Astiberri. Bilbao, 2022
168 páginas, 19 euros
UN DIBUJANTE ARROLLADOR
Tomen nota: Tonci Zonjic. Es el nombre del dibujante que acompaña a Lemire en esta aventura. Ya lo conocíamos de algunos cómics anteriores.
Dibujó “Marvel Divas” en 2011, “¿Quién es Jake Ellis?” en 2013 y varios episodios de Bogavante Johnson y Shadowman, entre otros. Aunque ya había escrito sobre él en dos ocasiones, he tenido que guglearlo porque lo había olvidado completamente. Y lo cierto es que esta nueva entrega me ha impresionado. Mucho. El grafismo es fresco, con un entintado sensible y despreocupado, con trazos finísimos que contrastan con decididos grosores que salpica aquí y allí, delicado en las caras, riguroso y potente en los cuerpos. La estructura de página es la bomba. De repente juega con verticales que decrecen en tamaño de la página izquierda a la derecha, luego emplea los negros para volver más efectiva la aparición del héroe en la ventana, un poco más allá parece volver a un módulo más convencional, salta a diagonales que invaden las dos planchas en la secuencia del entrenamiento... Es un no parar. Y además, acompaña su dibujo perfecto con un color igual de arrollador. Sirvan como ejemplo las páginas en el billar, donde los rojos y verdes expulsan a la línea negra. O las secuencias en el desierto, dominadas por marrones y verdosos cálidos hasta la llegada del villano, en violeta. O los flashbacks entonados en rojizos. Todo en las elecciones cromáticas ayuda a la narración, aporta atmósfera, es sutil y enérgico al tiempo. Zonjic sabe muy bien lo que hace, tiene un dominio total de las herramientas del oficio, desde la estructura base de sus figuras hasta las elecciones cromáticas, pasando por los acabados y el diseño de página y las onomatopeyas. Consigue que todo parezca nuevo y excitante, realiza un trabajo enorme, abrumador.
En cuanto al guión de Jeff Lemire... bueno, es un guión de Lemire. Una vuelta de tuerca a la clásica historia de superhéroe con joven compañero, Batman y Robin, Flash y Kid Flash, etc. El encuentro entre el chico y el adulto se produce en el callejón del crimen de Batman. Acaban de matar a los padres del chaval y Revientacráneos interviene salvándole la vida y liquidando al villano. Luego lo coge bajo su tutela y lo entrena, de la misma manera en que él fue rescatado en el pasado y peleó al lado de otro héroe maduro. El equivalente al comisario Gordon es una policía que se interesa por el niño y no considera a su nuevo mentor una compañía adecuada. La poli tiene una novia a la que no ve mucho y en un momento del relato deducimos que su padre no se portaba muy bien con ella. Sale un villano muy histriónico que no consigue que nos olvidemos del Joker. En fin, que el argumento aporta muy pocas novedades, más bien parece que conspira para arruinarle la fiesta a Zonjic. Mientras el dibujante está a tope de inspiración y nos deslumbra con su labor, Lemire cuenta la misma historia de siempre como si se tratara de la gran novedad y solo consigue aburrirnos. Y, la verdad, el final no me lo creo. En absoluto.
Disfruten el dibujo.
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