KADATH. EL PROYECTO.
Hace años me reuní con dos ex-alumnos y amigos. Uno de ellos, Guillermo Sanna, llevaba tiempo colaborando con Marvel, en series como Iron Fist, Cage, Bullseye y otras. Jacques Salomon se había dedicado a la pintura, especializándose en retratos. Pero sentía ganas de meter la cabeza en esto del cómic. Como en ocasiones Sanna tenía algunos periodos sin encargos, quería algo que le permitiera mantenerse en forma. Fue así como surgió la idea de hacer un proyecto juntos. Acabó siendo el actual Kadath. Pensé en una adpatación de Lovecraft y nos pusimos a ello. Lo llevamos a Angulema en 2019, sin grandes resultados. Lo enviamos a varias editoriales americanas, sin respuestas positivas. Finalmente, la editorial Diábolo Ediciones decidió confiar en nosotros a los pocos días de mandarles el proyecto. Ahora es una realidad que ya pueden encontrar en las librerías especializadas, con una respuesta crítica muy positiva.
Solo nos queda dar las gracias a todos los aficionados que han adquirido el libro y desear que la lectura haya sido de su agrado.
A continuación reproducimos un fragmento del prólogo de Kadath, obra de mi buen amigo Ramón F. Pérez, redactor y fundador de El Wendigo. Que lo disfruten.
LA LLAVE DE PLATA
Lovecraft ha sido llevado frecuentemente al cómic desde los ya lejanos tiempos de la adaptación de Breccia, en unos casos se adaptan historias concretas, en otros se idean nuevos relatos basados en su universo y hasta los hay que lo toman -a él o a alguien muy parecido- como protagonista de los mismos. Sin embargo muy pocos han intentado adaptar esta historia1 y me llama la atención, pues siempre pensé que era el más visual de todos los relatos lovecraftianos, el más susceptible de ser trasladado a un medio basado en la imagen, además de tener una emoción y variedad que no siempre se encuentran en sus argumentos.
LA LLAVE DE PLATA
Lovecraft ha sido llevado frecuentemente al cómic desde los ya lejanos tiempos de la adaptación de Breccia, en unos casos se adaptan historias concretas, en otros se idean nuevos relatos basados en su universo y hasta los hay que lo toman -a él o a alguien muy parecido- como protagonista de los mismos. Sin embargo muy pocos han intentado adaptar esta historia1 y me llama la atención, pues siempre pensé que era el más visual de todos los relatos lovecraftianos, el más susceptible de ser trasladado a un medio basado en la imagen, además de tener una emoción y variedad que no siempre se encuentran en sus argumentos.
Florentino Flórez como guionista y responsable de la narrativa gráfica -vulgo planificación- secundado por los dibujantes Guillermo Sanna y Jacques Salomón -los tres ciudadanos de Palma de Mallorca, aunque el primero lo sea de adopción- nos ofrecen esta atractiva versión de la búsqueda de la desconocida (o la oculta) Kadath, la ciudad de los Dioses del Sueño. Florentino nos da una visión muy ajustada al cuento original aunque ofreciendo ciertas innovaciones que hacen más fluido el relato, por ejemplo Randolp Carter va a ser acompañado en su periplo por un fiel y audaz compañero lo que, entre otras cosas, nos libra de esos interminables monólogos tan gratos al cómic actual. Otras innovaciones son más llamativas, por ejemplo el inicio de cada capítulo con la aparición estelar de Litlle Nemo… Confieso que, de buenas a primeras, me dejó un tanto perplejo pero la verdad es que en una historia que gira alrededor del sueño y la infancia pocas presencias están más justificadas que las del pequeño Nemo. Pero la mayor innovación de todas está en el enfoque del capítulo quinto en el que Carter se encuentra con su viejo amigo Kuranes, devenido rey en las tierras del sueño. A mí me gusta, pero me temo que ahora sería el solitario de Providence quien mostrase cierta perplejidad.
Esta es una versión que, sin traicionar el espíritu lovecraftiano, potencia los aspectos aventureros del relato, transformando el periplo onírico de Randolp Carter en una gran aventura en el sentido tradicional del término y para lograr esto es imprescindible que el apartado gráfico funcione y aquí lo hace a la perfección. De los dos dibujantes implicados, Guillermo Sanna es el que tiene una mayor trayectoria (Bullseye, Cage, Iron Fist, Spider-Man...), mientras que Jacques Salomon está dando sus primeros pasos en el mercado americano. Aquí se reparten equitativamente los capítulos pero el trabajo de ambos es magnífico, además al encargarse Florentino de la planificación visual, se logra una unidad de estilo que siempre viene bien a la historia, de hecho la principal diferencia que se aprecia, al menos a primera vista, es el acabado, más tosco y rugoso -lo que no implica que sea peor- en uno de los casos y más limpio en el otro. Abundan las secuencias espectaculares y las páginas magníficas pero si tuviese que quedarme con alguna escogería la larga secuencia gatuna del capitulo segundo, aquella que culmina cuando los gatos dan, en compañía de Carter, un prodigioso salto de la Luna a la Tierra. Creo que a Lovecraft, hombre de manías peculiares, también le gustaría.
Les dejo en compañía de los Gules, los Dholes, las descarnadas alimañas de la noche y los Dioses Otros. Que lo disfruten tanto como yo lo he hecho.
Ramón Fermín Pérez Meana Fundador de la revista de crítica de cómics El Wendigo.
- Queremos dar las gracias a todos los lectores y también a los que han dedicado parte de su tiempo con recomendaciones como estas:
Javier RD, Anika Entre Libros, Freakyonline, Es la hora de las tortas