144 páginas, 15 euros.
Una raza ajena a la nuestra intenta invadirnos y para ello traza un plan tan retorcido como incomprensible. Por en medio hay un mago, secuestran a niños, una pareja que no se encuentra, una bufanda asesina, destripan a una ballena... Éste es uno de los aspectos más débiles del álbum. Sabemos que los malos deben ser detenidos y que lo que planean es abominable. Pero todo es tan secreto y misterioso que resulta muy difícil de seguir. Además, ese mecanismo argumental tiende a adquirir más importancia que los propios personajes, que acaban convertidos en marionetas a su servicio, sin apenas personalidad. Así que, al despistarnos uno, nos desinteresamos de los otros. Pero no del todo.
PÁJAROS DE MAL AGÜERO
El argentino Salvador Sanz firma esta obra tan irregular como fascinante. Se nos habla de una conspiración que proviene de un más allá de resonancias infernales, de otra dimensión que recuerda al mundo de la vigilia en Matrix.
Una raza ajena a la nuestra intenta invadirnos y para ello traza un plan tan retorcido como incomprensible. Por en medio hay un mago, secuestran a niños, una pareja que no se encuentra, una bufanda asesina, destripan a una ballena... Éste es uno de los aspectos más débiles del álbum. Sabemos que los malos deben ser detenidos y que lo que planean es abominable. Pero todo es tan secreto y misterioso que resulta muy difícil de seguir. Además, ese mecanismo argumental tiende a adquirir más importancia que los propios personajes, que acaban convertidos en marionetas a su servicio, sin apenas personalidad. Así que, al despistarnos uno, nos desinteresamos de los otros. Pero no del todo.
Si Migrador Nocturno falla en su estructura y desarrollo, acierta en otros planos, no sé si tan relevantes, pero sí lo bastante como para ser considerada una obra respetable y fascinante. Sobre todo en los aspectos ambientales, atmosféricos. Tiene sus deudas, eso es indiscutible, pero es lo bastante original como para sorprendernos, especialmente esa raza principal, esa especie de pajarracos del infierno, tan horrendos como letales. También los pajaritos, los cruces entre humanos y aliens, con esperimentos fallidos tan llamativos como el anfitrión que recibe y engaña a los humanos que cruzan el umbral entre los dos mundos. La descripción de ese otro universo arbóreo es efectiva, sugiriendo más que enseñando, pero permitiéndonos intuir los horrores que rondan esos paisajes que apenas vislumbramos.
Por otro lado, aunque la conspiración acabe siendo demasiado retorcida y sinuosa, no todas las secuencias que provoca son despreciables. Al contrario, el volumen se sigue con interés porque su autor sabe dosificar la acción y maneja muy bien la sensación de amenaza, de peligro constante. Mueve a sus actores de acá para allá y pasan muchas cosas, con portaaviones y escenarios que nos demuestran que no le da pereza dibujar lo que sea. No en vano proviene del mundo de la animación. Aderezado todo ello con secuencias de erotismo bizarro y violencia extrema. Especialmente llamativa es la escena en que tiran a todos los aspirantes del avión y lo que sigue. O todas las páginas de transformación, que demuestran que en el terreno de los monstruos todavía no está todo dicho, ni mucho menos. Por supuesto, la secuencia del ataque de los bichos-tijera a los aviones es espectacular.
Migrador Nocturno es un producto exótico, raro y con sabores poco habituales, hay algo atractivo, viscoso e hipnótico detrás de muchas viñetas. Un experimento narrativo probablemente fallido pero interesante y más que notable. El dibujo nos habla de un autor con mucho talento, muy imaginativo y con un grafismo limpio y personal, que sabe detallar sin empastar y usar los grises como adecuado complemento para su barroco trabajo. No se lo pierdan.