viernes, 17 de mayo de 2019

5 CÓMICS DE GÉNERO 2019

GÉNERO FLUIDO
En el pasado referirse a “cómics de género” suponía hablar de superhéroes, romance, terror, oeste o histórico. Hoy los “cómics de género” se han convertido en otra cosa. Veamos algunos ejemplos.

Muchas series que nacen en las galaxias digitales tienen como público base a un contingente tan sectorializado como entusiasta. Ese apuntar hacia la minoría permite la aparición de propuestas muy diferenciadas que en ocasiones no consiguen dar el salto hacia audiencias más amplias.

DOLORES Y LOLO

Ivan Batty y Mamen Moreu
Astiberri, 2019
106 páginas. 16 euros

Las estanterías de las librerías se llenan de títulos que narran las peripecias emocionales o sexuales de jóvenes creadores que se dirigen a sus correligionarios. Esa sensación se desprende de la propuesta del guionista Ivan Batty y la dibujante Mamen Moreu. Por un lado el mundo que describen en “Dolores y Lolo” nos remite a los ambientes de los primeros “Víboras”. Una bohemia barcelonesa en aquel momento más interesada en la droga y el sexo que en el “prusés”.

Ahora como entonces se nos habla de micromundos llenos de jóvenes sin futuro, condenados aparentemente a vivir con sus padres o abuelas y empeñados en transformar las costumbres establecidas. Al final dedican mucho más tiempo a esas neo-relaciones que a buscar trabajo, así que no extraña que vivan en una permanente precariedad.

Aquí de nuevo nos acordamos del “Víbora”, donde los nuevos héroes eran básicamente delincuentes que justificaban sus fechorías despotricando contra el sistema. La diferencia más apreciable tiene que ver con el nivel de prédica. No recuerdo que el Niñato perdiera mucho tiempo criticando el capitalismo. Lo suyo era más bien la acción directa y el cóctel molotov.

Los protagonistas de “Dolores y Lola” no parecen proclives a ninguna revolución que no rime con revolcón. Respecto al poliamor que defienden, eso no les impide quejarse cuando a sus novias compartidas les salen nuevas novias, con lo que se repiten situaciones que esta nueva moral afirmaba haber dejado atrás. Poca novedad, pues. Al principio quizás sorprende un poco esa prota con novia y follamigo pero luego, en ese infinito revuelto de gays, lesbianas y amigos con derecho a roce todo acaba pareciendo lo mismo y aburriendo. Porque ese es el mayor pecado de una obra que se pretende de humor. Que tiene muy poca gracia. Se siente.



Llamadme Nathan de Catherine Castro y Quentin Zuttion edita Astiberri
LLAMADME NATHAN

Catherine Castro y Quentin Zuttion
Astiberri, 2019
144 páginas. 18 euros

En una clave muy diferente se sitúa “Llamadme Nathan”, una aproximación realista a la trayectoria vital de un chico que ha nacido en el cuerpo de una chica.

Los autores no van de bromas y narran el drama de ese protagonista que debe situarse y situar su propio cuerpo frente a sus padres, sus amigos, su hermano y el resto del mundo, en un proceso complicado y muy doloroso.

Especialmente eficaz la página en la que se describen las operaciones a las que debe someterse y se indica hasta el coste de cada uno de los procesos. Quizás en su conjunto no constituya una narración inolvidable, pero es un trabajo necesario y honesto. Y muy pedagógico, el libro que todo padre debería leer. Y unos cuantos familiares y amigos.







Heathen de Narasha Alterici, edita Astiberri - comic lesbianas vikingas
HEATHEN

Natasha Alterici
Astiberri, 2019
112 páginas. 16 euros

“Heathen” sobre todo apuesta por la normalidad.
Una línea que los comics mainstream llevan años recorriendo, al menos desde que Barr y Bolland presentaron sus heroinas lesbianas en “Camelot 3000”. Luego Marvel y DC fueron sacando a algunos de sus supertipos del armario y en la actualidad es casi más noticiable que un héroe se mantenga hetero que lo contrario.

Pero no todo es normalidad en este moderno cuento de lesbianas vikingas. También se denuncia el carácter subversivo de toda tendencia sexual enfrentada a “lo normal”. Así que cuando la prota es pillada besuqueándose con una amiga puede elegir entre buscarse un novio o ser ejecutada. Su enrollado padre la salva y ella inicia una búsqueda que la llevará a encontrarse con unas valkirias muy sexys. O algo así.

El gran problema aquí no es que a la prota le gusten las chicas. El gran problema se llama Simonson, el tipo que desmontó el mito de Thor, lo volvió a montar, para volver a desmontarlo y en la actualidad sigue jugando con él.

Nadie como el viejo Walt sabe conciliar lo épico, lo humorístico y lo dramático en tebeos siempre satisfactorios, siempre diferentes. Y lo hace con un dibujo especial y muy personal. Natasha Alterici lo intenta en “Heathen”, pero comete varios errores gráficos. Como es su afición a emplear modelos anoréxicas ligeras de ropa, que dan un poco el cante en una saga nórdica como esta. Entiendo que es una fábula y habrá quien ame la artificiosidad de su propuesta. No es mi caso. Creo que el guión no está mal construido pero la puesta en escena es endeble y el ritmo dubitativo. Creo que debería de mejorar las bases de su oficio.





Millar, Torres y Gianfelice  Jupiter’s Circle
JUPITER'S CIRCLE

Millar, Torres y Gianfelice
Panini comics, 2019
144 páginas. 15 euros

Lo peor de “Jupiter’s Circle” es que no cuenta con el dibujante regular de la saga, Quitely, que ha pasado a encargarse solo de las portadas. Es una notable ausencia ya que sus personajes son siempre muy expresivos y su narrativa impactante. Quienes le sustituyen son limpios y elegantes, pero no nos ayudan mucho a diferenciar a los numerosos personajes y eso hay momentos en que constituye un problema.

Millar como siempre cumple al guión. Fabrica una suerte de “Watchmen” para la serie principal, imaginando cómo sería ser superhéroe en los cincuenta. Hay dos o tres episodios extraordinarios, como el de los amigos compitiendo por la misma chica o el del héroe casado que se echa una novia jovencita, abandonando familia e hijos. Parece el guión de una peli de Sirk, un planteamiento que muy pocos osarían abordar en la actualidad.

El guionista sale bien parado. Y finalmente firma un muy interesante capítulo dedicado a un protagonista gay que sufre bajo el peso de una doble ocultación. Debe esconder sus poderes y además su orientación sexual. Hasta que entra en escena el malvado Edgar Hoover y le chantajea. Más allá de anecdótico final Millar maneja muy bien la crisis vital del personaje, que se debate entre desvelar sus secretos o evitar el escándalo a sus familiares y amigos. Afortunadamente algunas sociedades han conseguido dejar estos oscuros tiempos atrás.



JIMMY'S BASTARD

Garth Ennis y Russ Braun
Planeta comic, 2019
144 páginas. 15 euros

Por último, tras revisar los universos del poliamor (bisexuales por naturaleza), las reivindicaciones gays y las reflexiones trans, queda por ver qué pasa con los maltrechos restos del heteropatriarcado. Garth Ennis tiene la respuesta en su última parodia, “Los bastardos de Jimmy”.

El protagonista es un trasunto de James Bond, trasladado a la actualidad porno-digital. ¿Qué puede hacer el viejo falócrata, aparte de seguir enloqueciendo a unas cuantas jamonas dispuestas en todo momento a hacerle un favor o dos?
Primero, pelearse con su nueva compañera, que es negra y feminista. Pero tan peleona como él, así que los intercambios de diálogos sarcásticos están asegurados.

Segundo, seguir haciendo los chistes más incorrectos que se les puedan ocurrir, incluyendo lo del hijo no-muy-espabilado del jefe, un atrevimiento casi imposible a día de hoy.
Tercero, conseguir que echemos de menos a su compañero de tantos años, Steve Dillon. El dibujante que le sustituye tiene ciertos parecidos, pero no es lo mismo.

Cuarto, la gran idea que da título a la obra. Tras tantos años de aventuras de una noche (o menos), sus bastardos son legión. Y desean vengarse de un padre ausente. Estamos a la espera de qué hará Ennis con su psicoanalítica premisa. Ya nos ha demostrado de qué es capaz con la maniobra de distracción inventada por los villanos en este primer volumen. “Género fluido” es un procedimiento que intercambia los sexos de la multitud. Así que de repente ellas se levantan con algo nuevo entre las piernas y ellos con algunos cambios más. Y las consecuencias son descacharrantes. Está bien que alguien nos recuerde que el sexo no es solo el último campo de batalla político, también algo que da mucha risa.




 The Ninth Art of Russ Braun (El Noveno Arte de Russ Braun) from Fernando Venegas on Vimeo.