198 páginas, 38 euros.
¡GLORIA AL PRÍNCIPE JUDÁ BEN HUR!
Recientemente comentaba la recuperación de parte de la obra de Jean-Yves Mitton. Ahora se recopila uno de sus trabajos más recientes, su revisión del clásico de Lewis Wallace.
Aunque para muchos de nosotros es más bien el Ben Hur (1959) de Charlton Heston o el de William Wyler. Sin olvidar la película muda de Fred Niblo (1925), donde el director de la versión a color ya figuraba como ayudante. Wyler de alguna manera ha quedado oscurecido por el brillo de otros directores o quizás se le confunde con Billy Wilder porque suenan parecidos. Pero yo lo sitúo en mi panteón de los grandes, al lado de Ford y Hawks, muy por encima de Hitchcok, Preminger y compañía. Si creen que exagero revisen sus películas, entre las que se encuentran obras maestras como La calumnia (1961), Horizontes de grandeza (1958), Vacaciones en Roma (1953), Los mejores años de nuestra vida (1946), La señora Miniver (1942) o, por supuesto, Ben Hur, por citar sólo algunas. Nos hemos acostumbrado a ver tantas veces por la tele a Heston en la mítica carrera de cuádrigas que tendemos a olvidar la calidad de la construcción y la firmeza del lenguaje visual de esta obra inmortal de Wyler.
Ahora Mitton decide traducirlo a viñetas. Aunque expresa sus respetos por las adaptaciones cinematográficas y, como veremos, permanece bastante fiel a ellas, en la introducción comenta el impacto que le causó la lectura de la novela original, ese Cuento de Cristo que fue el subtítulo que el general Wallace dio a su obra. Reflexiona sobre la geografía del relato, una zona que continua siendo centro de diversos conflictos en la actualidad y sobre la dimensión divina que el novelista aportó a la historia. Mitton afirma: “Qué más da creer o no creer, si toda Aventura lleva al héroe hacia una redención. ¡Y qué redención!”. Entre sus intenciones cuenta recuperar la profundidad de la novela y la colosal puesta en escena del cine, “con las herramientas más modestas que ofrece el 9º Arte.” Su humildad le honra pero sus propósitos son muy ambiciosos y sin embargo consigue sobreponerse a todas las dificultades.
Compite con la grandiosidad del Hollywood más impactante, especialmente en dos secuencias que se cuentan entre lo más recordado del film: la de la batalla naval y la de la carrera de cuadrigas. Es imposible alcanzar la fuerza visual que se lograba al mostrar a todos aquellos tipos semidesnudos moviendo los remos al unísono, al compás de los sones de un Miklos Rosza en estado de gracia. Pero se puede intentar. Lo mismo ocurre con la dinámica y trepidante acción del circo romano y sus caballos al galope. Mitton responde al desafío con sus mejores armas. Grandes perspectivas, unos personajes llenos de vida y vigor, una ambientación cuidadosa y unos perfectos acabados. Ningún detalle es dejado al azar en su batalla para alcanzar la épica que todos asociamos con esta tremenda historia.
Los álbumes siguen el relato tal y como lo recordamos casi punto por punto. De forma muy inteligente lo que hace es ampliar algunas de las secuencias, habitualmente las más dialogadas, para añadir determinados matices y desarrollar temas que en el film sólo quedaban apuntados. El más obvio es el de la lucha del pueblo judío contra Roma y su relación con la llegada del Mesías. Pero hay otros como el de los sentimientos del protagonista, a los que presta una atención especial. Vemos cómo salta del odio ciego hacia el imperio a otras posiciones, en una transformación en la que, por supuesto, la figura de Cristo adquiere una especial relevancia. No olvidemos que éste es un auténtico cuento de Navidad. Se inicia con los Reyes Magos asistiendo al nacimiento de Jesús. Y concluye con su crucifixión. Por el camino Ben Hur y el nazareno llegan a cruzarse en algunas ocasiones que revestirán una gran importancia para el príncipe judío. La carnalidad que caracteriza al dibujante aparece de forma muy contenida en este trabajo, aunque llama la atención la escena en que Ben Hur y Esther se abrazan, de una intensidad poco común.
En fin, si les gustó la película disfrutarán con esta adaptación, una nueva muestra del talento de un autor que, como ya he comentado, es mucho más complejo de lo que parece.