viernes, 13 de mayo de 2016

STARLIGHT de MILLAR y PARLOV

Starlight de Millar y Parlov, edita Panini Comics El regreso de Duke McQueen
Panini Comics. Barcelona, 2016.
168 páginas, 14,99 euros.

LOS HÉROES NO SE JUBILAN


Mark Millar regresa con una atractiva revisión de Flash Gordon o Carter de Marte. Le acompaña el increíblemente talentoso Goran Parlov, con resultados explosivos.


No me atrevería a decir que es uno de los tebeos del año, pero sí de los que he leído con más delectación y placer. Como en sus ilustres precedentes, parte de una premisa casi imperialista. Un pueblo vive bajo la bota de un tirano y, de repente, llegado de otro planeta aparece el héroe rubio y salvador. Con su bravura y valentía depone al dictador de turno y reinstaura la democracia liberando a los sufridos indígenas de sus padecimientos.

Con estos supuestos propios de un tebeo de Corto Maltés, poco podría hacerse a priori, excepto burlarse de ellos. Pero Millar sobrevive al tufillo colonial y casi racista del planteamiento a base de ironía y de un recurso que lo identifica como el excelente guionista que es. Es un giro en el argumento que le permite construir un gran comienzo y un muy satisfactorio final, de esos que dejan al lector con la sensación de “¡qué bien me lo he pasado!”.

La idea es tan simple como eficaz. ¿Qué pasaría si no quedaran pruebas de las hazañas de Flash en Mongo, si nadie se creyera que había derrotado al cruel Ming? Eso es lo que le ocurre a su protagonista, el apacible jubilado Duke McQueen. Los adoradores de John Wayne, entre quienes me cuento, apreciamos el guiño que introduce en el nombre del héroe, ese “Duke” que era el apodo habitual de Wayne. Y es que tiene mucho del mítico actor o de algunos de sus papeles más recordados. Especialmente en el nostálgico arranque, donde se presenta cómo un anciano triste y solitario, que acaba de enviudar y apenas recibe visitas de sus hijos. Es el tipo loco que fabuló aventuras en un planeta desconocido. Ayudado por el dibujo expresivo y directo de Parlov, en este caso con los acabados del Moebius más despojado, Millar describe a un tipo derrotado por la vida y unas circunstancias que lo han llevado a convertirse en el chiflado del que todo el mundo se burla.

Starlight de Millar y Parlov, edita Panini Comics Superhéroes ciencia ficción
Lógicamente, la situación cambia cuando vuelve a recibir noticias del planeta que había liberado muchos años atrás. Ahí se inicia una trepidante aventura en la que cruza la galaxia para enfrentarse con nuevos villanos, rodeado por un puñado de coloridos comparsas. Si al inicio el personaje se aproximaba a algunas de las más melancólicas figuras fordianas, con la vuelta a Tántalus el tono recuerda más al Hawks de El Dorado o Río Bravo. Duke es un profesional que hace lo que debe. Aquí, aunque correcta, la narración resulta más convencional. Aparece un malo sádico y amenazador, las peripecias son tan emocionantes como debieran y Parlov nos deslumbra con sus ciudades, paisajes y arquitecturas alienígenas. Todo, de los uniformes al diseño de las astronaves, tiene un enternecedor aire camp, aunque con una carcasa despojada y fresca, el dibujante desnuda su trabajo de artificios y nos permite disfrutar con la fuerza estructural de sus figuras y la imaginación que destilan sus ambientes y escenarios.

Pero, en realidad, estamos esperando a que Duke vuelva a casa para comprobar si esas nuevas andanzas han supuesto algún cambio o no. Y sí, el final es tremendamente satisfactorio, como se suele decir colma todas las expectativas. Es divertido y emocionante y yo les aseguro que si se leen este tebeo se lo pasarán muy bien.