viernes, 29 de julio de 2016

WHITE INDIAN de FRAZETTA

White Indian de Frank Frazetta, edita Norma Editorial
Norma editorial, 2016.
194 páginas, 29 euros.

INDIO BLANCO, CORAZÓN ROJO


La recuperación de algunas historietas de Frank Frazetta es una gran noticia para los aficionados españoles. Durante años hemos visto pequeñas y esporádicas muestras de su genio como dibujante de comics.


Ahora finalmente se puede disfrutar de un recopilatorio que agrupa una buena colección de páginas creadas por él. En los USA empieza a ser habitual. Se han rescatado sus incursiones en la ciencia ficción, sus colaboraciones con Capp y otras tiras de prensa.

Por supuesto, los libros dedicados a su labor como ilustrador son abundantes. Por aquí, en cambio, si mi memoria no me falla, habíamos admirado sus intervenciones (escasas) en la EC, en Warren… ¡y poco más! Supongo que todos los amantes de la ilustración se habrán hecho con los volúmenes a él dedicados, como Icon, Rough Work o The Definitive Frazetta Reference, entre otros. Y habrán gozado con el largo documental que acompañaba a su película Tigra y que era mucho mejor que aquella fallida traslación de sus mundos al dibujo animado. Cuesta resistirse al innegable encanto que desprenden muchas de sus imágenes, a su fuerza, a la energía apenas refrenada, a su carnal sensualidad…

Había mucha vida en su trabajo. Yo pienso que donde mejor consiguió expresarse fue en el ámbito de las portadas para narrativa, especialmente ilustrando a Rice Burroughs o a Howard. Aunque también me maravillan sus encargos a color para Warren, auténticas obras maestras de la fantasía y el horror.


White Indian de Frank Frazetta, edita Norma Editorial
Frazetta fundió dos tradiciones en una, la vinculada al mundo de la aventura, que aglutinaba géneros como el de piratas o el western, y la tendencia que se alimentaba de la ciencia-ficción, el delirio y el terror.

De forma natural saltaba de uno a otro género ayudado por sus personajes, auténticas personificaciones de un héroe nada convencional, un buscavidas moderno que sólo obedecía a sus propias razones. Los protagonistas de Frazetta son tozudos e independientes, americanos que reniegan de toda tradición y se labran su propio destino. Lo mismo sus arquetipos femeninos, mujeres robustas y llenas de peligro y curvas.

Todo ese mundo, que en sus ilustraciones aflora de forma natural, parece un tanto constreñido en sus comics. Más allá de la evidente influencia de Foster, perceptible en el entintado, los escenarios y gran parte de los secundarios, sus viñetas apenas consiguen contener la desbordante energía de sus personajes, en este caso ese White Indian a quien acompaña el pequeño Tipi. Toda su gestualidad y acciones es excesiva, casi fatigosa, Frazetta no le da tregua, siempre parece actuar (como diría Kirk Douglas) sobre la punta de sus pies.

Más allá de esa extraña relación entre el maduro hombre blanco y el jovencito indio, amigo del alma al que no abandona a pesar de recibir ofertas de rubias muy sexys, el tebeo ofrece todo lo que cabría esperar de una gran serie de aventuras como esta: acción a raudales, buenos sentimientos, violencia desatada, grandes escenarios y un dibujo primoroso con un entintado increíble. Las historias transcurren en esa América a punto de ganar su independencia de Inglaterra, así que salen los habituales indios de peinados exóticos, los malvados franceses, el noble Washington y los despiadados ingleses, entre tantos otros estereotipos sacados de cualquier novela de la frontera. Para redondear el producto se ofrecen algunos relatos más dibujados por Frazetta, westerns, páginas bélicas y, sobre todo, un maravilloso cuento de hadas con un dibujo delicadísimo. Para disfrutar sin reparos.

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viernes, 22 de julio de 2016

EL ASESINO DE GREEN RIVER de JENSEN & CASE

El asesino de Green River, de Jeff Jensen y Jonathan Case, edita Norma
Norma, 2015.
234 páginas, 22 euros.


PADRES VS ASESINOS


La lectura del entretenido New Deal me puso sobre aviso del trabajo de Jonathan Case. Queriendo descubrir anteriores obras suyas, me topé con este volumen del año pasado que había dejado escapar. Gran error.


Stephen King nos avisa desde la portada de que la escena inicial de esta novela gráfica es la más terrorífica que ha leído en años. Estoy de acuerdo con él. Sin embargo, es necesario añadir que el tono del resto de la historia no se corresponde en absoluto con ese abrumador arranque. Lo cual demuestra la inteligencia de sus autores.

Es el relato real de la cacería de un depredador que asesinó a innumerables víctimas. Aunque él tarda en aparecer como protagonista, lo que queda en la memoria de todo lector es esa feroz descripción de su maldad que marca la introducción, ese “quería saber qué se siente al matar a alguien”. La escena resulta todavía más eficaz porque quien padece su brutalidad es un niño, que se queda solo en el bosque pidiendo una ayuda que le es negada. Todo servido con el primoroso dibujo de Cape, que se confirma como un talento a seguir y nos deslumbra a lo largo de toda la obra con sus contrastes de blanco y negro, las expresiones de sus personajes, su sencilla y clara narrativa y la facilidad con que resuelve pruebas especialmente arduas como que reconozcamos a personajes que van envejeciendo a través de diferentes épocas, algo para nada sencillo.

Si en el terreno gráfico el álbum es impecable, no afloja en lo argumental. La primera sorpresa es que el guionista, Jeff Jensen, es hijo del auténtico policía que resolvió el caso. Así que no sólo está hablando de sucesos terribles que ocurrieron en el pasado sino de su familia y lo que pasaba en su casa cada vez que su padre daba con una prueba o perdía un rastro. Hablamos de una investigación terriblemente compleja y que se extendió durante décadas. Un caso en el que a las muertes oficiales deben sumarse decenas de desaparecidas que era difícil atribuir al mismo asesino. Esa voluntad de cerrar expedientes abiertos llevó a los inspectores a la necesidad de llegar a acuerdos con el asesino, lo que les permitió localizar algunos de los cuerpos que no habían sido capaces de encontrar previamente.

El asesino de Green River, de Jeff Jensen y Jonathan Case, edita Norma
Esos diálogos finales con el criminal no fueron plato de buen gusto para aquellos que durante años le habían dado caza, siguiendo las huellas de sus “hazañas”. En ese sentido conviene recordar que el relato abandona casi desde el principio al malo y se centra en sus perseguidores. A través de ellos vemos los cadáveres de las víctimas y la desesperación de aquellas familias que habían perdido a uno de sus componentes y vivían sin saber si estaba muerto o no.

También se refleja con una profunda sensibilidad cómo esa cercanía con el mal afectaba a quienes lo combatían. En True Detective, una ficción televisiva con no pocos puntos en común con este trabajo, los policías eran unos desechos morales contaminados por la corrupción que intentaban evitar. Por el contrario, la normalidad preside las vidas de los polis que persiguen al asesino de Green River.
Tienen hijos, intentan mantenerse en su puesto y si es posible ascender y, sobre todo, capturar al malo. Asistimos a un cierto cambio generacional, marcado por la aparición de los ordenadores primero y la mejora en los análisis de ADN después. Pero al final lo que cuenta es el factor humano, ese detective obsesionado con Sherlock Holmes y que tiene una foto de su hijo interpretando “El hombre de la Mancha” en su escritorio. Ese hijo que luego será el que escriba este sentido elogio de la labor de su padre. Ese sueño imposible al que se alude en el musical sobre Don Quijote le sirve de guía y da pie a una de las escenas más emotivas de una obra llena de momentos significativos, perfectamente escrita y mejor dibujada.

No deben perderse el que sin duda es un trabajo magistral.
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viernes, 15 de julio de 2016

CLUB DE LA LUCHA 2 de PALAHNIUK y STEWART

El club de la lucha 2 de Palahniuk y Stewart, edita Reservoir Books
Reservoir Books, 2016.
278 páginas, 21,90 euros

NO SE HABLA DEL CLUB


Si les gustó la película de Fincher, El club de la lucha, supongo que se acercarán a esta novela gráfica. El autor de la novela que dio lugar al film ha querido que su secuela saliera directamente en este formato.


Quienes disfrutaron con el tono psicodélico y apresurado de la criatura de Fincher, con sus mezclas y sus saltos temporales y sus fotogramas insertados y demás, encontrarán una natural continuidad en esta obra donde ya adelanto que para mí lo mejor es el dibujo de Cameron Stewart.

Saca adelante como un campeón un encargo que no es nada sencillo. Desde el principio señala su territorio y no pierde el tiempo intentando que sus personajes se parezcan a los célebres actores de la adaptación cinematográfica. En cambio dispone a varios héroes fácilmente identificables y a quienes no perdemos de vista pese a la infinidad de secundarios que pueblan la historia y los cambios de escenario y los saltos entre secuencias y todas las argucias narrativas que se les ocurran.
El dibujante permanece firme y claro y si hay un responsable de que consigamos acabarnos esta laberíntica obra es sin duda él. Sus caracterizaciones aportan sangre y hueso a las ocurrencias más estrambóticas del guión, como esos niños-viejos, uno de los hallazgos argumentales más divertidos. Otra invención a la que más o menos consigue sobrevivir es la aparición de un segundo plano, sobre las viñetas, por donde se deslizan píldoras, espermatozoides, pétalos de rosas y otras emergencias metatextuales. ¡Qué moderno!

Por supuesto el autor, ese Chuck Palahniuk que algunos de mis alumnos insisten que lea, se introduce en el texto como un personaje más. ¿Eres Dios?, le pregunta otro comparsa. Desde esa posición bromea con las realidades que viven los protagonistas de un relato disparatado y que intenta ofrecer su desquiciada versión de esa realidad que nos desborda.

El club de la lucha 2 de Palahniuk y Stewart, edita Reservoir Books
Supongo que a los jovenzuelos de la generación Nocilla este trabajo plagado de niveles de lectura les enloquecerá, pero a mí me cansa tanto sampleado (¿Se sigue diciendo sampleado?). ¡Señores, que yo me leí lo de las Tostadoras Eléctricas del Sienkiewicz! Y unas cuantas chifladuras más de los ochenta. Esto no es nada en comparación.

Fincher aportaba un tono épico al relato original y el hastío existencial del protagonista era comprensible. Entendíamos su repulsión ante una vida que parecía sacada de un catálogo de Ikea, sólo un psicópata se sentiría a gusto en esos espacios virtuales.
Y de alguna manera narraba con vigor el ascenso de aquella extraña secta que conspiraba para derrumbar el orden establecido. El puntito viril y sadomaso de los intercambios de mamporros entre hombretones semidesnudos también tenía un indudable atractivo y no dudo que haya servido de inspiración para los dirigentes del estado islámico. Pero ahora todo eso ya nos suena a antiguo, esos tratos entre poderes ocultos que dirigen el mundo como los inexistentes sabios de Sión, ese sarcasmo infinito, esa cita dentro de la cita… Al final todo se mantiene a tanta distancia de lo real que deja de afectarnos. Todo es una broma y por tanto ni nos importa ni nos conmueve.
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viernes, 8 de julio de 2016

TODOS LOS HIJOS DE PUTA DEL MUNDO de GONZÁLEZ VÁZQUEZ

Todos los hijos de puta del mundo de Alberto González Vázques, edita Astiberri - comic  política humor sátira
Astiberri, 2016.
136 páginas, 18 euros.

ELOGIO DEL EXABRUPTO

Otro recopilatorio más de sátira política. Uno de los más salvajes que he leído últimamente, solo que en este caso a la voluntad de provocar se une una auténtica chispa cómica, un sentido del humor gamberro e irresistible.


Se imponen dos avisos a los posibles lectores de este volumen. El primero es, de tan habitual, casi innecesario. Se refiere a la filiación política de su creador, un colaborador de El Intermedio, entre otros programas televisivos. Como muchos otros cómicos aparenta una supuesta independencia, un yo-me-río-de-todo que al final se traduce en sobre-todo-me-río-de-algunos.

Esto es lo normal, cada cual es libre de profesar las ideas políticas que le parezca, siempre y cuando luego no se dedique a apalear azafatas en su tiempo libre. Al final todo es una cuestión de talento. El Roto lo tiene y aunque yo no esté de acuerdo con su interpretación de la realidad, reconozco la eficacia y precisión de sus sátiras. Lo mismo Ricardo Martínez o Eneko. Lo señalo porque aparentemente Alberto González reparte cera para todos aunque luego no es así del todo. Lo que nos lleva al segundo aviso.

Esas inclinaciones políticas afectan a una de sus características como narrador: una agresividad nada velada. Se manifiesta desde la primera historia, donde enumera a todos los hijosde que se cruzan con él: el capullo de tu jefe, el cabrón que te debe dinero, la exnovia que te jodió la vida… Ese tono de revancha, de violencia apenas sofocada, recorre todo el volumen. Me cuesta creer que cualquiera que se dedique no a apaciguar sino a enervar pueda luego ir dando lecciones de crítica social, no se apagan los incendios con gasolina. Pero la comicidad siempre implica humillación y escarnio.

Cuando defendemos la libertad de expresión defendemos las burradas que soltaban Ja, Oscar y compañía en El Papus primero y El Jueves después.
Todos los hijos de puta del mundo de Alberto González Vázques, edita Astiberri - comic  política humor sátira
Defendemos lo zafio y lo incorrecto. Defendemos un camino sin vuelta atrás en el que no cabe escandalizarse cuando algo no nos conviene. Aprecio el punto salvaje que el autor aplica contra los que no son de su cuerda. Y me río con sus chistes. Preferiría aproximaciones menos moñas cuando se trata de hablar del tipo que no dejó hablar a Rosa Díez en la Complu. Pero no se puede pedir todo.

Dicho lo cual, sólo me queda enumerar los abundantes hallazgos cómicos del volumen, empezando por esa conversación del Un-Dos-Tres, que refleja con tremenda eficacia humorística la superficialidad de los encuentros entre líderes de distintos partidos, yo también me los imagino así.

La comparación entre los toreros y Los Vengadores es otra joya, breve e intensa. Uno de los episodios más surrealistas es el de Aznar en la cama. Bruto como él solo pero al tiempo desternillante. La verdad es que tanto en el gag de una sola viñeta como en las historias de desarrollo más largo nos topamos con ocurrencias que inevitablemente provocan la sonrisa y la carcajada. Me divierten las pullas que dedica a Ferrán Adriá. Y el chiste con la profesora aconsejando a los alumnos que, si desean alcanzar el éxito, sean ellos mismos. A continuación añade: Bueno, tú no… Y tú mejor tampoco…

El capítulo que dedica a Iglesias, al que supone enamorado de una seguidora, una tal Jennifer, resulta blandito en un conjunto notablemente más bestia. Pero su narrativa es buena y el ritmo no decae hasta el divertido final. El de Sánchez intentando alcanzar el voto de los pedófilos es justo lo contrario, burro hasta decir basta, pero también tiene gracia. El de la negociación entre Sánchez e Iglesias es otra salvajada de cuidado, con el líder sociata preguntando: ¿Sabes con quién vas a negociar hoy? Cuando lo ha repetido la tercera vez casi podemos adivinar la respuesta: “Hoy vas a negociar con mi polla”. Si eso les parece ordinario entonces no deberían leer el de la conversación entre Rafael Hernando y Mariano, con este último pidiéndole las drogas adecuadas para echare un buen polvo a su mujer. Después de negar haberse acercado a ninguna sustancia tóxica en su vida, Hernando se revela como un auténtico experto en la materia, que además carga con Speed, Popper, DMT y otras. Naturalmente, “se lo estaba guardando a un amigo”.

En fin, los amantes de la sutileza y el humor blanco no deberían de acercarse a este recopilatorio. Pero si le apetece asomarse a esos otros mundos que no salen en las noticias, a los políticos tal y como deben de ser en su vida privada, en la versión más gruesa y desprejuiciada posible, no lo duden y cómprense este libro. Seguro que se pasan un buen rato.
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viernes, 1 de julio de 2016

LA AMANTE CARTESIANA de RUIZ y ALARCÓN

La amante cartesiana de Ruiz y Alarcón, edita Egales lesbianas amor
Egales editorial, 2016.
140 páginas, 15,95 euros

AMOR Y MATEMÁTICAS


Tras la sorpresa de Sunstone, nos llega ahora un cómic español que también tiene como protagonistas a un grupo de lesbianas. En esta ocasión más aficionadas a las matemáticas que al sadomaso.


Ahora que se habla tanto de visibilidad lo cierto es que era un colectivo casi inexistente en el mundo de las viñetas. Recuerdo que hace mil años la revista alternativa Star publicó una historieta de Trina Robbins, donde se afirmaba que “el feminismo es el medio, el fin es el lesbianismo” o algo así.

No era habitual leer historias sobre niñas con aspecto de muchacho que acababan descubriendo que había mujeres que se acostaban con otras mujeres. De manera mucho más estilizada, Camelot 3000 supuso la irrupción del colectivo en un tebeo mainstream. Imborrable la página en la que las dos protagonistas se amaban entre cientos de rosas primorosamente dibujadas por Brian Bolland. Luego han ido apareciendo algunas más y es indudable que su presencia se hará progresivamente más habitual.

Si ya mencioné en su momento la agradable sorpresa que supuso Sunstone, en el caso de La amante cartesiana lo más sobresaliente es el argumento de Paloma Ruiz. No es que el dibujo de Juan Alarcón sea malo, que no lo es, pero sí funcional y poco expresivo. Como tantos ilustradores de su generación se ha acostumbrado a la fotografía, recurso que le permite resolver fondos y personajes con facilidad y eficacia. Pero si las referencias no se emplean bien es normal que resten movilidad a las figuras y atasquen las actuaciones de los “actores”. Así que en general el dibujante cumple, pero en escenas donde esperaríamos un extra de movimiento o de emotividad, no llega, no transmite bien. Como en las secuencias de baile o en algunas discusiones.

La amante cartesiana de Ruiz y Alarcón, edita Egales comic amor lesbianas
No es un problema mayor y el argumento se sobrepone a las limitaciones gráficas. No deja de ser una comedia romántica. Se nos cuentan las andanzas amorosas de una profe de mates lesbiana y sus amigas, que no son todas amantes de Safo como ella, cada una tiene sus estos y aquellos. El ambiente recuerda al de muchas películas de Allen. Mientras la prota sufre algunos desengaños amorosos reflexiona sobre la realidad del amor romántico y las escasas probabilidades de que una pareja resista la prueba del tiempo. Entre bromas y veras el álbum discute si en la actualidad tienen sentido conceptos como fidelidad o amor eterno o si existe algo como una media naranja. Se evita el drama y aunque no falta el desamor, la soledad y el engaño, el tono es en general amable y hasta divertido. De hecho, introducen algún gag recurrente, como el de la rusa, realmente cómico. Para darle un barniz más intelectual abundan las disquisiciones matemáticas, pero esto no debe asustar a nadie. Están bien engarzadas en el guión y bien explicadas. Gracias a esta historia he estado más cerca que nunca de entender lo de las esferas musicales de Kepler. Esta vez tampoco lo he conseguido, pero el esfuerzo de la guionista por resultar comprensible es muy valorable. Denle una oportunidad.
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