viernes, 10 de octubre de 2014

COMIC DE AVENTURAS, BERNARD PRINCE INTEGRAL1 de HERMANN & GREG

Bernard Prince, Integral 1 de Herrman y Greg, edita Ponent Mon comic aventuras, tebeo
Ponent Mon, 2014
248 páginas, 42 euros.

Y AQUEL BARQUITO NAVEGÓ


Hay quien califica a Bernard Prince de desfasado y a sus personajes de tópicos. Afortunadamente la publicación en Integral de sus aventuras permite comprobar que hace falta ser muy zoquete para pensar tal cosa.


La serie arranca a mediados de los sesenta y continuará hasta finales del XX. Episodio a episodio vemos cómo el dibujo de Hermann evoluciona y pasa de lo simplemente bueno a lo realmente genial. En España vio la luz a través de diversas editoriales. Sin ánimo de ser exhaustivo, Jaimes Libros sacó La frontera del infierno, una aventura en que Prince se transformaba en Daniel Ross. Mucho más tarde Ediciones Junior inició la edición completa de la serie, aunque se detuvo en los primeros episodios. Fue Bruguera la que presentó esta creación de forma más constante, entre las páginas de la revista Mortadelo Especial o Mortadelo Gigante. Por ejemplo, de este primer integral encontramos Oasis en llamas en un Especial TV.

Lo primero que podemos comprobar es algo que ya se apreciaba en los Integrales dedicados a Ric Hochet: el color chirría. Puedo suponer que así les ha llegado desde Francia pero no es excusa. De nuevo los azules son extremadamente oscuros y en muchas ocasiones empastan la línea hasta casi hacerla desaparecer. No puedo decir que el color mecánico de Bruguera fuera mejor pero es que en ocasiones lo sacaban en bitono, lo que permitía al menos apreciar muy bien el contraste de B/N del dibujo. En la edición de Junior los tonos eran más pálidos con lo que no competían tanto con la línea. Este es el gran aspecto a mejorar.

Dicho lo cual debo afirmar que nos encontramos ante un gran tebeo. Es la saga en la que realmente Hermann madura como dibujante y para mi sigue siendo su mejor trabajo. Puedo comprender que otros, incluyendo al propio autor, prefieran el detallismo atmosférico y cargado de texturas por el que se decantó más adelante. Pero personalmente lo que me gusta de esta etapa es cómo mezcla su particular tramado con unos sombreados muy delimitados y en los que las masas negras se marcan con nitidez. Por supuesto, deben sumar los habituales puntos fuertes del dibujante: la humanidad de sus personajes, la variedad de sus caracterizaciones, su dinamismo, su gusto por la arquitectura y el paisaje y su capacidad para representar las fuerzas de la naturaleza, algo crucial en esta saga.

Bernard Prince, Integral 1 de Herrman y Greg, edita Ponent Mon aventuras comic barco
Así llegamos al guión. Ya saben que considero a Greg uno de los grandes, un tipo al que se suele minusvalorar aunque cuenta en su haber con obras tan potentes como Comanche, también con Hermann, o Luc Orient, cuya publicación en Integrales hace tiempo que espero.

Bernard Prince presenta algunos esquemas conocidos, empezando por el trío protagonista, con el héroe guapo al frente, el barbudo barrigón y borrachín como compañero cómico y el niño simpático con el que todo joven lector podría identificarse. Pero es que a partir de esos estereotipos Greg se lanza a contarnos historias que sientan sus bases en las aventuras clásicas y de alguna manera se transforman en algo mucho más cercano, al menos en los años setenta del siglo pasado. Me refiero al cine de catástrofes. Greg no presta demasiada atención a los nativos y prefiere centrarse en las fuerzas de la naturaleza. Así, en los diversos episodios asistimos a la lucha épica de Prince contra tifones y morenas gigantes (La ley del huracán, 1973), un espectacular incendio (en mi episodio favorito, La isla en llamas, 1974), un volcán (El soplo de Moloch, 1976), unas increíbles cuevas llenas de murciélagos y gas (La fortaleza de las brumas, 1977) o el intenso frío de una tierra congelada (El puerto de los locos, 1978), entre otros. No se olvida el factor humano y políticos corruptos, aventureros sin escrúpulos, guerrilleros de diversos pelajes, presidiarios y demás personajes característicos se pasean con naturalidad por la saga, aportándole sabor y humor.

Creo que lo que se le reprocha a Greg, lo que no encontramos en sus guiones, es una mirada ideológica. Lo suyo es el entretenimiento y los buenos sentimientos. Prince no duda en ayudar a quienes lo necesitan pero no pierde el tiempo en discursitos. Digamos que no es, afortunadamente, Corto Maltés. Y supongo que eso es lo que, en opinión de algunos, lo convierte en desfasado. Ahora esta saga se reedita y seguro que Prince y su barco, el Cormorán, se mantendrán a flote muchos años más porque hablamos de aventuras perfectamente contadas, con un ritmo excelente. Veremos cuánto tiempo aguanta el marinero de Pratt en el circuito. Y de cual nos olvidamos antes.