208 páginas. 32 euros
DINOSAURIOS EN LUGAR DE CADILLACS
Gracias a un dibujo arrollador, esta serie consigue transportarnos a un mundo en el que los humanos galopan sobre dinosaurios, luchan por el agua y se amontonan en ciudades imposibles y visualmente embriagadoras.
Se lee de un tirón. Son doscientas páginas sin descansos que no pueden apartarse a un lado para proseguir la lectura en otro momento. Perriot dibujó otros tebeos anteriores y trabajó en el mundo de la animación.
Al parecer este proyecto fue apadrinado por el colorista de Moebius, que también se hace cargo del color en Negalyod. Algunos se han apresurado a relacionar el dibujo de Perriot con el del maestro Giraud. Y él le hace algún homenaje como el gorro que encuentran en la nave, que nos remite inevitablemente a Arzach. Los dos son grandes dibujantes, más lírico Moebius y más dinámico Perriot. Debo insistir en esto último porque durante la lectura del cómic se tiene insistentemente la sensación de asistir a una superproducción. No le cuesta dibujar lo que sea. Y aquí y allá se marca planchas y dobles páginas espectaculares. Vistas de ciudades imposibles, ejércitos a la carga, dinosaurios muertos por centenares… Cualquier cosa que se les ocurra él la imagina y la dibuja con precisión.
Así que todo el álbum es un disfrute absoluto, el ojo queda más que satisfecho exhausto ante tal despliegue visual. Está bien contado, pasan cosas constantemente y los planos más arriesgados y difíciles de ejecutar desfilan ante nuestros asombrados ojos, sin descanso.
Además el argumento, una mezcla de distopía, guerra de clases, dinosaurios y Mad Max con gotas de Nausicaa y alguna cosa más, propicia la aparición de escenas alucinantes y sobrecogedoras. Y todas están bien resueltas y mejor dibujadas. Norma nos lo presenta en un formato grande que permite disfrutar del grafismo así que por ese lado no se puede pedir más.
Todos los peros se sitúan en el terreno argumental. Según lo leía recordaba el Aldebarán de Leo. Y pensaba: “estos franceses han sido capaces de crear dos de los mejores tebeos de ciencia ficción que he leído en la última década”. Al acabar la lectura mi opinión había cambiado.
Si Leo no tiene igual en la creación de mundos, a la hora de imaginar fauna y flora exóticas y cacharrería tecnológicamente deslumbrante, Perriot no se queda atrás y además su dibujo tiene un extra de dinamismo del que Leo en general carece. Pero Leo es un buen guionista y Perriot no tanto.
A mi sus deudas argumentales me dan igual. Una historia puede recordarnos mil planteamientos similares y aun así interesarnos. Pero no es el caso. Tiene un problema grave con los personajes. Apenas escapan de su condición de clichés: el héroe, el líder de los rebeldes, la hija del líder de los rebeldes… A ese escaso desarrollo de la personalidad de los personajes se suman algunos errores más, como que no hay un villano definido (el malo al que amamos odiar) o, más grave aún, que no se entienda el final. ¿Ganan los buenos? ¿O pierden? La red de la zona alta ¿era mala o buena? Es como que cuesta decidirse y eso diluye mucho el clímax de la obra.
Obra que está llena de energía y sobrada de vigor narrativo. Creo que Perriot tiene mucho que aportar y ya espero por su siguiente entrega. Pero debería de mimar más el desarrollo de sus historias. Cuando el Perriot guionista alcance la calidad del Perriot dibujante va a ser la bomba.