176 páginas. 15,95 euros
¿HALCÓN O FÉNIX?
No soy un seguidor de Hawkman. Pero creo que todos los lectores de comic lo relacionamos con dos autores: Joe Kubert y Tim Truman ¿Conseguirán Hitch y Venditti superar el trabajo de esos dos gigantes?.
Kubert es quien forja la imagen que reconocemos de este superhéroe alado. Por supuesto le acompañaban otros grandes, como Murphy Anderson, Gil Kane, Carmine Infantino y hasta Johnny Craig. Pero es a Kubert al que recordamos.
Muchos años después uno de sus alumnos tuvo ocasión de firmar una miniserie dedicada al personaje, uno de esas obras imprescindibles de principios de los noventa. Me refiero al “Hawkworld” de Tim Truman que, siguiendo la estela narrativa del maestro, daba la vuelta a una visión del mundo clásica y bienintencionada para expresar un escepticismo fin de siglo que todavía hoy resulta muy convincente.
Aquella desgarradora fábula llena de matices políticos y humanos era muy difícil de superar. Pero el guionista Robert Venditti y el dibujante Bryan Hitch se esfuerzan por dejar atrás esos referentes ofreciéndonos un espectáculo de primera clase.
Todos recordamos a Hitch tras su paso por “Ultimate Avengers”, donde filmó dos grandes películas en viñetas, en compañía de un desbordante Mark Millar. Demostraron qué podía conseguirse con los superhéroes y luego los productores de Hollywood solo tuvieron que copiar algunos de sus planos para facturar una de las más entretenidas películas de supertipos que se han hecho.
Que Hitch no nos iba a defraudar se daba casi por supuesto. Hay momentos en que recuerda a Kirby, no por el estilo sino por su capacidad para firmar dibujos apabullantes, que se salen de la página y fascinan al lector por su osadía e imaginación. Como lo del gorila gigante, el tiranosaurio, la bandada de hombres-pájaro o las sobrecogedoras secuencias finales, en el filo mismo del universo. Hitch es una bestia, es arrollador y el grafista perfecto para abordar ambiciosas sagas espacio-temporales como ésta. Todo con una planificación excelente y un sombreado deudor de Kevin Nowlan, que acaba de redondear sus ya poderosas figuras. Abundan las dobles páginas en las que solo encontramos al héroe plantado frente al observador. Hitch puede permitírselo.
El guión es más que correcto. Explora la capacidad de Hawkman para reencarnarse en diferentes épocas y lugares. Investigando los huecos de su memoria respecto a esas vidas pasadas el héroe salta de un lugar a otro. Ahora estamos en el antiguo Egipto y al instante siguiente en Thanagar y luego quién sabe. Lo único que todo lector tiene claro es que el próximo episodio va a ser más espectacular que el anterior, una y otra vez hasta el final. De hecho, cuento entre los mejores capítulos los dos últimos. El del Microverso, donde le acompaña Atom, en un guiño hacia pasadas aventuras en equipo. Y “Origen”, donde algunos de los enigmas que envuelven al héroe son revelados, en un ambiente sacrificial casi de pirámide azteca, antes de Cortés. Además, se incluye al inicio una aterradora profecía apocalíptica, así que el héroe no lucha solo por revelar los misterios que sus consecutivas vidas ocultan, también por la salvación de toda la humanidad. Los enemigos son unos colosos casi celestiales por su tamaño pero absolutamente maléficos.
¿La única pega? ¡Que continúa! Ya estamos deseando leer la segunda parte ¡No nos hagan esperar!