Regis Hautiere, Olivier Vatine y Didier Cassegrain
Planeta Comic, España, 2024
68 páginas, 18,95 euros
LE GRAND CONAN
Hace dos años celebrábamos la primera entrega de la versión francesa de Conan. “Clavos rojos” es su séptimo libro, un título que para muchos lectores está indeleblemente asociado a los nombres de Roy Thomas y Barry W. Smith.
Como se sabe, hace tiempo que se liberaron los derechos de Howard y su amigo Lovecraft y desde entonces han proliferado las adaptaciones más diversas dedicadas a los universos de estos dos creadores. Conan ha tenido una fortuna especial en su reencarnación francesa. Aunque los equipos creativos han ido variando, la media se mantiene muy alta. Nunca decepcionan y eso que el listón está muy alto. Fue Roy Thomas quien consideró, a finales de los setenta del pasado siglo, que adaptar las aventuras del bárbaro cimmerio al cómic sería una buena idea. En aquel momento nadie estaba haciendo nada parecido. El dinero que se gastaron en los derechos se lo ahorraron contratando a un joven dibujante inglés, que por entonces todavía se estaba despegando de su modelo inicial, Jack Kirby. Los lectores pudieron comprobar con asombro cómo su dibujo mejoraba número a número. Alcanzó su culminación con “Clavos rojos”, la obra que ahora se ha adaptado en Francia. Sin los delirios barrocos que le definirían años más tarde, en este episodio Smith demostraba las infinitas posibilidades de sus plumillas, aplicadas a tramados que envolvían con sensualidad unas figuras llenas de dinamismo y vigor. Todo al servicio de un relato sobre una sociedad decadente, al borde mismo de la extinción, con sus últimos representantes paseándose por escenarios delirantes, en pasajes cargados de erotismo y violencia. Thomas como siempre reproducía lo mejor de la prosa de Howard y la ponía al servicio de un mecanismo narrativo muy bien engrasado, con personajes atractivos y una atmósfera tan opresiva como atrayente. Era una obra maestra que perdurará.
Y, sin embargo, la versión francesa consigue estar a la altura. El texto es algo más ligero en cuanto a los cartuchos de apoyo, pero desarrolla con detalle todos los flash-backs que explican lo que pasó en esa ciudad maldita. Es una buena adaptación, con un dibujo a la altura. El estilo es menos realista que el de Smith y se inclina hacia la caricatura y el expresionismo. Es muy efectivo en las escenas de acción y se recrea especialmente en las poses de una Valeria tan fiera como sexy. El color es embriagador, sobre todo en las escenas iniciales y cuando se muestra la ciudad a lo lejos. Luego ayuda mucho a recrear las diferentes atmósferas del interior, indicadas por sucesivos tonos dominantes. Parece muy acertada la interpretación de esas tribus perdidas como si de dos variantes aztecas se tratara, con claras referencias a las culturas centroamericanas en el vestuario y la decoración. Toda la ciudad se reinterpreta como una gran pirámide en cuyo interior transcurre la acción. El trabajo gráfico brilla en las escenas de lucha bien coreografiadas, y también en los grandes momentos, señalados por viñetas enormes donde se permite que los espacios vacíos colaboren en el juego compositivo.
En fin, que me parece un trabajo excelente. Supongo que después de leerlo querrán revisar la versión de Thomas y Smith. Saquen sus propias conclusiones de la comparación. Esta es una entrega actualizada y tremendamente digna. Como siempre, los textos de acompañamiento son muy recomendables, ofreciéndonos contexto sobre el momento en que Howard redactó el cuento original y sus particulares intenciones. Revisen las anteriores entregas de esta colección, todas son correctas y algunas realmente buenas.