viernes, 18 de junio de 2021

OFICIO DIBUJANTE JOSE LUIS MUNUERA

Oficio dibujante de Jose Luis Munuera edita Astiberri

Astiberri. Bilbao, 2021.
160 páginas, 10 euros.



PREFERIRÍA HACERLO
Munuera, un dibujante español que se ha labrado su carrera en Francia, presenta dos obras muy diferentes: un tratado teórico y una adaptación de un clásico de la literatura universal.


Empiezo por ese “Oficio dibujante” que él presenta con mucha humildad como un desordenado conjunto de artículos sobre tebeos. Explica que no se le dan bien las autobiografías. Que su historia cabría en un grueso libro donde él estaría en todas las páginas sobre su mesa de dibujo, trabajando en calzoncillos. Y que prefirió ahorrar tan lamentable espectáculo a sus lectores. La afirmación ya adelanta el tono general de la obra. 
Munuera explica muchos asuntos interesantes del negocio al que ha dedicado su vida, pero siempre desde la sencillez y el humor y con una absoluta falta de pretensiones. Ese registro desenfadado y cercano no hace sino aumentar la grandeza de un artista que en su ámbito profesional lo ha conseguido casi todo. Como dibujar a Spirou, uno de los grandes personajes del cómic europeo. Insiste en que el éxito y el fracaso son términos que cada uno interpreta a su manera y que su mayor triunfo consiste en vivir de su trabajo, algo que decidió siendo niño. Eso y poder echar la siesta en la cama y con pijama. Mantiene varios proyectos en marcha y así, cada vez que concluye uno, salta inmediatamente al siguiente.

No se dejen engañar por esa ligereza que engrasa la lectura y consigue que el libro se acabe en un suspiro. Entre bromas y veras Munuera escribe uno de los mejores textos sobre tebeos que yo haya leído nunca. Y me he leído unos cuantos. Habla de la narrativa desde dentro, de su propio y costoso aprendizaje de las rutinas del medio, tan diversas de un país a otro. La forma en que relaciona intenciones y planificación y sus diferencias entre Francia, Japón o los USA es brillante y muy acertada. Toda una lección que viene de alguien que comprende y explica el medio desde su propia experiencia. Igualmente interesantes son sus descripciones de las batallas internas en las editoriales o del funcionamiento de las grandes compañías en cuanto a distribución, márketin o decisiones empresariales. 

Bartleby, el escribiente de Jose Luis Munuera Comic edita Astiberri
Aplaudo los referentes españoles que cita, algunos injustamente olvidados, como el gran Ambrós, el muy especial Martz-Schidt o Pellejero, cuyas sutilezas han sido perfectamente captadas por Munuera. Al haber trabajado con algunos de los grandes nombres de aquella nueva ola francesa puede contarnos algunos detalles de autores tan conocidos como Sfar o Bravo. Y luego, todo eso se aglutina con anécdotas personales tan divertidas como las que protagonizaba enseñando sus dibujos o su impagable encuentro con Giraud-Moebius. Otro de sus temas recurrentes es el conflicto entre tebeos artísticos e industriales. Él ha saltado de unos a otros y analiza con mucha lucidez las diferencias, de planteamiento y desarrollo pero también en relación con los lectores. Insiste en una idea clara: el tebeo que no llega a salir del cajón, que no se edita, no es nada. Los productos deben estar pensados para alcanzar a un público, sea este minoritario o muy numeroso. Un libro, en definitiva, totalmente recomendable y yo ya pienso en ponerlo como lectura obligatoria para mis alumnos del Ciclo de Cómic. Les permitirá hacerse una idea muy acertada de la realidad profesional que les espera.

Su adaptación del relato de Melville, “Bartebly, el escribiente” no me entusiasma tanto. A la tercera vez que el protagonista repite la famosa frase ya empieza a resultar irritante. Los intentos de identificar a ese incierto héroe con la anónima voz de una contestación silenciosa, en contra de un sistema opresivo e injusto, no me llegan. Demasiadas páginas para una historia que ya leímos en viñetas hace años, según recuerdo de forma más concisa y eficaz. No se puede acertar siempre.