoció a Muriel, que no tardaría en convertirse en su esposa. Después lo alistaron y pasó una temporada en Alemania. Al licenciarse ideó con su amigo Maurer la forma de producir comics en 3D. St. John les animó a probar el sistema con un personaje muy popular, el Superratón. Vendieron más de un millón de ejemplares.
Dibujó muchos personajes, de Tor a Punisher pasando por Hawkman, Firehair, o Tex. Sus protagonistas eran luchadores, nunca víctimas. Por muy grande que fuera su sufrimiento, no les pasaba por encima. Hay que resistir si se desea sobrevivir. Sus héroes bélicos transitaron los más diversos conflictos: Enemy Ace en la IGM, Sargento Rock y Haunted Tank en la IIGM o los Green Berets en Vietnam. Menos interesado por la política que por los individuos, su atención puesta siempre en los soldados que debían encontrar el valor en las circunstancias más horribles. Algunas guerras debían lucharse, el holocausto no podía repetirse. Ni en Croacia ni en Ucrania, ni en Taiwan ni en ninguna otra parte. Que así sea.
EL NIÑO DIBUJANTE
Yosaif Kubert nació el 18 de septiembre de 1926 en Ozeryany, pueblecito polaco donde residía toda su familia. Dos meses después embarcaron rumbo a los Estados Unidos. Con apenas doce años comenzó su carrera profesional como ayudante en la editorial MLJ. Trabajó también en el estudio de Harry “A” Chesler y en el de Will Eisner. Allí fregó suelos, borró páginas y realizó pequeños trabajos de entintado. Chesler y Eisner fueron sus mentores, tanto en el terreno artístico como en el empresarial. A partir de 1942 empezó a realizar encargos para Holyoke, Fiction House, Quality y MLJ, con personajes como Volton, Spark Stevens o Phantom Lady. Entintó a Jack Kirby en un par de números de Newsboy Legion y también a Mort Meskin, una gran influencia en su estilo.
En 1944 las tropas aliadas desembarcaron en Normandía y Kubert cumplió 18 años. Dibujó Black Cat para Harvey, una serie donde abandonó su estilo inicial, más delicado, aportando un entintado enérgico y con mayor presencia de masas negras. Dio sus primeros pasos en DC con algunos episodios de Hawkman. Los cómics que dibujó para Harvey participaban del frenesí bélico de la época, con japoneses muy estereotipados derrotados por heroicos americanos. Siguió entregando episodios de Flash y Hawkman hasta 1949. Con “The Flaming Darkness!” se despidió de Hawkman hasta 1961, doce años después. En 1948 montó su propia empresa, alquilando un estudio en Manhattan. Negoció con el editor Archer St. John un precio por cómic completo entregado y contrató a autores como Frank Giacoia, Lee Elias o Alex Toth. Lanzó su versión de Simbad y dibujó muchos cómics de amor, escribiendo algunos de ellos.
En 1949 conoció a Muriel, que no tardaría en convertirse en su esposa. Después lo alistaron y pasó una temporada en Alemania. Al licenciarse ideó con su amigo Maurer la forma de producir comics en 3D. St. John les animó a probar el sistema con un personaje muy popular, el Superratón. Vendieron más de un millón de ejemplares.
En 1953 Kubert firmó algunas de las mejores obras de su carrera, destacando las protagonizadas por su personaje Tor, una especie de Tarzán prehistórico. También dibujó tres cómics para la EC y ya no volvió a trabajar con Kurtzman. En 1954 se implantó el Comics Code y las editoriales empezaron a caer, junto con las ventas. Al año siguiente regresó a DC, contratado por Robert Kanigher para participar en sus populares series de guerra. Las historias se publicaban en cinco revistas: Our Army at War, Our Fighting Forces, Star Spangled War Stories, G. I. Combat y All-American Men of War. Kubert colaboró en todas y también dibujó Viking Prince, para The Brave and the Bold, visualizando con sensibilidad todas las fantasías del guionista Bob Haney.
Aquellas primeras historias bélicas, de gran calidad, cortas y autoconclusivas, dieron paso a finales de los cincuenta a nuevas series protagonizadas por un conjunto de héroes bélicos, entre los que destacó Sargento Rock. El estoico soldado destrozó tanques, educó novatos y sobrevivió a las heridas más graves en los siguientes años.
EL ARTISTA BÉLICO DEFINITIVO
Conocido por su legendaria velocidad, los registros indican que en 1964 Kubert alcanzó la asombrosa cifra de una página dibujada y entintada por día. Se puso al frente de una segunda serie, Haunted Tank, para G. I. Combat. Enemy Ace se presentó en 1965 en Our Army at War nº 151. Empleó muy bien el formato global de la página para transmitir la sensación de movimiento de los aviones.
Robin Moore había escrito un libro muy popular sobre Vietnam, Green Berets, así que pensaron en su adaptación como tira de prensa. En 1966 Kubert cumplió cuarenta años. Tras pasar un periodo de prueba, Green Berets se puso en marcha. En el apartado gráfico fue una de las cumbres de su carrera. La dibujó, la entintó, la rotuló y supervisó el color. Pero la guerra de Vietnam era un tema incómodo e impopular. Abandonó la tira el 10 de enero de 1968. Aquel año Marvel había intentado contratar a Carmine Infantino. DC reaccionó nombrándolo editor en jefe. Su primera decisión fue sustituir a los anteriores editores-guionistas por dibujantes: Orlando, Giordano y Kubert. Liberado de la presión de la tira de prensa y con la nueva libertad concedida por Infantino, Kubert escribió el guión de uno de los episodios más comentados de Rock. En Our Army at War nº 196 el sargento veía morir a sus hombres y perdía la cabeza. La conclusión era de carácter moral: ciertas guerras debían ser luchadas.
Enemy Ace volvió en Star Spangled War Stories nº 138. En “The Slayers and the Slain!” Kanigher daba con un contrincante a la altura de Von Hammer: Hangman. En “Luck Is a Puppy Named Schatzi!” el perrito Schatzi se representaba de la forma más adorable posible, lo que aumentaba el drama final.
Creó otro personaje inolvidable: Firehair. Un mestizo, un niño blanco criado por los indios. The Losers aparecieron en G.I. Combat nº 138. En 1970 “I’ll Never Die!” en Star Spangled War Stories nº 154, narraba el origen de Unknown Soldier. En 1971 el personaje central de “Head Count”, en Our Army at War nº 233, era una transposición del teniente William Calley, declarado culpable en marzo por las atrocidades cometidas en My Lay. El slogan “Make war no more” (“No vuelvas a hacer la guerra”) apareció por primera vez en aquel número por decisión editorial de Kubert.
Presentó Weird War Tales a finales de 1971.
En 1972 se puso al frente de Tarzán, adaptando las novelas de Burroughs. Ofreció una de las más expresivas versiones del personaje, representando las junglas con una tremenda economía de medios. Kubert había alcanzado la cumbre de su estilo y algunas de sus páginas para Firehair, Enemy Ace o Tarzan forman ya parte de la historia del medio.
Todo empezó a cambiar en 1975, su “año infernal”. Pasó a dibujar solo bocetos que un estudio de filipinos terminaba. Emplearon el mismo sistema en otro ambicioso proyecto, la adaptación de la Biblia en formato gigante. Lanzaron Ragman, un nuevo superhéroe que se clausuró tras cinco entregas. Sobresalía una pieza muda sobre saqueadores de tumbas dibujada completamente por Kubert y que puede contemplarse en la muestra del Solleric. Desde finales de los sesenta su número de cómics había disminuido mientras sus portadas aumentaban. Acabó convirtiéndose en uno de los portadistas estrella de la casa.
MAESTRO DE MAESTROS
Llevaba tiempo planeando su siguiente paso. Cumplió cincuenta años en 1976. Al año siguiente inauguró la Joe Kubert School of Cartoon and Graphic Art con 22 alumnos. El curso de dos años pronto se convirtió en otro de tres. Los estudiantes, conocidos como “kubies”, participaban en proyectos publicitarios y en tiras de prensa, que en principio acogían con entusiasmo. Pero al final era Kubert el que acababa resolviéndolos.
La escuela apenas le dejaba tiempo para otros compromisos. En 1980 abrieron una nueva sección de animación. Los mejores autores de cómics de las últimas décadas pasaron por su centro: Veitch, Bisette, Yeates, Mandrake, Weeks, Conner, Truman... Una lista interminable.
Todo empezó a cambiar en 1975, su “año infernal”. Pasó a dibujar solo bocetos que un estudio de filipinos terminaba. Emplearon el mismo sistema en otro ambicioso proyecto, la adaptación de la Biblia en formato gigante. Lanzaron Ragman, un nuevo superhéroe que se clausuró tras cinco entregas. Sobresalía una pieza muda sobre saqueadores de tumbas dibujada completamente por Kubert y que puede contemplarse en la muestra del Solleric. Desde finales de los sesenta su número de cómics había disminuido mientras sus portadas aumentaban. Acabó convirtiéndose en uno de los portadistas estrella de la casa.
MAESTRO DE MAESTROS
Llevaba tiempo planeando su siguiente paso. Cumplió cincuenta años en 1976. Al año siguiente inauguró la Joe Kubert School of Cartoon and Graphic Art con 22 alumnos. El curso de dos años pronto se convirtió en otro de tres. Los estudiantes, conocidos como “kubies”, participaban en proyectos publicitarios y en tiras de prensa, que en principio acogían con entusiasmo. Pero al final era Kubert el que acababa resolviéndolos.
La escuela apenas le dejaba tiempo para otros compromisos. En 1980 abrieron una nueva sección de animación. Los mejores autores de cómics de las últimas décadas pasaron por su centro: Veitch, Bisette, Yeates, Mandrake, Weeks, Conner, Truman... Una lista interminable.
A principios de los noventa consideró que su proyecto educativo ya estaba encarrilado y se volcó en la creación de novelas gráficas: Abraham Stone (1991 y 1995), Tor (1993), Punisher War Zone (1994), Fax from Sarajevo (1995), Tex, Il cavaliere solitario (2001), Sgt. Rock: Between Hell and a Hard Place (2003), Yossel. April 19, 1943 (2003), Jew Gangster (2005), Sgt. Rock: The Prophecy (2006), Tor (2008) y Dong Xoai, Vietnam 1965 (2009). Destacan las protagonizadas por Punisher y Tex, con guiones de Dixon y Nizzi respectivamente. Entre las obras escritas por el propio Kubert, The Prophecy y Yossel.
En 2008 su esposa Muriel falleció a causa de un cáncer. Kubert murió el domingo 12 de agosto de 2012. En 2013 se publicó la miniserie Joe Kubert Presents, que incluía un emotivo relato de despedida de Rock escrito por Paul Levitz. Rock estaba en todas las tumbas de los soldados enterrados en Europa.