jueves, 6 de junio de 2024

DOS CÓMICS CLÁSICOS RENOVADOS

Dos trabajos que beben de las fuentes más clásicas de la bedé, el cómic europeo para todos los públicos. Una de las propuestas viene firmada por un bretón y la otra por un equipo español.


Vértigo en Groenlandia comic Tanquerelle
VÉRTIGO EN GROENLANDIA
Hervé Tanquerelle
Sapristí Ediciones, España, 2024
104 páginas, 19,90 euros


“Vértigo en Groenlandia” no esconde sus deudas con Hergé, que se evidencian desde una portada inevitablemente similar a la de un álbum de Tintín. En el interior, la gama de colores nos aleja un poco de la estética linea-clarista más académica, pero ya les adelanto que no es para tanto. En cuanto el ojo se acostumbra a las acuarelas y al expresivo dibujo del autor, enseguida nos sentimos en territorios conocidos. Tanquerelle ha colaborado con algunos de los creadores que supuestamente venían a darle la vuelta al mercado francobelga, como Sfar. Pero poco queda de aquella revolución en esta obra. Todo rezuma un encantador aroma de aventura clásica, bien construida, narrada con sencillez y con personajes interesantes. Su protagonista es algo más neurótico que Tintín, no es tan apolíneo, el precio de la modernidad. Pero su explorador viejo y alcohólico, que parece sacado de una película de John Huston, es un inteligente remedo de Haddock. Todo en este álbum está bien pensado y mejor dibujado. Es una gran aventura en el norte, con sus peligros y sus personajes al borde de la locura, sobre todo el artista que financia la expedición y que propicia la apoteósica escena final. No hay grandes novedades ni se esperan, más allá de las texturas de color. El resto es puro disfrute, un guión bien escrito con diferentes tramas que confluyen en un final satisfactorio. Yo no pido más.
 


Molly Wind Toni Galmes Catalina González Comic bibliotecarias
MOLLY WIND 

Catalina González Vilar y Toni Galmés
Norma Editorial, España, 2023
160 páginas, 24,95 euros


En cuanto a “Molly Wind. Bibliotecarias a caballo, Norma lo ha sacado como integral en España, agrupando las tres primeras entregas de la serie, mientras que en Francia se publica álbum a álbum. Parte de una idea que el dibujante tuvo durante su estancia en USA. Allí conoció la historia de las “bibliotecarias a caballo”, chicas que durante la Gran Depresión fueron contratadas para transportar libros a los lugares más inaccesibles, a lomos de caballos. Se le ocurrió que la mezcla de libros y equinos sería irresistible y así se lo explicó a la escritora Catalina González. Toni Galmés había ilustrado varios cuentos de la autora y decidieron que harían un cómic juntos. Así es cómo Toni ha iniciado una prometedora carrera como dibujante de cómics. Como novato en el medio, prefirió encargarse sólo de lápiz y tinta, dejando el color digital en manos de Toni Vicent. Como curiosidad, en todos los proyectos que prepara para el mercado francés (y son varios), Galmés ha vuelto a las acuarelas, ya que nuestros vecinos galos aprecian las sutilezas del color directo, frente a la uniformidad digital. 
Molly Wind Comic
Como en el caso anterior, no se esperan sorpresas en “Molly Wind”. ¡Y esa es la mayor sorpresa de todas! Se ajusta a los cánones más clásicos y por momentos se tiene la sensación de estar leyendo un trabajo de Roba, Peyo o Franquin, salvando las distancias. Tebeo entretenido y sin pretensiones, con una estructura narrativa impecable, sin discursitos pero con una defensa muy creíble de los valores más universales. Las protagonistas son dos hermanas, una pequeña, despreocupada y entusiasta, y la otra más seria y ya adolescente, con todo lo que eso conlleva. Cada álbum emplea un libro como leit-motif, de “La isla del tesoro” a “Sherlock Holmes”, pero sin dar la turra, como un eco que resuena aquí y allá y que aporta algo de densidad a las tramas. Los malos son también clásicos, con algunos maleantes tontorrones y un millonario muy desaprensivo. Es un trabajo tan humilde como bien escrito, dirigido a un público juvenil pero que cualquier padre puede leer sin rubor. Es entretenido e interesante y viene servido por el dibujo de un creador que mejora página a página. Con una cargada retícula de cuatro tiras y aire marcadamente europeo, Galmés aligera de vez en cuando sus planchas, incluyendo splashs y grandes viñetas que nos permiten disfrutar mejor de sus encantadores personajes. El álbum esquiva con inteligencia la ñoñería, puede que todo sea muy mono en ocasiones pero no se pierde de vista la realidad, como demuestra la secuencia del parto equino, algo que no encontraríamos en ningún tebeo clásico. Han encontrado un equilibrio muy saludable entre el producto para todos los públicos y la obra personal cargada de ideas refrescantes y personajes atractivos. Ya estamos esperando su siguiente trabajo.