140 páginas, 18 euros.
UNOS TIPOS DUROS
Finalmente Darwyn Cooke consigue un argumento tan sintético y directo como su brillante dibujo.
Esta es la tercera adaptación de una obra de Westlake que nos llega firmada por él. Como saben, ese escritor de novela negra ha visto parte de sus obras adaptadas al cine en películas con tipos tan duros como los interpretados por Lee Marvin (A quemarropa) o Mel Gibson (Payback). En sus anteriores intentos Cooke conseguía seducirnos con su dibujo pero los argumentos se diluían entre textos excesivos y experimentos narrativos no del todo acertados.
En realidad desde que dejó la animación para dedicarse a los tebeos, Cooke ha sido algo así como un quiero y no puedo. Su grafismo es encantador y nos recuerda invariablemente al trabajo de algunos colegas suyos con tanto talento como Mazzucchelli o Bruce Timm. Al primero sobre todo por sus duros acabados, con un pincel brusco que no parece dudar jamás. Al segundo por la simplificación de figuras y objetos, que sin duda es un reflejo de su anterior empleo como animador. La mezcla es muy atractiva y esa es la razón por la que le sigo desde que apareció en series tan diversas como Catwoman, Spirit o su The New Frontier. Pero en todos los casos el balance era decepcionante, los argumentos nunca estaban a la altura de un dibujo que prometía mejores contenidos.
La cosa mejoró un poco con sus adaptaciones de Parker, ese matón al que cogemos enseguida cariño por su sólido código y su durísimo comportamiento. Pero como ya he dicho no acababan de resultar redondas, siempre se liaba con textos innecesarios y complicaciones que arruinaban la sencillez de unos relatos que pedían más sequedad que los Martinis de Bond. Esos defectos han sido corregidos en esta nueva entrega donde Cooke apenas se permite tonterías. Quizás la presentación es un poco embarullada pero en cuanto vamos al asunto todo funciona como la seda. El Golpe es la clásica historia de un atraco, en este caso uno muy complejo que implica la participación de un numeroso grupo de profesionales. El argumento les sonará. En tiempos todos vimos a Sinatra y compañía intentarlo con los casinos de Las Vegas y por supuesto tenemos la mucho más cercana y perfecta versión de Clooney y sus amigos en Ocean’s Eleven.
Como suele ocurrir nos pasamos el relato pensando qué es lo que va a fallar, quién meterá la pata y lo mandará todo al traste. No lo desvelaré aquí pero baste decir que la acción es trepidante pero contenida, Cooke se preocupa más de expresar los temores de sus protagonistas que de llenar su aventura de tiroteos y persecuciones. Y eso es lo que asegura el éxito de la empresa. Es este un tebeo muy viril en el que las chicas son poco más que estorbos, dificultades que deben sortearse o juguetes que pueden ser dejados en un rincón, al menos en apariencia. Lo cierto es que las pocas mujeres que aparecen son sorprendentes por sus matices y nunca hacen lo que esperaríamos de ellas, lo cual está muy bien.
En definitiva, un gran trabajo. El dibujo de Cooke mantiene esos bitonos tan bonitos y es tan expresivo y narrativo como siempre. Y el guión está a la altura. Una historia sin complicaciones que va directa a los hechos, sencilla y eficaz y que se lee de un tirón. No se lo pierdan.