CACA VERDE
The Amazon
Steven T. Seagle y Tim Sale
Norma Editorial. Barcelona, 2010
86 páginas. 14 euros.
Siempre he pensado que Steranko tuvo dos hijos que resultaron mejores que él. Me refiero a Gulacy y a Sale. El primero heredó su dibujo fotográfico y de alto contraste y puso en funcionamiento algunas de sus invenciones narrativas. El segundo convirtió su adaptación de Atmósfera Cero en un modelo a seguir, demostrando que podía ser viable. En realidad nunca me han interesado los tebeos de Steranko, más allá de su indudable papel como fundador. Esto hay que reconocérselo para añadir inmediatamente que ninguna de sus historias resulta memorable. Más preocupado por la forma que por los contenidos elabora preciosos juguetes que acaban convertidos en trastos en un medio donde prima lo narrativo. Esto lo entendieron mejor sus aprendices, que pronto superaron al maestro. Gulacy fue el primero y ahí sigue sorprendiéndonos con la vitalidad de sus historias. Sale pareció inspirarse en el Miller de Sin City, de hecho le exigieron que lo imitara en Deathblow, el tebeo que consiguió que nos fijáramos en él. Pero demostró en seguida que su terreno de juego era más amplio y personal y que se derivaba más bien del experimento de Steranko, aquel comic construido a base de dobles páginas, tan bonito como ilegible. Sale nunca emplea una viñeta de más y siempre elige la mayor, estirándolas a lo largo o a lo ancho.
Tim Sale ha demostrado que es un narrador a quien conviene seguir la pista y ya he expresado en anteriores ocasiones mi admiración por su trabajo. Por eso me alegró esta recuperación de una obra perdida de hace veinte años. Lamentablemente, el guionista que le acompaña no es su compinche habitual, Jeph Loeb, con quien ha creado sus mejores historias. Al contrario, Steven T. Seagle es el típico escritor cuya firma recordamos vagamente de algunos títulos de la DC, obras que misericordiosamente hemos conseguido olvidar. Tenía un recuerdo difuso de su labor y leyendo este relato he comprendido porqué.
Amazon se deja leer gracias al portentoso dibujo de Sale. Se nota su juventud pero ya está en plena forma y las páginas se disfrutan con su habitual mezcla de sofisticación, claridad y sencillez. El color también es bonito. Pero ahí se acaban las virtudes de este tebeo. Tengo la teoría de que hay dos tipos de lectores. Están los lectores de “temas”. Los que aconsejan un comic no por cómo está dibujado o por sus personajes sino porque denuncia la opresión machista o los abusos de Estados Unidos en Nicaragua. Ya habrán comprendido que para mi esos NO son lectores de tebeos sino otra cosa. Los verdaderos lectores apenas mencionan el tema. Se deleitan en determinada secuencia, comentan tal chiste o disfrutan con aquel héroe. Pues bien, Amazon es una obra pensada para el primer grupo, una obra “de tema”.
En este caso se trata de la deforestación del Amazonas, como supongo que ya habrán imaginado. Por el camino se denuncia a las grandes compañías madereras, representantes del capitalismo salvaje, y a la iglesia católica, que provoca asco al protagonista y cuyas acciones considera “otra forma de arrasar esta tierra”. Por supuesto su visión de las tribus es mucho más indulgente, aunque apenas conoce su cultura la califica de “extremadamente eficiente” y casi alcanza el éxtasis cuando visita su poblado (“es todo tan hermoso”). En fin, siempre pueden disfrutar con los dibujitos y olvidarse del texto.