200 páginas, 9,95 euros
UNA POBRE NIÑA NEGRA
Me había prometido a mí mismo no volver a escribir sobre Ken Parker. Pero el último episodio publicado es un trabajo de tal envergadura que sería un pecado no comentarlo.
La historia de “Adah” se publicó originariamente en 1982. Han tenido que pasar casi cuatro décadas para que un editor español reconociera la calidad de este episodio ¡Demasiados años!
Cuando he comentado con otros lectores las virtudes de Ken Parker observo que es un producto que tiende a ser menospreciado. Al fin y al cabo es un western. Agua pasada, una cosa rancia. Reconozco que mi entusiasmo disminuye cuando Milazzo no se encarga de los lápices (y los “penninos”, como decía él). Pero en esta última entrega hay dos capítulos que no deberían perderse.
En el primero Berardi escribe una intensa historia sobre un indio medio blanco que huye con su amor para vivir una dramática aventura, enfrentado a blancos y rojos. Se titula “La mujer de Cochito” y la dibuja Carlo Ambrosini, que se esfuerza de forma muy meritoria por parecerse a Milazzo. Está muy bien.
Y luego tenemos “Adah”, que es uno de los diez mejores tebeos que yo he leído en mi vida. ¿He dicho diez? Dejémoslo en cinco. A mí “Adah” me vuelve loco. Conocí la versión italiana a color en cartoné. Supongo que antes se publicó en grises en la serie regular, como en la edición española. Pero lo cierto es que muchos de los matices de esa versión a color, con el salto de los tonos planos a viñetas con lavados de acuarela, se pierden en un formato que iguala en exceso los diversos niveles del relato. Y que directamente oculta aspectos importantes, como en la escena de la regla. Adah acaba de tener su primera menstruación y se despierta sobresaltada en medio de la noche. Obviamente la mancha colorada que luego ensucia sus manos en la viñeta siguiente se esfuma en la versión en B/N. Hasta aquí las quejas. El resto es puro disfrute.
Si usted es de los que compra un cómic por su tema aquí tiene excusas de sobra para adquirirlo.
Se nos cuenta la historia de una esclava, de una mujer que pasa por múltiples peripecias que incluyen la explotación laboral y sexual, violaciones y violencias varias, su paso de niña a mujer, su relación con su madre y su abuela, el padre ausente o inalcanzable…
Por supuesto Berardi aprovecha para escribir el mejor comic sobre la esclavitud que yo recuerde. Y sus seguidores ya pueden suponer que no solo aborda la violencia contra la mujer, también el desamparo de la infancia y los abusos a los que cualquier niño puede ser sometido. En muchos casos sin tener siquiera la oportunidad de quejarse o denunciarlo. Pero todo esto no es más que la superficie. Lo verdaderamente profundo, lo bueno, está por debajo de estas excusas argumentales.
Con Milazzo en su mejor momento dibujando personajes tremendamente expresivos, con una narrativa contenida pero al mismo tiempo magistral en cuanto al empleo de masas negras. Ayudado por ese dibujo prodigioso Berardi da vida a unos personajes a los que pronto aprendemos a amar, con reacciones individuales ante unos sucesos históricos que casi se los llevan por delante y complejas relaciones entre todos ellos. “Adah” es el gran tebeo sobre la esclavitud en Norteamérica, justo al inicio de la Guerra Civil.
Nos describe a la perfección las complejas interacciones que se daban entre amos y esclavos. También se apunta a la situación tras la guerra, más mísera y enrarizada de lo deseable. Berardi encadena flash-backs a toda velocidad, cada secuencia mejor que la anterior, con la seca brevedad de los clásicos.
Todo lo que se cuenta es importante y juega un papel en este fenomenal drama. “Adah” es el apasionado retrato de una mujer desde su infancia hasta su madurez, explicando el duro trayecto necesario para conseguir su libertad. Una libertad que no es solo social o económica, también mental y emocional. Es un tour de forcé donde caben todos los matices del universo femenino, con sus fortalezas y debilidades. Háganme un favor: dejen de leer esto y corran a comprar el volumen 23 de la serie Ken Parker.