Norma. Barcelona, 2021.
200 páginas, 35 euros.
UNA ADAPTACIÓN DEMASIADO FIEL
Georges Bess ha vuelto a nuestras librerías con un libro arrollador, su versión del “Drácula” de Bram Stoker, un tremendo éxito en Francia y que ahora podemos disfrutar en español.
Desde sus ya lejanos tiempos con Jodorowsky, Bess había intentado, con diferentes colecciones, recuperar los seguidores que tuvo en sus colaboraciones con el guionista chileno. Finalmente lo ha conseguido gracias a esta muy fiel versión de la novela que tantas películas de vampiros ha inspirado. Tuve ocasión de encontrármelo en Angulema, justo antes del confinamiento. Había pasado por una doble resurrección. Primero personal, ya que se había enfrentado a una grave dolencia y lo vi tan simpático y en forma como siempre. También laboral, tras años de desencuentros con sus lectores, finalmente el éxito volvía a sonreírle. Ya preparaba una nueva adaptación, que ha estado elaborando durante estos largos meses. Se trata de otro de los grandes clásicos del horror, Frankenstein.
Su “Drácula” nos llega en la versión más sofisticada, en blanco y negro y con un buen formato. Y ya desde la portada resulta estremecedor. Ha diseñado una cubierta con un aire Art Nouveau, con zonas impresas en dorado y una guirnalda tan decorativa como terrorífica. La primera sensación del interior no decepciona, con esa doble página del cementerio, sencillamente espectacular. El nivel de dibujo se mantiene, aunque él tiende a saltar de unos acabados a otros de forma un tanto caprichosa. Pero eso ya lo sabemos de obras anteriores, como también que en cualquier momento puede sorprendernos con dibujos abrumadores. Aquí sobresalen los paisajes, especialmente cuando la acción se traslada a las heladas cumbres de Transilvania. Se nota que ha trabajado sin limitación alguna y constantemente riega su obra con generosas dobles páginas pobladas de detalles primorosos. Son increíbles las sensaciones que consiguen con las cabeceras de sus capítulos, con esas variaciones sobre lo que parecen huesos, piedras o motivos vegetales. Tan bonitas como inquietantes.
No todo son buenas noticias. Tenemos muy viva en la memoria la adaptación de Coppola de esta misma obra y hasta su versión en cómic, de la mano de Mignola. Y como todos parten del mismo material acaban produciéndose muchas coincidencias. Así que aspectos que en la película resultaban muy llamativos, como el descenso del conde por la pared de su castillo o la aparición de sus sexy-compinches, aquí suenan a ya vistas y les resta impacto. Además, la presencia de abundantes textos también lastra el ritmo del relato. Llegado cierto punto, se tiene más la sensación de estar frente a una novela profusamente ilustrada que ante un cómic. Falta una verdadera interacción entre imágenes y textos y las primeras casi acompañan a las palabras, las verdaderas protagonistas. No ocurre siempre pero sí a menudo. En todo caso es una lucha épica. El dibujo de Bess es muy poderoso y aquí y allá nos transporta a su antigua grandeza, nos muestra lo genial que puede llegar a ser. Quizás por momentos la lectura sea algo pesada, pero el conjunto es tan embriagador que el esfuerzo bien merece la pena.
Mientras, “Escondida”, su divertido y elegante proyecto ambientado en Formentera, sigue sin traducción al español. ¿Cómo es posible? Yo no lo entiendo.