lunes, 10 de octubre de 2022

2022 UN AÑO FATÍDICO PARA EL CÓMIC

LISTA DE BAJAS
Para la mayoría 2022 será el año en que murió Isabel de Inglaterra. Para los aficionados al cómic este año está resultando fatídico.

Ya he tenido ocasión de escribir dos artículos sobre autores fallecidos en 2022. El primero dedicado a Mézières y el segundo a George Perez, Gallardo y Neal Adams. A ellos se les han sumado creadores tan reconocidos como James Bama, que murió en abril, Garry Leach en marzo, Ken Kelly y Tim Sale en junio y Tom Palmer, Sempe y Lili Renée en agosto. Toda una generación nos está dejando pero algunas de sus obras permanecerán en nuestra memoria.

Bama y Kelly
eran sobre todo ilustradores. Del primero recordamos sus impresionantes portadas para las novelas del héroe pulp Doc Savage. Ken Kelly fue más conocido entre los lectores de cómic, gracias a sus portadas para Warren. Alumno destacado de Frazetta, aprendió de aquel el arte de la sugerencia. Una buena portada de fantasía no es la que más detalles tiene sino la que mejor cuenta, la que transmite una mayor intensidad o misterio. Del dibujante británico Garry Leach recordamos sobre todo sus recargadas viñetas para el enloquecido “Miracleman” de Alan Moore.


 
Tim Sale era un tipo encantador que tuvo una carrera fulgurante. De alguna forma consiguió imponer su estilo, un desarrollo de algunos experimentos de Steranko, caracterizado por el empleo de muy pocas viñetas por página. Aunque era incapaz de distinguir los colores siempre trabajó con grandes coloristas y se las apañó para que sus cómplices redondearan con acertadas gamas sus espectaculares composiciones. En cuanto a los guiones, trabajó sobre todo con su amigo Jeph Loeb, saltando de Marvel a DC sin despeinarse. Juntos volvieron a contar la historia de héroes tan icónicos como Superman, Hulk o Daredevil, en algunos casos de manera muy afortunada. Recuerdo con menos entusiasmo sus muchas contribuciones a la saga de Batman, pero su relectura depara sorpresas agradables. En fin, un autor diferente y con una obra rigurosa y especial, que deberían revisar.


 

Entre los aficionados Tom Palmer será recordado por sus tintas sobre lápices de Buscema, Colan, Neal Adams, John Byrne o John Romita Jr. Muchos de ellos primadonnas que siempre se quejaban de cómo les entintaban las páginas. Pero Palmer conseguía que todos se quedaran satisfechos. Como decía Buscema “porque sabía dibujar”. Sabía lo que podía hacer que un dibujo funcionara o no. Y ajustaba sus acabados a las necesidades de cada autor. Normalmente los entintadores son “calcadores”, artesanos a los que no se presta mucha atención. Palmer consiguió llamar la atención de los lectores gracias a sus cuidadosos y expresivos acabados.

El humorista francés Sempé es seguramente el nombre más reconocido de esta lista. Empezó en el mundo de las viñetas de la mano de Goscinny y el “Pequeño Nicolás”. Pronto las viñetas del cómic se convirtieron en ilustraciones que acompañaron una serie de novelas. Y ese fue el camino que Sempé siguió toda su vida, hasta situarse en lo más alto de su profesión, con numerosas portadas del New Yorker en su haber. Sus chistes han sido recopilados en diversos volúmenes y yo les sugiero que los repasen. Todos tienen ese humor tierno y entrañable que le caracterizaba, servido con un trazo económico y delicado. Fue uno de los grandes.



Finalmente, es muy poco lo que se ha traducido de Lilí Renée, la única mujer de esta lista y que ha muerto con 101 años. Una auténtica superviviente, que ya había escapado en su adolescencia del terror nazi. En los USA encontró trabajo como dibujante de historietas, en editoriales donde era la única jovencita rodeada de curtidos profesionales, cuyas bromas debía aguantar. Pero ahí quedan sus páginas para demostrar su talento, en muchos casos con distribuciones de viñetas muy poco habituales. Recientemente Trina Robbins contaba su historia en una novela gráfica que no ha sido traducida.