INTENCIONES Y RESULTADOS
Las librerías se llenan de tebeos bienintencionados. Algunos son estupendos, otros no tanto. No conviene confundir los buenos deseos con los resultados. Una cosa es predicar y otra...
Beradi y Milazzo
Ken Parker. Un soplo de libertad
ECC, Barcelona, 2021.
176 páginas, 9,95 euros.
Desde que comenzó la reedición de Ken Parker he ido acumulando reseñas porque los episodios magistrales se suceden. Permítanme que mencione otro más, con el héroe en la cárcel. Llevaba mucho tiempo acosado injustamente por la policía. Su estancia en la penitenciaría brinda a Berardi la oportunidad de escribir un intenso drama cargado con los secundarios habituales. Tenemos al jefe mafioso que dirige el cotarro ayudado por un guardaespladas lleno de matices, un alcaide con buena voluntad que ve cómo su penal se desintegra ante sus ojos, el clásico preso institucionalizado, que ya no concibe la vida fuera de las paredes de su celda y muchos más. Si pensaban que ya sabían todo lo que podía llegar a pasar en una prisión se equivocaban. Ya lo demostró Tom Wolfe en “Todo un hombre” y Berardi vuelve a probar que las viejas historias son siempre las mejores. Sobre todo cuando te acompaña un maestro del dibujo como Milazzo. Su dibujo se reduce a un puro juego de luces y sombras y sus tendencias impresionistas se acentúan, sin perder emotividad ni su gran habilidad para expresar los sentimientos de los personajes. De obligada lectura.
Ennis y Cáceres
Cinema Purgatorio
Panini Comics, Barcelona, 2021.
176 páginas, 22 euros.
La versión de “Cinema Purgatorio” de Ennis no es tan redonda pero se disfruta de lo lindo. Ayuda el imposible dibujo de Caceres, que hace de la saturación su principal virtud. Apenas quedan milímetros de las viñetas sin rellenar, rayar o puntear de alguna forma. Pero tanto esfuerzo le sienta bien a un relato terrorífico como éste. Se trata de un mundo en el que vampiros, momias, zombis y hombres lobo conviven con los humanos.
Ennis aporta su peculiar y salvaje humor a una historia que nunca decae. Se lee de un tirón y al final el vampiro con tendencias suicidas nos deja con ganas de más.
Bajamos otro escalón con una versión de Supergirl para adolescentes, o “jóvenes adultos" como les llaman ahora. Las autoras intentan relacionar la angustia teen con el descubrimiento de la propia y muy peculiar rareza de esa superheroína, que lleva desde su niñez escondiendo aquello que la diferencia de las demás. Pero si a las otras chicas se les revuelven las hormonas, a ella se le disparan unos superpoderes un poco chungos. Como lector, el momento en que me doy cuenta de que la cosa no funciona es el del grano. Cuando Supergirl explota su primera espinilla, deja todo el baño perdido de pus. Y luego la cosa no mejora. El drama con la muerte de la amiga no está mal escrito pero la aparición y posterior pelea con el villano se estiran innecesariamente, provocando un final anticlimático. No es un mal tebeo, tampoco bueno.
Lemire, Brombal, Hernández Walta y Bellaire
Barvalien. Planeta rojo
Astiberri. Bilbao, 2021.
136 páginas, 16 euros.
En una línea similar se sitúa “Barbalien. Planeta rojo”. Si en Supergirl la reivindicación LGTBetc se concreta en la amiga lesbiana de la prota, aquí todo el cómic gira en torno a la homosexualidad del protagonista, una suerte de Detective Marciano gay. La historia no pasa de ser una excusa para recordar algunos de los momentos más reivindicativos de la lucha por la igualdad sexual en los primeros años del SIDA. Viene servida por el delicado dibujo de Walta, que ya tuvo ocasión de probar su talento en trabajos anteriores como “El bosque de los suicidas” o “La Visión”. Él es la razón para adquirir este volumen. El argumento no tanto. La lucha de poder intergaláctico se diluye un tanto en el juego de identidades sucesivas que adopta el protagonista. Y esos confusos saltos de un rol a otro también enfrían la trama sentimental entre el policía y el joven y apasionado latino. En resumen: un tema interesante tratado de forma confusa y poco atractiva.